Ponderando las noticias
Juguetes ‘violentos’
Durante las Navidades generalmente se oyen exclamaciones de “¡Paz en la Tierra!”, que hacen los que las celebran. Pero en estas últimas Navidades que hubo en Zululandia, África del Sur, los comentarios de un niño de tres años de edad revelaron un espíritu diferente. Cuando al pequeñuelo se le preguntó qué quería para Navidad, respondió: “Pistolas, para que pueda matar gente”. ¿Por qué hizo una petición tan agresiva ese niño tan pequeño? Al señalar a la posible razón, el Zululand Observer dijo: “Un viaje a una bien surtida tienda de juguetes de Empangeni [Zululandia] esta semana mostró que en los estantes había no menos de 73 tipos diferentes de pistolas de juguete”. Entre otros juguetes que se ofrecían había granadas de mano hechas de plástico y videojuegos que promovían el derribo de aeroplanos. El fabricante de cierto juguete, la etiqueta del cual decía que era “apropiado para niños de tres años de edad o mayores”, decía a los niños que podrían “borrar de la faz de la Tierra a sus enemigos”.
En agudo contraste con el espíritu bélico que reflejan muchos de los juguetes que se venden hoy día, el profeta bíblico llamado Miqueas predijo que los adoradores de Jehová Dios, jóvenes o mayores, ‘no aprenderían más la guerra’ (Miqueas 4:1-4). Si usted, como padre o madre, se preocupa por la inclinación militarista que es evidente en muchos juguetes que se venden hoy, sería bueno recordar este proverbio: “Enseñe al niño cómo debe vivir, y se acordará de ello toda la vida” (Proverbios 22:6, Today’s English Version). Además de servir de diversión a los niños, los juguetes deben enseñarles cómo es el mundo que los rodea y prepararlos para la vida adulta. El escoger con cuidado al comprarles juguetes es un ingrediente que ayudará a que sus hijos se conviertan en adultos cristianos que sean responsables. Usted también debe ayudar a sus hijos a imitar al Hijo de Dios, Jesucristo, quien dijo: “Mi paz les doy”. (Juan 14:27.)
La fecha de la muerte
Por siglos ha sido tema de debate la fecha de la muerte de Jesucristo. Hay defensores de casi todo año entre 26 y 36 E.C. Los testigos de Jehová han señalado por largo tiempo el 3 de abril de 33 E.C., según el calendario juliano (o el 1 de abril según nuestro actual calendario gregoriano), como la fecha del empalamiento y la muerte de Jesús. Sus cálculos se basan en el registro bíblico y en las fechas seglares que concuerdan con la cronología bíblica, ya que los Testigos creen que “toda Escritura es inspirada de Dios”. (2 Timoteo 3:16.)
Es interesante notar que en un artículo que se publicó en Nature, dos científicos británicos fijaron como la fecha del empalamiento de Jesús el 3 de abril del 33 E.C., según el calendario juliano. C. J. Humphreys y W. G. Waddington, de la Universidad de Oxford, afirman que se valieron de cálculos astronómicos “para reconstruir el calendario judío del primer siglo d.C., lo cual mejoró la exactitud de versiones anteriores”. Por eso, limitaron a dos la cantidad de fechas posibles... 7 de abril de 30 E.C. y 3 de abril de 33 E.C. Descartan la fecha del 7 de abril de 30 E.C. porque no deja suficiente tiempo para que el ministerio de Jesús abarque las cuatro Pascuas que se mencionan en los Evangelios (Juan 2:13; 5:1; 6:4; 13:1). Según la investigación que realizaron, un eclipse lunar fue visible en Jerusalén el 3 de abril de 33 E.C., y no hubo ninguno durante el año 30 E.C. Muchos detalles del informe de estos científicos se presentaron hace algunos años en La Atalaya. Vea el número del 1 de febrero de 1960, páginas 84-87.
Fracasa la educación sexual
De cada tres estudiantes de séptimo grado en Canadá, solo uno cree que sea posible que una muchacha de menos de 16 años de edad quede embarazada. Esa sorprendente falta de conocimiento elemental sobre la reproducción sexual se reveló en un estudio que se realizó entre 28.905 estudiantes canadienses. Ciertas estadísticas de abortos que aparecieron en el Toronto Star parecen también señalar a la evidencia de que muchos jóvenes no captan lo que se les enseña por medio de la ‘educación sexual’. En Toronto hubo un aumento el año pasado en la cantidad de abortos entre las muchachas de 10 a 14 años de edad. “Tan solo el mirar las cifras de abortos me preocupa”, dice un concejal de Toronto.
Los abortos entre las jóvenes es un problema mundial, no solo de Canadá. Es parte de la creciente ola de inmoralidad que actualmente recorre nuestro globo terráqueo... otra prueba de que este sistema está en sus “últimos días” (2 Timoteo 3:1-4). La educación sexual sin la debida guía moral no detendrá el torrente de preñeces fuera del arreglo marital. Pero la educación en las normas morales de Dios, como rompe- olas, sí lo hará. La Biblia coloca sobre los padres la responsabilidad principal de inculcar en sus hijos principios morales que provengan de Dios, incluso los que se relacionan con asuntos sexuales. (Deuteronomio 6:6, 7; Efesios 6:4; vea también los capítulos 5 y 7 de Proverbios.)