Preguntas de los lectores
● ¿A qué se refiere “la corona de la vida” mencionada en Santiago 1:12, y de quiénes se puede decir que ganan esta corona?
Santiago 1:12 dice: “Feliz es el hombre que sigue aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo.”
Se ha explicado que la expresión “la corona de la vida” significa la forma o clase más alta de vida, vida inmortal, como la que reciben en la primera resurrección los que siguen en los pasos de Cristo como seguidores ungidos. (1 Cor. 15:53, 54; Rev. 20:4, 6) No hay duda de que tal vida será una corona para los que la posean y que es la más alta forma o clase de vida. Pero ¿significó Santiago, al usar la palabra “corona,” tal forma superlativa de vida?
No parece que debamos conectar el pensamiento de algo superlativo con el término “corona de la vida.” La palabra griega es stephanos. Ésta viene de una raíz que significa “circundar,” y por eso se usa para referirse a una corona, guirnalda, premio o recompensa que recibe el vencedor en una carrera. Así, el apóstol Pablo escribe en 2 Timoteo 4:7, 8: “He corrido la carrera hasta terminarla. . . . De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, el justo juez, me dará como galardón en aquel día.” No se refería a justicia superlativa, sino al premio, la recompensa de la justicia que recibiría. (Compare con Filipenses 4:1; 1 Tesalonicenses 2:19, 20.) Y por eso en Santiago 1:12 “la corona de la vida” es el premio o don de la vida recibido por aguantar tribulaciones. De la “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la tribulación se puede decir que, si aguantan con fidelidad, ganarán “la corona de la vida” siendo la de ellos vida eterna en la Tierra.—Rev. 7:9, 10.
En Revelación 2:10 tenemos una expresión similar que se refiere al premio de la vida. Los que lo reciben son personas que han aguantado con fidelidad hasta la muerte. Pero en este caso se está hablando a los cristianos ungidos que adquieren vida inmortal en los cielos. (Rev. 2:26, 27) Se puede decir que las palabras de Santiago 1:12 declaran un principio general en vez de referirse a una clase específica de personas como sí se hace en Revelación 2:10.