Un futuro para los jóvenes de hoy
JORGE había estado trabajando en una compañía de seguros por algún tiempo cuando tuvo que renunciar por razones personales. Tenía entonces 20 años de edad, lo cual significa que tenía más o menos la misma edad que la “generación perdida.” Sin embargo, cuando dejó el trabajo, cierta mujer de 40 años de edad con quien él había trabajado le escribió la siguiente carta:
“Quisiera aprovechar esta oportunidad para desearte un futuro con buena suerte, buena salud, felicidad y éxito. Ha sido un placer conocerte y trabajar contigo. Eres un joven excelente y haces honor a tu familia. En este día y esta era cuando el mundo está tan trastornado, y la juventud de hoy parece estar tan perdida, es refrescante conocer a una persona cortés y respetuosa como tú. Que Dios te bendiga siempre.”
Está claro que Jorge es diferente de muchos jóvenes de hoy. El no ‘parece estar tan perdido.’ ¿Por qué no? En una carta, él explicó: “Con la ayuda de la Biblia mis padres me han guiado en la vida para que yo llegase a ser lo que soy ahora.”
Sí, los padres de Jorge se dieron cuenta de que era necesario ‘guiarlo’ a través de las dificultades que surgen en el desarrollo. Pero ¿por qué tuvieron ellos éxito mientras que tantos otros padres han fracasado? Porque, como dijo Jorge, ellos contaron con “la ayuda de la Biblia.” Cierto, hoy no está de moda el acudir a la Biblia en busca de guía. Sin embargo, he aquí un caso en el que la aplicación del consejo bíblico dio resultados.
Si usted es padre o madre, ¿le gustaría saber algunas de las cosas que los padres de Jorge enseñaron a éste mientras crecía, las cuales tuvieron tan buen efecto en él durante sus primeros años de adulto? O si eres adolescente, ¿por qué no consideras algunas de estas cosas tú mismo? Estas ayudaron a Jorge a evitar la falta de propósito en la vida y el descontento que son comunes en el mundo actual. Te pueden ayudar a ti de la misma manera.
El mejor comienzo
Para comenzar, los padres de Jorge obviamente reconocieron que el criarlo era responsabilidad de ellos, no de otra persona. Sabían que las siguientes palabras bíblicas no se dirigen a nadie más sino a los padres: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.” (Proverbios 22:6) Y, por supuesto, Jorge estuvo dispuesto a aceptar el entrenamiento que sus padres procuraron proveerle.
La Biblia compara los pequeñuelos con “flechas en la mano de un poderoso.” (Salmo 127:4) Si una flecha ha de ser útil y eficaz cuando se necesite, tiene que estar preparada hábilmente. Para que la flecha siga el rumbo previsto, se colocan plumas en el extremo opuesto a la punta de manera que forme un ligero ángulo para que la flecha gire mientras va en vuelo. De lo contrario la flecha se desviaría fácilmente y no iría directamente al blanco.
De igual manera, a menos que a los jóvenes se les dé buena orientación, se desviarán fácilmente del camino correcto. Esto se ve por una encuesta en la que se entrevistó a casi 5.000 jóvenes, entre las edades de 10 y 18 años, de 160 escuelas por toda Inglaterra. De los que tenían 10 años de edad, el 71 por ciento creía que todos debían orar a Dios, mientras que solo el 34 por ciento de los que tenían 18 años de edad compartían dicha opinión.
¿A qué se debe esta diferencia entre los más jóvenes y los de más edad? Evidentemente, a medida que crecían, el cinismo y el escepticismo del mundo a su alrededor habían influido en los adolescentes. O quizás habían hecho preguntas que nadie había podido contestar.
Algo por lo cual vivir
¿Por qué no tuvo un efecto adverso en Jorge el escepticismo? El dice que sus padres le enseñaron sobre el “modo de obrar maravilloso y los atributos amorosos” de Jehová Dios. Por lo tanto, él estaba consciente de su relación con Dios, sabía lo que significaba conocerlo y ser conocido por El. Esto orientó a Jorge, le dio una meta en la vida. También le ayudó a mantener altas normas morales.
Pero, ¿de qué vale tener altas normas morales y metas si el futuro es tan inseguro y todo este sistema de cosas parece estar derrumbándose?
El deterioro de este sistema de cosas no causa sorpresa a los estudiantes concienzudos de la Biblia. Ellos saben que la Biblia advierte que en nuestro día los hombres serían “amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural ...,” y así sucesivamente. Y, por supuesto, estas mismísimas cosas han hecho que el mundo sea tan inestable.—2 Timoteo 3:1-5.
No obstante, la Biblia nos asegura que Dios ha notado la mala conducta del hombre y no permitirá que continúe indefinidamente. Más bien, él habrá de “causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Revelación 11:18) Pero eso no será el fin de todo. La Biblia también promete “nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar.”—2 Pedro 3:13.
Los que gobiernen en ese nuevo sistema no serán políticos solapados ni industriales despiadados. Más bien, se nos promete: “Los malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que poseerán la tierra. ... Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Salmo 37:9, 11.
Es posible que al leer esto algunos digan: ‘¡Eso nunca sucederá!’ Pero Jorge cree que puede suceder. Y lo mismo creen miles de otros jóvenes. No son crédulos ni incautos. No, como los jóvenes modernos de todas partes, querían tener prueba antes de creer las cosas. Y cuando consideraron la prueba de que estas promesas son confiables, quedaron satisfechos.
Recomendamos al lector que no rechace estas promesas sin haberlas examinado antes. Después de todo, ¿qué otra esperanza hay para el futuro?
Una vida de éxito ahora
Quizás usted pueda comprender por qué los jóvenes como Jorge son tan diferentes de muchos otros jóvenes de hoy. Son jóvenes normales, en el sentido de que tienen que enfrentarse a las mismas presiones y dificultades a las que tienen que enfrentarse todos los demás jóvenes a medida que crecen. Pero tienen ante ellos un buen futuro. Tienen orientación y, por eso, no están “perdidos.” Además, puesto que creen en la Biblia tienen acceso a una extraordinaria fuente de consejo que los ayuda a evitar peligros y a tener éxito en la vida actual.
Por ejemplo, a menudo sucede que los jóvenes, hastiados de este mundo, tratan de ser diferentes. Sin embargo, al hacer eso, ¿tienen ellos algo mejor que ofrecer? ¿No es cierto que muchos jóvenes rebeldes son más inmorales, más desequilibrados, más violentos y más egoístas que el sistema que ellos condenan?
Es cierto que la Biblia nos insta a ser diferentes. Dice: “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas.” Pero luego nos muestra cómo podemos hacer esto con éxito: “Transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.” (Romanos 12:2) Por lo tanto, el cristiano verdadero llega a ser diferente cuando procura mantener normas más altas que las comunes en este mundo. Trata de vivir la vida como Dios dice que debería vivirse, y así no se deja corromper por el mundo.
Además, Jesús dijo: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.” (Hechos 20:35) Esta no es la actitud común. Hoy la gente cree que cada cual debe “ocuparse de sí mismo.” Pero, ¿ha resultado esa actitud en felicidad? Por supuesto que no. En consecuencia, el cristiano que sigue el consejo bíblico y obra altruistamente manifiesta la manera correcta de obrar. ¿No ha notado usted que la ‘generosidad engendra generosidad’? Alguien generoso crea un ambiente alrededor de sí mismo en el cual es agradable vivir. Además es feliz porque está cultivando cualidades que Dios puso en el hombre desde el principio.—Lucas 6:38.
La Biblia también nos aconseja que trabajemos duro, que no seamos perezosos ni dependamos de otros para conseguir alimento. (Efesios 4:28; 2 Tesalonicenses 3:12) El trabajo nos hace bien. Se nos hizo para trabajar, y los logros producen satisfacción y gozo. (Eclesiastés 2:24) Los que rehúyen el trabajo degeneran moral y físicamente.
De igual manera, se nos advierte que no hagamos del dinero nuestro dios. Tenemos que ganarnos la vida, pero si el ganar dinero llega a ser nuestra meta primordial en la vida, los resultados pudieran ser lamentables. La Biblia dice: “Los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales.” (1 Timoteo 6:9, 10) Es probable que usted haya leído de personas que trabajaron durísimo para hacerse muy ricas. ¿Las hizo esto felices? En muchos casos, sacrificaron su salud, felicidad, familia y sus amigos al ir en pos de su meta.
No, Dios nos dio cosas más valiosas por las cuales trabajar. Las personas sabias siguen este consejo: “Que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.”—1 Timoteo 6:18, 19.
¿Le parece esto razonable? Ciertamente no es razonable la falta de principios que rige la manera de proceder de este mundo. Pero millones de personas hoy día están descubriendo que el modo de vida que se basa en servir a Dios y a nuestro semejante, además de basarse en la expectativa segura de disfrutar del buen futuro que Dios ha puesto ante nosotros, resulta en éxito y es también razonable. Da buenos resultados.
Al llegar a este punto, si usted es padre o madre, puede que piense: ‘No estoy capacitado para dar a mis hijos una confianza tan firme en el futuro ni un conjunto de principios tan eficaz por el cual deban vivir. Sencillamente no tengo suficiente conocimiento.’ O, puede que los adolescentes se pregunten: ‘¿Dónde pudiera yo obtener dicha información?’ Bueno, la información básica está en la Biblia. Pero los testigos de Jehová ayudaron a los padres de Jorge a dar con esa información. Estos estudiantes de la Biblia están dispuestos a ayudar a todos —jóvenes y mayores— a obtener este mismo conocimiento y a ver por sí mismos lo práctico que éste es.
¿Por qué no acepta la ayuda de ellos? La vida no tiene que estar llena de frustraciones ni sin propósito. Si eres joven —o aunque no seas muy joven— ¿por qué no sigues el ejemplo de millares de personas que, como Jorge, han hecho que su vida tome un rumbo fijo. Disfrute ahora de una vida llena de satisfacción y confíe en que tendrá un futuro con buenos resultados.
[Comentario en la página 8]
No rechaces estas promesas sin haberlas examinado antes. Después de todo, ¿qué otra esperanza hay para el futuro?
[Ilustración en la página 5]
A menos que a los jóvenes se les dé buena orientación, se desviarán fácilmente del camino correcto
[Ilustración en la página 6]
Lamentablemente, muchos jóvenes rebeldes de hoy son más violentos o más egoístas que el sistema de cosas que ellos condenan
[Ilustración en la página 7]
Cuando consideraron la prueba de que estas promesas son confiables, quedaron satisfechos