La Palabra de Dios es viva
¿Por qué creó Dios nuestra Tierra?
EN CIERTA ocasión Dios preguntó al hombre Job: “¿Dónde te hallabas tú cuando yo fundé la tierra?” Por supuesto, Job no se hallaba en ninguna parte, ya que los humanos todavía no habían sido creados. Pero los “hijos de Dios” estaban mirando desde el cielo, y la Biblia dice que “gozosamente clamaron a una.” Sí, “empezaron a gritar en aplauso” en esta importante ocasión.—Job 38:4, 7.
¿Qué hizo que estos ángeles se sintieran tan felices? Tienen que haber sabido algo respecto al propósito que Dios tenía para la Tierra. Puede que Dios les haya dicho que iba a crear nuevas clases de criaturas para vivir aquí. Así que los ángeles se regocijaron al ver que se preparaba un lugar tan hermoso para ser el hogar eterno de la familia humana.
Finalmente, después de producir otras criaturas, Dios creó a la primera pareja humana, Adán y Eva. Entonces los puso en un lugar de la Tierra de singular hermosura llamado el jardín de Edén, y les dijo: ‘Tengan muchos hijos de modo que ellos llenen la tierra. Cultiven la tierra y cuiden los peces, las aves y todos los animales.’ (Génesis 1:28) Dios quería que los humanos vivieran para siempre en felicidad en la Tierra.—Salmo 37:29.
Pero, Adán y Eva se rebelaron contra Dios. Como resultado de esto, a toda la familia humana le sobrevinieron enfermedad, dificultad y muerte. (Romanos 5:12) ¿Terminaría en desilusión el regocijo de aquellos “hijos de Dios” que estuvieron mirando cuando se preparó la Tierra? ¿Dejaría de cumplirse el propósito de Dios respecto a la Tierra?
No, porque Dios estaría admitiendo su derrota si no cumplía con lo que se propuso. ¡El jamás haría tal cosa! El dice: “Todo lo que es mi deleite haré.” (Isaías 46:10, 11) Y la Biblia dice que Dios no creó la Tierra “sencillamente para nada,” sino “que la formó aun para ser habitada.”—Isaías 45:18.
Cierto, ahora la Tierra está habitada, pero no de la manera que Dios se propuso. Hay odio. Hay crimen. Hay guerra. Millones de personas están hambrientas y enfermas. Pero Dios creó nuestra Tierra para que fuera el hogar feliz de la humanidad para siempre. ¡Y lo será! La Biblia predice: “Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Revelación 21:3, 4.