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  • El Armagedón... ¿procedente de un Dios de amor?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
w85 1/2 págs. 3-4

El Armagedón... ¿procedente de un Dios de amor?

“ARMAGEDÓN”... ¿qué significa este nombre bíblico? Se está presentando una serie de artículos informativos sobre este tema en los cuatro números de La Atalaya para enero y febrero de 1985, cada uno de los cuales tiene una portada significativa que lo presenta. Se espera que estas consideraciones bíblicas consuelen al lector mediante el conocimiento de lo que es el verdadero ARMAGEDÓN.

¿EN QUÉ piensa usted cuando ve la palabra “Armagedón”? Para muchas personas significa una confrontación violenta entre las superpotencias mundiales. La mayoría de la gente se imagina el desastre final... una destrucción nuclear mundial que convierte nuestra Tierra en una devastada esfera de cenizas radiactivas con pocos sobrevivientes, si acaso algunos. Sin embargo, contrario a tales opiniones populares, eso no es de ningún modo lo que Armagedón significa.

La fuente de la palabra “Armagedón” es la Biblia. Y en ésta aparece una sola vez... en el capítulo 16 del libro de Revelación o Apocalipsis. Después de decir cómo se reunirá a “los reyes de toda la tierra para la guerra del gran día del Dios Omnipotente”, la profecía declara: “Los reunirá en el lugar llamado en hebreo Armagedón”. (Rev 16 Versículos 13 a 16, E. M. Nieto.)

¡“La guerra del gran día del Dios Omnipotente”! Está claro que Armagedón es la guerra de Dios. Es cierto que en ella están implicados los reyes, o las naciones, del mundo. Pero ellos no salen a luchar unos contra otros, sino a pelear contra Dios y los ejércitos celestiales dirigidos por el Rey que Dios ha nombrado, Jesucristo... a quien se representa montado en un caballo blanco. ¿Cuál es el resultado? El relato bíblico dice: “Vi [...] a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército. [...] [Ellos] fueron muertos con la espada larga del que iba sentado en el caballo [...] Y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”. (Revelación 19:19-21.)

Una guerra sangrienta

El Armagedón será tan devastador que la matanza se describe como una siega de “la mies de la tierra” con una hoz aguda. “Y el ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la vid de la tierra, y la arrojó al gran lagar de la cólera de Dios. Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y salió sangre del lagar hasta la altura de los frenos de los caballos, por una distancia de mil seiscientos estadios.” (Revelación 14:15-20.)

Sí, la sangre fluirá en gran cantidad bajo la mano de las fuerzas de ejecución divinas. Los 69.000.000 de muertos de las dos guerras mundiales parecerán insignificantes en comparación con los que mueran en la guerra de Armagedón procedente de Dios. Respecto a ellos, el profeta Jeremías escribió: “Los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra. No serán plañidos, ni serán recogidos ni enterrados. Quedarán como estiércol sobre la superficie del suelo”. (Jeremías 25:30-33.)

Los proyectiles ardientes, las lluvias llameantes y otras fuerzas catastróficas que acompañarán el juicio de Dios infundirán terror en el corazón de la humanidad por toda la Tierra. En confusión, las personas se volverán cada cual contra su semejante, mientras las fuerzas de ejecución divinas atacarán sin tener en cuenta la edad ni el sexo de las personas. Pues Dios les habrá mandado que no muestren misericordia: “Hieran. No se sienta apenado su ojo, y no sientan ninguna compasión. A viejo, joven y virgen y niñito y mujeres deben matar... hasta arruinamiento”. (Ezequiel 9:5, 6; Zacarías 14:12, 13.)

Pero ¿cómo es posible que ocurra eso? ¿Cómo puede un Dios de amor dar una orden de ese tipo? ¿O es él simplemente un Dios frío, indiferente y vengativo que no se interesa en sus criaturas y tiene en poca estima a su creación humana? ¿Ocasionaría realmente un Dios de amor una guerra como el Armagedón?

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