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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1984
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1984
w84 1/11 págs. 9-13

“Deberían ser maestros”

‘El esclavo del Señor tiene que ser capacitado para enseñar.’ (2 TIMOTEO 2:24.)

1, 2. ¿De qué manera sobresaliente deben los cristianos imitar a Jesús?

CIERTO día de primavera del año 31 E.C., Jesús pronunció un discurso al aire libre a una muchedumbre grande y variada que se había reunido para escuchar lo que él enseñaba. Habló sin la ayuda de micrófonos modernos, y se valió de la acústica natural de una ladera para hacerse escuchar. Y lo que dijo fue extraordinario. Después que terminó de discursar, las personas que le oyeron hablar concordaron en que nunca antes habían oído algo similar. El registro nos dice: “Las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar” (Mateo 7:28). En aquella ocasión, y en muchas otras, Jesús demostró que verdaderamente era un maestro por excelencia.

2 Además, dijo a sus seguidores que ellos también serían maestros. Dijo: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones [...] enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20). El apóstol Pablo también recalcó que los cristianos tienen la responsabilidad de enseñar. “Deberían ser maestros en vista del tiempo”, dijo a los cristianos hebreos (Hebreos 5:12). Además, dijo a Timoteo: “El esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser amable para con todos, capacitado para enseñar”. (2 Timoteo 2:24.)

3. ¿Qué ocasiones podrían exigir que el cristiano enseñara?

3 ¿Por qué se da tanto énfasis a este asunto de enseñar? Pues bien, los cristianos tienen que saber enseñar cuando predican de casa en casa y en las calles, o cuando vuelven a visitar a los recién interesados en el mensaje y conducen estudios bíblicos con ellos. Tratan de aprovechar todos sus tratos con otras personas como oportunidades para enseñar. (Véase Juan 4:7-15.) Además, el ministro cristiano tiene que enseñar cuando dirige la palabra a la congregación en el Salón del Reino, o cuando da consejo a nivel personal. Y a las mujeres maduras se aconseja que enseñen a las más jóvenes “lo que es bueno” (Tito 2:3-5). Los padres cristianos, también, procuran criar a sus hijos en “la disciplina y regulación mental de Jehová”... algo que requiere que uno despliegue gran aptitud al enseñar (Efesios 6:4; Deuteronomio 6:6-8). ¡No es de extrañar que el apóstol Pablo haya dicho que el cristiano tiene que ser “capacitado para enseñar”!

4, 5. ¿Qué ayuda tenemos para llegar a ser buenos maestros?

4 Pero el enseñar no es fácil. Es un arte (2 Timoteo 4:2). ¿Cómo pueden los cristianos, muchos de los cuales no son “sabios según la carne”, desarrollar este arte? (1 Corintios 1:26.) Esto solo se puede lograr con la ayuda de Jehová (Mateo 19:26). Jehová da sabiduría a los que la piden (Santiago 1:5). Su espíritu santo apoya a los que se esfuerzan por hacer Su voluntad, y Dios nos ha dado la Biblia, que es “provechosa para enseñar”, y puede ayudarnos a estar “equipados para toda buena obra”, incluso el enseñar. (2 Timoteo 3:16, 17.)

5 La Biblia nos ayuda a llegar a ser mejores maestros. Lo hace especialmente por medio de informar de manera fiel sobre el ministerio de Jesús, cuya aptitud docente causó tanto asombro entre sus contemporáneos (Marcos 1:22). Si aprendemos en cuanto a lo que lo hizo tan buen maestro, podemos tratar de imitarlo. El hecho es que tenemos que considerar dos aspectos en el asunto de la enseñanza: las cualidades del maestro mismo, y su manera de enseñar. Veamos cómo fue cierto esto en el caso de Jesús, y lo que podemos aprender de su ejemplo.

El maestro...

6. ¿Cuál es un aspecto de la enseñanza de Jesús que es vital que imitemos? ¿Por qué?

6 En cierta ocasión Jesús dijo: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me envió” (Juan 7:16). En otra ocasión dijo: “No hago nada de mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me enseñó” (Juan 8:28). Así, Jesús dirigió la atención a su Padre celestial. Aunque era el Mesías, su móvil era la glorificación del nombre de Jehová, no del suyo propio (Mateo 6:9; Juan 17:26). Esta actitud humilde contribuyó a que Jesús fuera un maestro sobresaliente. Los maestros cristianos de hoy deben desplegar una humildad semejante a la de Jesús. Su móvil es traer alabanza, no a sí mismos como maestros, sino a Jehová como el Autor de lo que ellos enseñan. Así los instruidos por ellos llegan a ser siervos de Dios, no discípulos de algún ser humano. (Compárese con Hechos 20:30.)

7, 8. a) ¿Qué actitud excelente tenía Jesús para con la verdad? (Salmo 119:97.) b) ¿Cómo puede ayudarnos a mejorar nuestra aptitud docente el tener una actitud similar a la de Jesús?

7 Entonces, considere que Jesús vino para “dar testimonio a la verdad”, y que tenía conocimiento cabal del asunto de que trataba (Juan 17:17; 18:37). Aun a la edad de 12 años se interesaba profundamente en asuntos bíblicos (Lucas 2:46, 47). Está claro que Jesús amaba la verdad (Salmo 40:8). Este entendimiento profundo que tenía de la verdad, y el gran amor que sentía por ella, convenció a Jesús de que otras personas tenían que oír su mensaje, y esto hizo que él estuviera resuelto a enseñarlo con la mayor eficacia posible. (Juan 1:14; 12:49, 50.)

8 ¿Qué hay de nosotros? Probablemente sepamos bastante acerca de la verdad, pero ¿la amamos? ¿Dedicamos tiempo a estudiar para llegar a ser más hábiles en nuestro uso de ella? ¿Disfrutamos de hablar acerca de ella con otras personas? A medida que nuestro conocimiento de la verdad se profundice, nuestro amor por ésta crecerá, al igual que nuestro entusiasmo respecto a compartirla con otras personas. El salmista pronunció feliz al hombre cuyo “deleite está en la ley de Jehová, y en su ley lee en tono bajo día y noche”. En el caso de tal hombre, la Biblia dice: “Todo lo que hace tendrá buen éxito”, y en ello se incluye la enseñanza. (Salmo 1:1-3.)

9. ¿Qué otra cualidad de Jesús contribuyó a su excelente aptitud docente?

9 Sin embargo, el sencillamente tener buen conocimiento acerca de algún asunto no quiere decir necesariamente que seamos maestros expertos. Cuando estaba en la escuela, usted quizás haya tenido algún maestro que tenía buen conocimiento de la materia que enseñaba, pero que era deficiente como maestro. ¿A qué se debía eso? Tal vez a que no tenía la cualidad que abundaba en Jesús: profundo amor e interés para con otras personas. El registro nos informa de esta ocasión: “Al ver las muchedumbres [Jesús] se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor” (Mateo 9:36). Nunca estuvo demasiado cansado u ocupado para ayudar a otras personas (Juan 4:6-26). Era bondadoso, amable y paciente con las debilidades de ellas. Quería darles ayuda (Lucas 5:12, 13). Hoy día, el maestro cristiano tiene que desplegar estas mismas cualidades para que también alcance éxito.

10. ¿Por qué es vital para tener éxito en la enseñanza el dar un buen ejemplo?

10 Además, note un cuarto aspecto que distinguía a Jesús como maestro. “Él no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño.” (1 Pedro 2:22.) No hizo nada que restara mérito a su enseñanza. ¿Es esto cierto también en nuestro caso? Pablo escribió a los romanos: ‘Tú, sin embargo, el que enseñas a otros a “no hurtar”, ¿hurtas?’ (Romanos 2:21). De igual manera, el anciano que enseña a la congregación sobre la importancia del servicio del campo, ¿es él mismo activo en el servicio del campo? El que da un discurso para animar a leer la Biblia, ¿tiene él mismo un programa para leer la Biblia? En algunas situaciones la conducta misma puede, sin palabras, ‘ganar’ a un opositor (1 Pedro 3:1). Las acciones pueden hablar más audiblemente que las palabras. Ciertamente, si nuestras acciones contradicen nuestras palabras, el estudiante percibirá rápidamente la diferencia entre lo que decimos y lo que hacemos, y nuestra enseñanza probablemente será en vano.

11. ¿Qué otro aspecto de la enseñanza se considera aquí?

11 El que el maestro desee alabar a Jehová, el que entienda la verdad y la ame, el que despliegue interés amoroso por otros y dé un buen ejemplo, todas estas cosas son partes vitales de ser un buen maestro. A los estudiantes sinceros les atraen tales cualidades aunque el maestro no sea particularmente hábil en cuanto a métodos o técnicas de enseñanza. No obstante, el enseñar es un arte, y el dar atención a los diferentes métodos y técnicas de enseñanza puede mejorar nuestra aptitud docente. Considere algunos de los aspectos técnicos de la enseñanza de Jesús y vea si éstos pueden ayudarle a mejorar como maestro.

... y su enseñanza

12. a) ¿Qué característica de la enseñanza de Jesús se destaca en Mateo 5:3-12? b) ¿Cómo podríamos aplicar dicha característica para mejorar nuestra propia aptitud docente?

12 Para captar el sabor de la enseñanza de Jesús, lea usted mismo los primeros versículos de su Sermón del Monte (Mateo 5:3-12). ¿Qué lo impresiona a usted inmediatamente? Pues, que Jesús escogió cuidadosamente sus palabras. La serie de oraciones cortas que introdujo con la frase: “Felices son [...]” hace que la introducción sea memorable. Pero note también lo siguiente: No usa palabras u oraciones complicadas y altisonantes. Las verdades que expresa son profundas, pero las presenta sencillamente. He ahí un secreto del enseñar eficaz: LA SENCILLEZ. Lea el resto del discurso de Jesús y note otros ejemplos de verdades profundas expresadas con sencillez y claridad (Mateo 5:23, 24, 31, 32; 6:14; 7:12). Entonces piense en cómo usted podría explicar de modo sencillo algunas verdades profundas, como, por ejemplo, la que tiene que ver con los Tiempos de los Gentiles, o por qué la Biblia presenta tanto una esperanza celestial como una terrenal.

13, 14. ¿Cómo dieron vida a las palabras de Jesús las ilustraciones?

13 Ahora lea Mateo 5:14-16. Jesús anima a los que le oyen y son humildes a esparcir la verdad en otros lugares mediante sus hechos y palabras excelentes. Tal vez esta idea los haya sorprendido. En aquellos días se consideraba que los escribas y los fariseos eran los maestros de la nación judía. Pero Jesús expresó el asunto de manera que resaltara y sonara muy razonable. ¿Cómo? Por medio de una ilustración magistral. He aquí una valiosa ayuda docente que Jesús usó a menudo: LAS ILUSTRACIONES.

14 ¿Por qué usar ilustraciones? Porque pensamos mejor en términos de cuadros mentales. Y cuando se basan en cosas familiares, las ilustraciones pueden contribuir a que entendamos los asuntos espirituales con mayor facilidad. Por eso, Jesús comparó a Jehová, el Oidor de la oración, a un padre que da cosas buenas a sus hijos. Describió el dificultoso sendero que lleva a la vida como una puerta angosta que conducía a un camino estrecho. Comparó a los falsos profetas a lobos que se disfrazaban como ovejas o a árboles que producían fruto podrido (Mateo 7:7-11, 13-21). Estas ilustraciones, basadas en la realidad, dieron vida a las palabras de Jesús. Las lecciones que él dio llegaron a ser memorables, inolvidables.

15. Dé varios ejemplos de cómo los cristianos pueden usar ilustraciones hoy día para mejorar su enseñanza.

15 De manera similar, hoy día los maestros cristianos emplean ilustraciones para que a otras personas se les haga más fácil aceptar las ideas que son nuevas para ellas. Algunos maestros han ilustrado lo irrazonable que es la doctrina del infierno del fuego por medio de preguntar al oyente qué pensaría de un padre que castigara a su hijo desobediente mediante sujetar la mano de éste sobre el fuego. La verdad de que relativamente pocas personas de la humanidad van al cielo, mientras que a la mayoría se da la esperanza de vivir para siempre en la Tierra, se puede ilustrar por medio de una nación en la que solo unos cuantos toman parte en el gobierno, mientras que la mayoría disfruta de los beneficios de dicho gobierno. Pero, generalmente, las ilustraciones deben basarse en cosas que sean familiares al oyente. No deberían tener detalles que requieran mucha explicación ni ser tan largas que oculten el punto que se esté enseñando.

16. ¿Qué clase de ilustraciones son particularmente vívidas?

16 No olvide que las ilustraciones pueden ser visuales también. Cuando a Jesús se le preguntó si era apropiado pagar impuestos a César, él pidió una moneda, un denario, y la usó para ilustrar su contestación (Mateo 22:17-22). Cuando hizo hincapié en lo indispensable que era la humildad, ilustró el punto mediante llamar a sí a un niñito (Mateo 18:1-6). Y cuando habló acerca de mostrar devoción completa, señaló a una viuda de la vida real que estaba dando todo lo que tenía —dos moneditas— a la tesorería del templo (Marcos 12:41-44). De manera similar, algunos hermanos que pronuncian discursos en las reuniones cristianas que se celebran en el Salón del Reino hallan que puede ser muy útil usar pizarras, láminas, gráficas y diapositivas, mientras que en los estudios bíblicos que se conducen en los hogares se pueden utilizar ilustraciones impresas u otras ayudas. Las ilustraciones visuales son mucho más eficaces que solo usar palabras.

17. Mencione otro método de enseñanza que Jesús empleaba con mucha frecuencia.

17 Finalmente, lea cómo Jesús trató con los fariseos en el caso que está registrado en Mateo 12:10-12. Note cómo contestó hábilmente una pregunta que era muy engañosa. Sí, empleó una ilustración, pero ¿notó usted cómo la formuló? Como una pregunta. Así, guió hábilmente a sus oyentes a un punto de vista más equilibrado sobre el sábado. Por eso, LAS PREGUNTAS constituyen otra valiosa ayuda de enseñanza que Jesús empleó. Note cómo Jesús usó preguntas para hacer reflexionar a sus oyentes y para obligar a los opositores a reconsiderar la posición de ellos. (Mateo 17:24-27; 21:23-27; 22:41-46.)

18. Dé algunos ejemplos de cómo los cristianos hoy pueden usar preguntas al tener consideraciones sobre puntos doctrinales.

18 De igual manera, hoy día los cristianos pueden valerse de las preguntas. Así, cuando alguien que cree en la Trinidad usa Mateo 28:18 para probar que Jesús es todopoderoso, y por lo tanto igual a Dios, los maestros experimentados han hallado útil usar preguntas para ayudarle a razonar. Pudiéramos preguntar: ‘Si se le dio a Jesús toda autoridad, como dice el versículo, ¿quién le dio la autoridad? Y ¿cuál era la posición de Jesús antes de que se le diera dicha autoridad?’. De este modo podemos ayudar al trinitario a considerar dicho texto bíblico desde otro punto de vista. De modo similar, alguien que crea en el infierno del fuego podría usar la parábola del hombre rico y Lázaro para tratar de probar que existe un infierno de fuego (Lucas 16:19-31). Preguntas como las siguientes podrían ayudar a tal persona: ¿Adónde fue el pobre cuando murió? Si fue al cielo, ¿significa eso que toda persona que está en el cielo mora en la posición del seno de Abrahán? Además, ¿por qué estaba allí Abrahán, puesto que Jesús dijo que hasta Su día ningún hombre había ascendido al cielo? (Juan 3:13.) Preguntas como éstas ayudarían a mostrar que la condición del pobre después de morir, según se describe en la parábola, tendría que ser simbólica. Por lo tanto, la condición del rico después de “morir” era simbólica también, y no debería entenderse como algo literal... especialmente en vista de lo que otros textos bíblicos dicen acerca del infierno. (Eclesiastés 9:10a.)

19. ¿Por qué son tan valiosas las preguntas en toda situación en que se requiere el enseñar?

19 Las preguntas hacen que el estudiante participe en el proceso de enseñanza. Hasta las preguntas retóricas (las cuales el discursante no espera que sus oyentes contesten) estimulan el pensamiento del oyente. Note cómo Jesús empleó preguntas retóricas en Mateo 11:7-11. Además, las preguntas se pueden utilizar de otra manera. A menudo, primero tenemos que descubrir lo que la persona piensa antes de que podamos darle ayuda. Puesto que, a diferencia de Jesús, no podemos leer el corazón, solo hay una manera de obtener dicha información: por medio de hacer preguntas certeras y bien pensadas. (Proverbios 18:13; 20:5.)

20. ¿Qué recompensas recibiremos si ‘prestamos constante atención a nosotros mismos y a nuestra enseñanza’? (1 Timoteo 4:16.)

20 Ciertamente el enseñar es un arte. Para cultivarlo, el maestro tiene que desarrollar cualidades en sí mismo y esforzarse por aprender cómo se enseña. Esto no es fácil, pero se puede cultivar. Pues el ser cristiano significa ser maestro. El cumplimiento de muchísimas obligaciones cristianas envuelve impartir enseñanza. Por eso, hacemos bien en aplicar el consejo de Pablo: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza”. Es cierto que, por naturaleza, algunas personas tienen más habilidad para enseñar que otras. Pero todos podemos tener éxito al enseñar si nos esmeramos y buscamos la ayuda de Jehová. Si lo hacemos, recibiremos recompensas de incalculable valor. Como Pablo pasó a decir: “Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan”. (1 Timoteo 4:16.)

[Nota a pie de página]

a Véase la nota al pie de la página de la New World Translation con referencias bíblicas; también el apéndice 4-B.

¿Cómo lo explicaría usted?

◻ ¿Qué cualidades ayudaron a Jesús a ser buen maestro?

◻ ¿Cómo pueden ayudarnos estas cualidades?

◻ ¿Por qué es vital que el maestro enseñe con sencillez?

◻ ¿Cómo puede dar realce a nuestra enseñanza el uso de ilustraciones y preguntas?

[Ilustración en la página 9]

La manera de enseñar de Jesús era diferente de la de los líderes religiosos

[Ilustración en la página 11]

Como Jesús, hoy día los cristianos se valen de toda oportunidad para enseñar

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