‘Use toda forma de oración y ruego’
‘Con toda forma de oración y ruego ocúpense en orar en toda ocasión en espíritu. Y a ese fin manténganse despiertos con toda constancia y con ruego a favor de todos los santos.’—Efe. 6:18.
1. (a) ¿De qué maneras queremos pensar en Jehová Dios cuando nos acercamos a él en oración? (b) ¿Cuáles son las cuatro formas básicas de la oración?
EL Creador, Jehová Dios, no es simplemente una Causa Primera impersonal, sino una verdadera persona con sentimientos. Puede ver y oír. Cuando nos acercamos a Él en oración, siempre queremos pensar en él así. La Palabra de Dios nos aconseja acudir a él “con toda forma de oración y ruego.” (Efe. 6:18) ¿Qué encierra esto? Hay cuatro formas básicas de oración... alabanza, acción de gracias, petición y ruego.
ALABANDO A DIOS AL ORAR
2, 3. ¿Qué forma de oración se halla entre las más nobles y ensalzadas, y cuáles son algunas de las muchas razones por las cuales se le debe a Jehová Dios?
2 La alabanza ciertamente es una noble y ensalzada forma de oración. Se le debe al Creador a causa de las cualidades y logros de él. En calidad de “Señor Soberano Jehová,” no hay quien lo iguale en autoridad. (2 Sam. 7:28) Puesto que no tiene principio ni fin, Jehová Dios es el sin par “Rey de la eternidad.” (1 Tim. 1:17) Es una persona tan gloriosa que ningún hombre puede verlo y seguir viviendo. (Éxo. 33:20) El Altísimo no tiene igual, puesto que es infinito en poder y sabiduría, enteramente justo y la personificación del amor altruista. (Deu. 32:4; Job 37:23; Rom. 11:33; 1 Juan 4:8) Él hizo todas las cosas y por eso es dueño del universo entero. (Gén. 1:1, 31; Sal. 50:10) En nombre y fama, es sin parangón. Solo él puede decir con derecho: “Yo RESULTARÉ SER.” Es el único que tiene el nombre Jehová, el cual se entiende que significa: “Él causa que llegue a ser.” (Éxo. 3:14; 6:3) Solo él puede declarar con derecho: “¿A quién me asemejarán ustedes o me harán igual o me compararán para que nos parezcamos uno al otro?” “Yo soy el Divino y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí.”—Isa. 46:5, 9.
3 Por encima de todos los demás, este Dios incomparable, sin igual, sin par, sin parangón, merece alabanza. Apropiadamente, veintenas de veces, desde Éxodo 15:11 hasta Revelación 19:6, se da estímulo para que se alabe a Jehová. En armonía con esto, nosotros no solo queremos seguir alabando al Altísimo en nuestras oraciones, sino que, también, en nuestra conversación diaria queremos hacer que la atención se enfoque en él más bien que en nosotros. Después de todo, no tenemos nada que no hayamos recibido, y, aparte de él, realmente no podemos lograr nada.—Sal. 127:1; 1 Cor. 4:7.
DANDO GRACIAS A JEHOVÁ
4, 5. ¿Qué dicen los diferentes escritores de la Biblia acerca de dar gracias a Jehová, y cuáles son algunas de las muchas razones por las cuales debemos hacer eso?
4 En estrecha relación con alabar a Jehová está el darle gracias. Solo es justo que expresemos agradecimiento por todo lo que Jehová ha hecho, está haciendo y todavía hará para nosotros. Parece que los escritores de los salmos estuvieron especialmente conscientes de lo apropiado que es el que expresemos gracias a Jehová. Vez tras vez leemos expresiones como ésta: “Oh, dense gracias a Jehová por su bondad amorosa y por sus maravillosas obras para con los hijos de los hombres.” (Sal. 107:8, 15, 21, 31) De igual manera, Pablo nos aconseja que hagamos “ruego junto con acción de gracias.” Sí, hemos de estar “dando gracias siempre por todas las cosas a nuestro Dios y Padre.”—Fili. 4:6; Efe. 5:20.
5 ¡Qué numerosas son las cosas por las cuales debemos expresar gratitud diariamente a nuestro Padre celestial! Le debemos las gracias por todas las cosas físicas y materiales que recibimos y que no solo hacen posible la vida, sino que también la hacen deleitable. (Sant. 1:17) ¿Agradecemos todas las bendiciones espirituales con las cuales Jehová colma a sus siervos... los beneficios del sacrificio de Cristo, la Palabra de Dios y su espíritu, la congregación cristiana y el don de la oración? ¿Agradecemos la bendición de asociarnos con compañeros de creencia, el privilegio de atender a las necesidades de otros y la maravillosa esperanza del Reino? En tal caso, expresemos gratitud en nuestras oraciones. Es cierto que no siempre podremos recordar ni enumerar todo lo que Dios ha hecho para nosotros. Pero deberíamos sentirnos como el salmista, quien dijo: “Bendice a Jehová, oh alma mía, y no olvides todos sus hechos.”—Sal. 103:2.
HACIENDO PETICIONES A JEHOVÁ
6. ¿Qué tres zonas o campos generales abarcan nuestras peticiones, y respecto a qué cosa, ante todo, nos instruyó Jesús a orar?
6 Realmente es un gran consuelo el que podamos acudir a Jehová con “franqueza de expresión” al hacer nuestras peticiones. (Heb. 4:16; 1 Juan 3:21) Como lo ilustró Jesús en su Oración Modelo, por lo general nuestras peticiones tienen que ver con tres áreas generales... el triunfo de la justicia, nuestras necesidades espirituales y nuestras necesidades físicas. Apropiadamente, Jesús nos dijo que oráramos, ante todo, por la santificación del nombre de Jehová, por la venida de su reino y para que se hiciera Su voluntad aquí en la Tierra. Jesús mismo oró: “Padre, glorifica tu nombre.” (Mat. 6:9, 10; Juan 12:28) Entre estas peticiones también estaría la de que Jehová prospere la obra de sus siervos en la Tierra y sostenga a los que sufren penalidades y pruebas por causa del nombre de él. (Sal. 118:25) Tampoco debemos pasar por alto la amonestación de Pablo de que oremos a favor de todos los que están en puestos encumbrados “a fin de que sigamos llevando una vida tranquila y quieta con plena devoción piadosa y seriedad.”—1 Tim. 2:2.
7, 8. Tras de eso, ¿respecto a qué clase de asuntos personales debemos hacer petición a Jehová?
7 Nuestras oraciones también deben reflejar que nuestra condición espiritual es asunto de grave importancia para nosotros. Esto incluiría pedir a nuestro Padre celestial perdón por nuestros pecados. “Si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a Jesucristo, uno que es justo.” (1 Juan 1:8-2:1) También deberíamos querer pedir más del espíritu de Dios y que no lo contristemos. (Luc. 11:13; Efe. 4:30) Al tratar con situaciones difíciles, en las Escrituras se nos anima a orar por sabiduría. (Sant. 1:5-8) Además, podemos y debemos pedir en oración que Jehová bendiga nuestro servicio sagrado, parte del cual es que prediquemos y enseñemos en el campo. Oraciones como éstas reconocen el principio de que, aunque nosotros plantemos y reguemos, Dios es quien hace crecer las cosas, quien las hace prosperar.—1 Cor. 3:7.
8 Además, al hacer nuestras peticiones a Dios, no querremos pasar por alto u olvidar cualesquier desacuerdos que tengamos con algún hermano cristiano, con nuestro cónyuge o con algún otro miembro de nuestra familia. En estas situaciones puede que uno tienda a dejar de comunicarse... un proceder que se puede emprender con facilidad, pero que es imprudente y egoísta. En vez de proceder así, debemos orar por guía y fortaleza para resolver la dificultad que estemos teniendo con otra persona. También pidamos ayuda en cuanto a perdonar y olvidar los motivos de queja o las injusticias, para que no nos amarguemos ni guardemos rencor.—Mat. 6:12.
9, 10. ¿Qué base bíblica tenemos para hacer peticiones a Jehová respecto a asuntos materiales o físicos?
9 Jesús mostró que además de elevar peticiones a Jehová Dios respecto a asuntos espirituales, es correcto hacer petición por nuestro pan diario, nuestras necesidades materiales. (Mat. 6:11) Sí, podemos hacer peticiones a Jehová Dios en cuanto a cualquiera de nuestras necesidades o todas ellas, y eso con relación a cada día. Eso concuerda con lo que Jesús dijo más adelante en su Sermón del Monte: “No os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su inquietud.”—Mat. 6:34, Biblia de Jerusalén.
10 ¿Estamos sin trabajo, desempleados? Entonces podemos pedir a Jehová Dios que bendiga y dirija nuestros esfuerzos por encontrar trabajo. ¿Estamos enfermos? Pudiéramos orar pidiendo sabiduría, fortaleza y aguante para tratar con nuestra aflicción del mejor modo posible. Ciertamente es un consuelo poder desahogarnos de nuestras inquietudes ante Jehová, tal como leemos: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo por oración y ruego junto con acción de gracias dense a conocer sus peticiones a Dios.” (Fili. 4:6) Por supuesto, respecto a todos los asuntos de esta índole oramos con la condición de... ‘Si es la voluntad de Dios,’ tal como oró Jesús en el jardín de Getsemaní.—Mat. 26:39; 1 Cor. 4:19; Sant. 4:15.
CON RUEGO
11-13. (a) ¿Qué quiere decir hacer ruegos a Jehová, y en cuanto a qué asuntos es muy apropiado rogarle? (b) ¿Cómo ilustra esto la experiencia de un muchacho?
11 Se nos dice que oremos con “toda forma de oración y ruego.” (Efe. 6:18) ¿Por qué añadir el ruego a nuestras peticiones? Porque el ruego va un paso más allá de las peticiones. Es una oración especialmente intensa y sincera, seria, una súplica sentida. Una definición de ruego es “una súplica humilde e intensamente sentida.” En las Escrituras Griegas Cristianas la palabra en el idioma original se usa únicamente con referencia a Dios. Por lo tanto, da realce al hecho de que, además de persistir en la oración, tenemos que ser verdaderamente serios. Se comprende que no todas nuestras peticiones son ruegos. Pero los ruegos deben estar entre nuestras oraciones. Leemos que Jesucristo mismo ofreció “ruegos . . . con fuertes clamores y lágrimas, y fue oído favorablemente por su temor piadoso.” (Heb. 5:7) De manera similar, cuando oímos que nuestros hermanos están sufriendo cruel persecución, sería apropiado el que no solo hiciéramos peticiones a Dios a favor de ellos, sino que hiciéramos ruegos a Jehová para que les dé la fuerza para aguantar y derrotar el propósito de la persecución.—Compare con 2 Corintios 1:8-11.
12 Cuando pedimos ayuda a Jehová en la lucha que llevamos por aporrear nuestro cuerpo, es correcto que nos presentemos a él como suplicantes. (Rom. 7:15-24; 1 Cor. 9:27) ¿Tiene uno un problema en cuanto a controlar los pensamientos o el mal humor? Entonces, además de compensar por cualquier daño que haya causado, debe hacer una súplica o ruego humilde a Jehová Dios por ayuda. ¿Qué hay si el problema tiene que ver con comer o beber? De nuevo, sería correcto rogar a Jehová por ayuda, y también conseguir la ayuda de los miembros de la familia y/o de ancianos de la congregación.
13 Cuando a los niños se les enseña correctamente, hasta ellos pueden hacer ruegos a Jehová y ser oídos. Por ejemplo, un jovencito de 10 años de edad escribió lo siguiente a la Sociedad Watchtower: “A las 3 de la tarde del 20 de noviembre dos muchachos se me acercaron en el patio escolar, y uno de ellos me puso un cuchillo a la garganta y amenazó con matarme. Le oré a Jehová, y justamente entonces un automóvil de la policía pasó y los muchachos huyeron.”
TENEMOS QUE OBRAR EN ARMONÍA
14, 15. Para que demuestren que son consecuentes, ¿qué se exige de los que oran, y cuáles son algunos ejemplos bíblicos que ilustran este principio?
14 Por supuesto, cuando oramos a Jehová Dios, debemos estar dispuestos a hacer la parte que nos toca. Cuando el rey David se hallaba en gran angustia, no solo rogaba a Dios, sino que daba pasos prácticos. (2 Sam. 15:31-17:14) Otros fieles siervos de Jehová, como Jacob, hicieron lo mismo. (Gén 32:9-21) Sí, nuestras acciones deben estar de acuerdo con nuestras solicitudes.
15 ¿Oramos pidiendo el pan de cada día? Entonces tenemos que estar dispuestos a trabajar por él, porque “si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” (Mat. 6:11; 2 Tes. 3:10) ¿Pedimos en oración que no se nos meta en tentación? Entonces tenemos que evitar ponernos deliberadamente en circunstancias comprometedoras. (Mat. 6:13) ¿Oramos para que haya paz entre nosotros? Entonces tenemos que ser pacificadores. (Sal. 122:6-9; 1 Ped. 3:11) Esto quiere decir que tenemos que ejercer cuidado para no ofender a otros innecesariamente ni crear cuestiones indebidamente. Debemos evitar ser excesivamente sensibles. ¿Oramos para que aumente la obra de Dios? Entonces debemos hallarnos con “mucho que hacer en la obra del Señor.” (1 Cor. 15:58) ¿Oramos por sabiduría? Entonces también tenemos que valernos de todos los medios que Dios ha provisto para que consigamos sabiduría.—Sant. 1:5-8; Sal. 119:105; 2 Tim. 3:16; Heb. 10:23-25.
¿PODEMOS MEJORAR LA CALIDAD DE NUESTRAS ORACIONES?
16, 17. ¿Cómo podemos mejorar la calidad de nuestras oraciones y mantenerlas calurosas y significativas?
16 Nuestras oraciones revelan el verdadero grado de nuestra espiritualidad. ¿Podemos mejorar la calidad de nuestras oraciones? En tal caso, ¿cómo? Ante todo, debemos tomar en serio nuestras oraciones y debemos expresarnos desde el corazón. Si meditamos más profundamente en la benignidad y bondad inmerecida de Dios, si pensamos en él como Padre amoroso que también despliega firmeza a favor de lo correcto, podremos hacer nuestras oraciones más calurosas, más expresivas. Verdaderamente queremos hablar a Dios desde el corazón, con humildad. Por eso, tenemos que guardarnos de hacer de prisa nuestras oraciones. Aunque se puedan descuidar otras cosas, nunca debemos descuidar nuestras oraciones.
17 También podemos mejorar la calidad de nuestras oraciones al esforzarnos por no emplear las mismas palabras y frases vez tras vez. (Mat. 6:7) Tal repetición puede hacer que las oraciones carezcan de verdadero sentimiento y significado. Lo más probable es que las palabras aprendidas de memoria tiendan a venir de la cabeza más bien que del corazón. Especialmente deben tener cuidado en cuanto a esto los cristianos que diariamente llevan la delantera en la oración de una familia. El emplear las mismas palabras día tras día puede hacer vagar la mente de los que estén escuchando. El meditar diariamente en pensamientos bíblicos y el cultivar mayor aprecio a la bondad inmerecida de Jehová para con nosotros puede ayudarnos a mantener nuestras oraciones calurosas y significativas.
RECOMPENSAS DIRECTAS E INDIRECTAS
18. ¿Qué pudiera hacer que personas que no satisfacen los requisitos de Dios para oraciones aceptables concluyeran que sus peticiones han recibido respuesta?
18 La oración es una forma de adoración que se practica por todo el mundo. Muchas personas creen que Dios contesta sus oraciones, a pesar de que sus peticiones no satisfagan los requisitos divinos para la oración. ¿Cómo se puede explicar esto que parece una contradicción? En primer lugar, puede que simplemente se deba a la ley de los promedios. Por ejemplo, se dice que todo soldado en su trinchera ora. Puesto que por lo general la mayoría de ellos salen ilesos, los sobrevivientes quizás concluyan que Dios ha contestado sus oraciones. O pudieran darse casos de simple casualidad. Además, puede que el principio sicosomático, el efecto de la mente en el cuerpo, dé cuenta de cosas que pasan.
19. ¿Qué prueba hay de que Jehová Dios sí contesta las oraciones de los que realmente son su pueblo y satisfacen los requisitos suyos respecto a la oración?
19 Sin embargo, los que satisfacen los requisitos divinos para la oración tienen prueba innegable de que Jehová Dios sí contesta sus oraciones. Han visto la bendición de Jehová sobre sus esfuerzos unidos e individuales. Como resultado de ello, ‘el pequeño ha llegado a ser mil y el chico una nación poderosa.’ (Isa. 60:22) En respuesta a sus oraciones, Jehová ha dirigido los asuntos de modo que ‘ninguna arma formada contra ellos ha tenido éxito.’—Isa. 54:17.
20. ¿Qué diferentes medios emplea Jehová para contestar las peticiones sinceras que se dirigen a él?
20 Jehová emplea a sus siervos celestiales así como a los terrenales en dar respuesta a las peticiones sinceras que se dirigen a él. A veces es un ángel quien dirige los asuntos para que un siervo de Jehová visite el hogar de una Persona que ora sinceramente en busca de Dios. (Compare con Hechos 10:30-33; 17:26, 27.) También, Jehová contesta muchas oraciones por medio de sus instrumentos terrenales. Puede que comunique a la mente de alguien que es de su pueblo la idea de extender amor o un acto de bondad a una persona merecedora que está en verdadera necesidad. O la respuesta a la oración de uno puede venir por medio de un estudio de la Palabra de Dios, por medio de leer atentamente alguna publicación basada en la Biblia, o por medio de lo que llaman a la atención de uno los ancianos de la congregación. Esto es así porque frecuentemente las oraciones de los siervos de Jehová son por iluminación espiritual o por sabiduría para tratar con cierta situación en particular.
21. ¿Cuáles son algunos de los beneficios indirectos de la oración?
21 Adicionalmente, podemos derivar beneficios indirectos del orar. El mismo hecho de que nos hayamos desahogado ante Jehová, nuestro Padre celestial, nos hace sentir más estrechamente unidos a él. El expresarle agradecimiento en alabanza y acción de gracias contribuye a que estemos más contentos con la situación en que nos hallemos. El rogar intensa y sinceramente a Jehová nos ayuda a ser humildes y a apoyarnos en él más bien que en nuestro propio entendimiento y fortaleza. (Pro. 3:5, 6; Fili. 4:13) Y, por supuesto, cuando estamos orando, tenemos la mente puesta en cosas que son edificantes. (Fili. 4:4-8) Por ejemplo, de noche cuando no podemos conciliar el sueño, ciertamente sería mucho mejor orar acerca de los intereses del Reino y asuntos espirituales que el preocuparnos o irritarnos, repasar agravios, hacer castillos en el aire o dejar que nuestra mente se dirija a las cosas de la carne. Sí, queremos ‘echar sobre Jehová toda nuestra inquietud, porque él se interesa por nosotros.’ Si no le ocultamos nada a nuestro Padre celestial, esto nos ayudará a hacer un examen de nosotros mismos y contribuirá a que nos acerquemos cada vez más a él y estemos en una relación más íntima con él.—1 Ped. 5:7; 2 Cor. 13:5.
22. ¿Qué quiere decir el que tomemos en serio nuestras oraciones, y qué confianza nos resulta de hacerlo?
22 Verdaderamente, la oración, que incluye la alabanza, la acción de gracias y el ruego, es un privilegio precioso, y al tomar en serio nuestras oraciones podemos beneficiarnos mucho. El orar muestra que verdaderamente tenemos fe. Ciertamente queremos obrar en armonía con nuestras oraciones, nunca apresurarnos al hacerlas, siempre tratar de mejorar la calidad de ellas y nunca dejar que lleguen a ser una simple repetición rutinaria de palabras. Al atenernos a eso, nos beneficiaremos indirectamente, y también podemos confiar en que Jehová Dios nos recompensará por medio de contestar oraciones que estén en armonía con su voluntad.
[Ilustraciones en la página 19]
Debemos gracias a Dios por su Palabra, las necesidades de la vida, la congregación cristiana y los privilegios de la oración y el servicio