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  • ¿Qué hace que un gobierno sea una realidad para usted?

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  • ¿Qué hace que un gobierno sea una realidad para usted?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1979
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1979
w79 15/6 págs. 3-5

¿Qué hace que un gobierno sea una realidad para usted?

En la actualidad unos 150 países pertenecen a la Organización de las Naciones Unidas. Usted probablemente vive en uno de esos países, puesto que más de 4.000.000.000 de personas viven en ellos... ¡casi toda la población del mundo! Cada uno de estos países tiene alguna forma de gobierno. ¿Sabe usted cuál es la clase de gobierno más común?

Las repúblicas lo son. Los Estados Unidos, Egipto, la Unión Soviética y la China están entre las más de 100 naciones de las Naciones Unidas que son repúblicas. Según el Diccionario de la Lengua Española, una república es: “Forma de gobierno representativo en que el poder reside en el pueblo, personificado éste por un jefe supremo llamado presidente.” Contrario a lo que algunos pudieran pensar, ninguna nación hoy día es una verdadera democracia, que sería una forma de gobierno en la cual el poder supremo estaría investido en el pueblo y sería ejercido por el pueblo directamente.

¿Son estos gobiernos —estas repúblicas— reales para usted? ‘Por supuesto,’ quizás conteste. Pero ¿por qué lo son? Entre otras cosas, ¿no es porque los líderes de estas naciones son personas de la vida real? Los nombres de personas como el presidente Carter, el presidente Sadat y el presidente Brezhnev han llegado a ser muy bien conocidos. Además, los lugares desde donde gobiernan esos hombres son parte de la realidad... Washington, El Cairo y Moscú. Los efectos de las decisiones de estos hombres no los sienten únicamente sus propios ciudadanos, sino también gente de todas partes de la Tierra.

REINOS DEL MUNDO

Los reinos son otra forma común de gobierno. Según The World Almanac, unas 15 naciones de la Organización de las Naciones Unidas son reinos. Un reino es un gobierno en el cual el gobernante es un rey. Entre los reinos que forman parte de las Naciones Unidas están Lesotho, Nepal, Dinamarca, Suecia, Noruega, Jordania, Arabia Saudita y Marruecos.

Es verdad que muchos reyes o reinas de hoy día son solo figuras decorativas, como sucede, por ejemplo, en Dinamarca, Suecia y Noruega. Los monarcas de estos lugares ejercen poco poder verdadero, si alguno. Pero en algunos países no sucede así. Considere a Jordania, Marruecos y Arabia Saudita. Los gobernantes de estos países son el rey Hussein, el rey Hassán y el rey Jaled. Estos ejercen verdadera autoridad real, aunque recientemente una seria enfermedad ha limitado las actividades del rey Jaled.

¿Son una realidad para usted los reinos que pertenecen a la Organización de las Naciones Unidas? ‘Sí,’ quizás conteste usted. ¿Qué los hace una realidad? No es solo que los reyes sean personas de la vida real, sino también que tienen súbditos de la vida real... jordanos, marroquíes y árabes sauditas. A estos súbditos se les rige o gobierna por medio de conjuntos de leyes, según lo indica la World Book Encyclopedia: “Todo grupo de persona —desde el de la familia hasta el de la nación— tiene reglas de conducta que gobiernan la vida de sus miembros.” Estas leyes, así como el idioma, las costumbres y la cultura de la nación suelen distinguir a la gente de un gobierno de la gente de otro.

OTRO REINO

Los reinos que pertenecen a la Organización de las Naciones Unidas no son los únicos que hay. El reino más significativo de todos no es parte de ese cuerpo o conjunto mundial de naciones. ¿A qué se debe la gran importancia de este reino?

No es la cantidad de sus súbditos, aunque es una cantidad considerable. En comparación con las 150 naciones de la Organización de las Naciones Unidas, este reino tiene ahora más personas que 42 naciones individuales de esa organización mundial. ¡Sí, tiene más de 2.100.000 súbditos leales! Sin embargo, últimamente, en cierto año estos súbditos, junto con sus amigos, un total de 5.095.831 personas, se congregaron en un solo día en reuniones que se celebraron por todo el mundo para repasar lo que su rey había hecho para ellos. ¡Y esa cantidad es una cantidad significativa! Solo 77 naciones de las Naciones Unidas —aproximadamente la mitad de ellas— tienen, individualmente, una población mayor que ésa.

Muchos gobiernos del mundo tienen excelentes sistemas educativos. Pero este reino tiene uno que es superior. En el mundo no hay ningún otro libro que tenga mayor distribución, ni en más idiomas, que el libro de texto principal de este reino. Y varios de los libros que imprime para ayudar a la gente a entender la Biblia están entre los 10 libros de más amplia distribución en el mundo. Además, cada año sus súbditos imprimen y distribuyen centenares de millones de estos libros, folletos y revistas docentes. Celebran cinco clases a la semana, en más de 40.000 grupos alrededor del mundo, donde estudian las leyes de este gobierno y se estimulan unos a otros a ser leales a él.

¿Qué gobierno regio es éste?

En una profecía antigua acerca del que llegaría a ser el gobernante de este reino, la Biblia dice: “Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado: y el dominio estará sobre su hombro; y se le darán por nombre suyos: Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre del siglo eterno, Príncipe de Paz. Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin.”—Isa. 9:6, 7, Versión Moderna.

Puede ser que usted reconozca esa cita que se acaba de dar como una profecía acerca de Jesucristo. Antes del nacimiento de Jesús, el ángel Gabriel dijo a su madre María: “Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y gobernará como rey . . . y de su reino no habrá fin.” (Luc. 1:32, 33) Ya hombre, Jesús dedicó su vida a los intereses de ese gobierno.

En cierta ocasión Jesús explicó: “A las otras ciudades les tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Luc. 4:43) Jesús hasta enseñó a sus seguidores a orar acerca de este gobierno: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”—Mat. 6:9, 10, Versión Valera.

¿Es este reino de Dios un gobierno verdadero, real, para usted?

Jesucristo habló de este reino como de un gobierno que tendría súbditos leales. Cuando el gobernador romano Poncio Pilato le preguntó si él era rey, Jesús contestó: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.”—Juan 18:36.

Poco antes de su muerte, Jesús dijo a los líderes religiosos judíos: “De aquí en adelante verán al hijo del hombre sentado a la diestra del poder y viniendo sobre las nubes del cielo.” (Mat. 26:64) ¿Qué quiso decir Jesús con esto?

Se estaba refiriendo a la profecía bíblica de Daniel acerca del prometido “hijo del hombre” que sería llevado ante el “Anciano de Días,” Jehová Dios. “A él fueron dados gobernación y dignidad y reino,” dice la profecía, “para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él.” (Dan. 7:13, 14) Esto muestra que el resucitado Jesucristo gobernaría en el cielo, y que toda la Tierra será el territorio sobre el cual él ejercerá autoridad de rey.

Pero puesto que el reino de Dios es celestial —Jesucristo su gobernante ahora es invisible— muchas personas no lo consideran un gobierno verdadero, un gobierno que sea una realidad. Sin embargo, como hemos visto, hay razón sólida para creer que es tal cosa.

CARACTERÍSTICAS DEL GOBIERNO QUE ES UNA REALIDAD

Como ya se ha mencionado, una evidencia sobresaliente de un gobierno verdadero es que tiene súbditos. “En la multitud de pueblo está el adorno de un rey,” dice la Biblia. (Pro. 14:28) También tiene leyes cuya observancia se hace cumplir, así como alguna clase de sistema educativo. ¿Tiene el reino de Dios esas características de un gobierno que es realidad?

Sí, hemos visto que así es. Por todo el mundo, una entera sociedad de más de dos millones de personas ha adoptado las leyes de la Biblia como su constitución, como las reglas que rigen o gobiernan su vida. Estas personas han tomado el nombre del Gran Legislador; se llaman testigos de Jehová. (Isa. 33:22; 43:12) En las congregaciones cristianas de los testigos de Jehová, por toda la Tierra, las leyes del reino de Dios se obedecen lealmente.

Estos súbditos del Reino, aunque viven en muchos países por todo el mundo, hablan diferentes idiomas y tienen diferentes antecedentes culturales, están maravillosamente unidos. Hablan el unificador “lenguaje puro” de la verdad bíblica. (Sof. 3:9) Por obediencia a las instrucciones de su Rey, no participan en los asuntos ni conflictos políticos de las naciones del mundo. (Juan 17:16; 18:36) En esto, también se adhieren al mandamiento de su Rey de ‘amarse los unos a los otros,’ y así se identifican como discípulos de él.—Juan 13:34, 35; 1 Juan 4:20, 21.

Cuando se consideran los factores que hacen que un gobierno sea realidad, queda claro que el reino de Dios tiene todas las características de un gobierno de esa índole. Es vital, no sólo que reconozcamos este hecho, sino que también lleguemos a ser apoyadores activos de ese gobierno celestial.

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