Estabilidad económica... ¿dónde hallarla?
AMBOS jóvenes estaban amargados, desalentados... y desempleados. Según la revista Time, “habían conectado una manguera al tubo de escape, la habían llevado al compartimiento de pasajeros y habían rellenado con trapos las aberturas que había en las ventanas”. La nota escalofriante que explicaba el suicidio de ellos decía: “¿Qué razón nos queda para vivir, ahora [que] no hay trabajo para nadie?”.
Reportajes como ése indican el alto nivel de frustración que siente la gente hoy día. A todos nos perjudica, de un modo u otro, la inflación, el desempleo y la carga contributiva siempre aumentante. Para algunas familias, esto significa que la esposa, y en algunos casos hasta los hijos, tienen que trabajar seglarmente. Para otras, ha significado cambios drásticos en los hábitos de alimentación, la recreación y la vivienda. Ni siquiera el tener dinero en el banco es garantía de estabilidad económica, debido a los efectos erosivos de la inflación. Bien profetizó la Biblia que éstos serían “tiempos críticos, difíciles de manejar”. (2 Timoteo 3:1-5.)
Hasta los ricos se ven afectados por las escaseces que produce la inflación (Revelación 6:6). Para formar una “barrera” que los proteja de la inflación, hay quienes hacen inversiones en valores, bienes raíces, divisas o metales preciosos. Pero incluso los inversionistas más perspicaces han caído en el lazo de cambios súbitos e inesperados. Recuerde, por ejemplo, cómo hubo una gran baja en el precio del oro en solo unos cuantos días, de un máximo de $875/oz. a menos de $650, y más tarde a menos de $300 (E.U.A.). Los inversionistas, por lo tanto, se ven obligados a estar ansiosamente pendientes de sus inversiones. Eso nos recuerda las palabras de la Biblia en Eclesiastés 5:12: “La abundancia que le pertenece al rico no le está permitiendo dormir”.
“No conociendo la salida”
No obstante, ¿pueden los economistas mostrar cómo salir de este caos? ¿Cómo pudieran hacerlo, si entre ellos hay tanto desacuerdo? Por ejemplo, tanto Gran Bretaña como Francia, que son naciones vecinas, han seguido el consejo de sus mejores asesores en economía. Sin embargo, ambas naciones siguen políticas económicas totalmente distintas. Gran Bretaña trata de reducir la inflación al disminuir los gastos gubernamentales y permitir altas tasas de intereses. Francia, por otro lado, se arriesga a aumentar la inflación al ‘abrir de par en par la tesorería nacional’ y gastar mucho dinero para crear empleos. Al comentar sobre esta anomalía, la revista Time declaró: “Las dos filosofías no pudieran estar más alejadas, o, según lo ven muchos, las oportunidades de éxito que tienen no pudieran ser más parejas”.
La Biblia profetizó con exactitud que habría “angustia de naciones, no conociendo la salida” (Lucas 21:25). Así que si hasta los líderes mundiales mismos están perplejos por los ayes económicos del mundo, ¿qué oportunidad de sobrevivir tiene la persona de término medio, como usted? ¿Hay alguna fuente confiable de consejo? ¿Se pueden hacer buenas inversiones que garanticen un porvenir seguro?