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  • Ande con confianza en el acaudillamiento de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
w85 1/6 págs. 15-20

Ande con confianza en el acaudillamiento de Jehová

“Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni sufran un sobresalto delante de ellos, porque Jehová tu Dios es el que marcha contigo. Ni te desamparará ni enteramente te dejará.” (DEUTERONOMIO 31:6.)

1. ¿Cómo resultó ser Jehová un incomparable caudillo de los israelitas?

JEHOVÁ resultó ser un caudillo incomparable cuando sacó a los israelitas de la esclavitud en Egipto. No solo los guió a través del desierto, sino que también les proveyó alimento y algo de beber, y les dio instrucción sin defecto. Así, los levitas de los días de Nehemías pudieron decir: “Tú, sí, tú [Jehová Dios], en tu abundante misericordia no los dejaste en el desierto. La columna de nube misma no se apartó de sobre ellos de día para conducirlos en el camino, ni la columna de fuego de noche para alumbrarles el camino en que habían de ir. Y les diste tu buen espíritu para hacerlos prudentes, y tu maná no lo detuviste de su boca, y agua les diste, para su sed. Y por cuarenta años les proveíste alimento en el desierto. No les faltó nada. Sus mismísimas prendas de vestir no se gastaron, y sus pies mismos no se hincharon”. (Nehemías 9:19-21.)

2. ¿Por qué podía Moisés instar a los israelitas a ‘ser animosos y fuertes’?

2 El Maestro Divino, al administrar disciplina con bondad paternal, enseñó a los israelitas lo que significaba ser justo y recto. Todo cuanto hizo fue para el mayor bienestar de ellos. Incluso cuando ellos murmuraron y se rebelaron, él tuvo gran paciencia y no los abandonó. Particularmente cuando abrumadores ejércitos enemigos se enfrentaron a ellos, Jehová demostró ser un caudillo diestro e hizo estragos en las filas de los atacantes. Moisés dijo la verdad cuando animó a los israelitas con estas palabras: “Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni sufran un sobresalto delante de ellos, porque Jehová tu Dios es el que marcha contigo. Ni te desamparará ni enteramente te dejará” (Deuteronomio 31:1, 6). Dios ‘marcharía’ con ellos si ellos ejercían fe. ¡Qué aliciente para que andemos con confianza en el acaudillamiento de Jehová!

Advertencias del pasado

3. Poco después de ser libertados del cautiverio egipcio, ¿cómo mostró ingratitud y falta de confianza en Jehová el pueblo de Israel?

3 Sin embargo, las experiencias de los israelitas nos suministran advertencias. Aunque solo hacía poco tiempo que habían sido libertados del cautiverio egipcio, ellos pecaron repetidas veces contra su Caudillo invisible. Mientras Moisés estaba en el monte Sinaí recibiendo la Ley, desplegaron ingratitud por todo lo que Dios había hecho por ellos. Persuadieron a Aarón para que hiciera un becerro de oro, y adoraron al mismo en lo que Aarón llamó una “fiesta a Jehová” (Éxodo 32:1-6). Diez de los 12 espías que fueron enviados a explorar la tierra de Canaán resultaron sin fe, y solo Josué y Caleb instaron al pueblo a entrar en la tierra y tomarla. Pero Israel no obró con fe en Dios, quien por eso decretó que todos los varones “de veinte años de edad para arriba”, excepto la tribu de Leví y los fieles Caleb y Josué, morirían durante un período de 40 años en el desierto (Números 13:1–14:38; Deuteronomio 1:19-40). ¡Por supuesto, todo esto debería advertirnos contra desplegar la misma ingratitud por el acaudillamiento de Jehová y falta de confianza en el mismo!

4. ¿Cómo justifica la historia de Israel la calamidad que le sobrevino a Judá, Jerusalén y el templo en 607 a. de la E.C.?

4 Aunque los israelitas vagaron por el desierto durante 40 años, Jehová no los abandonó. Continuó peleando sus batallas. Después de la muerte de Moisés y Josué, Dios levantó jueces para librar a su pueblo de las garras de enemigos opresivos. Pero en aquel tiempo el pueblo de Israel hacía lo que era recto a sus propios ojos, y la violencia desaforada, la inmoralidad y la idolatría comenzaron a abundar (Jueces 17:6–19:30). Más tarde, cuando el pueblo quiso un rey humano para ser como las naciones circunvecinas, Jehová le concedió su petición, pero le advirtió acerca de las consecuencias (1 Samuel 8:10-18). No obstante, ni siquiera el reinado de la casa de David satisfizo al pueblo, y diez tribus se rebelaron en los días de Roboam (1 Reyes 11:26–12:19). La mismísima idea de que Dios condujera a Israel desapareció gradualmente de la mente de la mayoría. Tanto la destrucción de Jerusalén, junto con el templo, como el derrocamiento del reino de Judá a manos de los babilonios en 607 a. de la E.C. fueron juicios bien merecidos sobre un pueblo que no anduvo con confianza en el acaudillamiento de Jehová. ¡Qué advertencia para nosotros!

Jehová acaudilla a una nueva nación

5. ¿Qué proveyó Jehová mediante la persona de Jesús, y qué haría Jesús?

5 Al igual que los israelitas de la antigüedad, los posteriores siervos de Jehová pasaron por circunstancias cambiantes, pero él los dirigió de modo infalible. Cuando Jesús de Nazaret se sometió al bautismo en agua en 29 E.C., Dios proveyó un Profeta y Caudillo mayor que Moisés. Como el Mesías, éste conduciría a personas hacia fuera de este mundo inicuo que yace en el poder de Satanás (Mateo 3:13-17; Daniel 9:25; Deuteronomio 18:18, 19; Hechos 3:19-23; 1 Juan 5:19). Pero ¿a qué personas? Pues, ¡a los judíos y a otras personas que ejercieran fe en el Mesías provisto por el gran Caudillo celestial, Jehová Dios!

6. a) ¿Por qué pudieron predicar y encargarse de una organización creciente los seguidores de Jesús? b) ¿Por qué pareció más tarde que la luz de la verdad bíblica se había apagado?

6 Jesús enseñó a sus seguidores la maravillosa verdad de Dios y les dio la instrucción necesaria para el ministerio (Lucas 10:1-16). Así, cuando Cristo completó su ministerio y se presentó como sacrificio en favor de la humanidad pecaminosa, dejó tras sí seguidores adiestrados para seguir adelante con la obra de predicar y para administrar los asuntos de la creciente organización de los que creían en él. Durante el período apostólico hubo fiera persecución. Pero la mano de Jehová estuvo con su pueblo, y las dificultades de este pueblo fueron compensadas por maravillosos aumentos en la cantidad de creyentes (Hechos 5:41, 42; 8:4-8; 11:19-21). Después que los apóstoles de Jesús y sus colaboradores directos murieron, los que afirmaban seguir a Cristo llegaron a estar bajo la gobernación de clérigos y reyes crueles y arrogantes (Hechos 20:28-30). Puesto que tal estado continuó por unos 15 siglos, parecía que la luz de la verdad bíblica se había apagado.

7. ¿Cuándo y cómo hizo valer de nuevo Jehová su acaudillamiento, y qué reveló él a sus siervos del día moderno?

7 Sin embargo, como ‘una voz que clama en el desierto’, se oyó entonces el anuncio: ‘¡El Reino está cerca!’. (Compárese con Isaías 40:3-5; Lucas 3:3-6; Mateo 10:7.) En las postrimerías del siglo XIX, Jehová hizo valer de nuevo su acaudillamiento y comenzó a llamar a sus adoradores verdaderos para que salieran de este mundo inicuo y de los sistemas religiosos babilónicos de éste (Revelación 18:1-5). Por medio de su Palabra escrita y el espíritu santo, Dios reveló a sus siervos del día moderno que el año 1914 señaló el fin de la gobernación ininterrumpida de las naciones gentiles y también la entronización celestial del glorificado Jesucristo, a quien Dios había escogido para ser Rey sobre toda la humanidad. (Lucas 21:24; véase el Anuario de los testigos de Jehová para 1975, páginas 34-37.)

8. a) ¿Qué se organizó posteriormente? b) ¿Quiénes se han unido a los seguidores ungidos de Jesús, y cómo se ha hecho patente el acaudillamiento de Dios y de Cristo?

8 Posteriormente se organizó una nueva nación, que constaba del resto del Israel espiritual, más iluminada en cuanto a los propósitos de Dios y adiestrada plenamente para el ministerio. Más tarde, a estos seguidores ungidos de Cristo se les unió una multitud de creyentes que tienen esperanza terrestre. Ahora, juntos, todos estos testigos de Jehová están proclamando gozosamente Su nombre y Su Reino hasta los confines de la Tierra (Isaías 66:7, 8; Gálatas 6:16; Revelación 7:4, 9, 10). En la actividad organizada de los Testigos, el acaudillamiento de Jehová y de su Hijo real ha sido muy patente, particularmente en los millones de personas de corazón sincero y honrado que han respondido favorablemente y han llegado a ser fieles defensores de la gobernación del Reino. ¿Forma usted parte de esta feliz muchedumbre que anda con confianza en el acaudillamiento de Jehová? (Miqueas 4:1, 2, 5.)

9. ¿Qué asociación mundial ha surgido, y qué actitud tiene esta hacia el acaudillamiento y la gobernación teocrática de Dios?

9 Con el tiempo los seguidores de Jesús habían de ser testigos de él “hasta la parte más lejana de la tierra” (Hechos 1:6-8; Marcos 13:10). En consecuencia, los testigos de Jehová están proclamando ahora las buenas nuevas del Reino alrededor de la Tierra, y ‘los que están correctamente dispuestos para vida eterna’ están abrazando la verdad con corazón gozoso. Están llegando a ser parte de una asociación mundial de hermanos y hermanas espirituales que han aceptado con gusto el acaudillamiento de Dios y se han sometido a la gobernación teocrática (Hechos 13:48; 1 Pedro 2:17). Al igual que ellos, ¿tiene usted completa confianza en que Jehová Dios y su Hijo-Rey, Jesucristo, están dirigiendo esta organización de proclamadores del Reino?

Guárdese de perder la confianza

10. ¿Qué advertencia debería mover a cada cristiano a examinarse con mucho cuidado?

10 ¿Pueden caer en el lazo de la falta de fe y la falta de confianza en Dios los recibidores de todas las bendiciones derivadas del acaudillamiento de Jehová? Sí, pues se nos advierte: “Cuidado, hermanos, por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo; mas sigan exhortándose los unos a los otros cada día, mientras pueda llamársele ‘Hoy,’ por temor de que alguno de ustedes se deje endurecer por el poder engañoso del pecado” (Hebreos 3:12, 13). Por lo tanto, cada cristiano debería examinarse con mucho cuidado.

11. a) ¿De qué maneras pudiera insensibilizarse la conciencia de una persona? b) ¿Qué ocurrió a algunos en el primer siglo E.C.?

11 La conciencia de una persona puede llegar a insensibilizarse o endurecerse tanto que la persona no vea nada malo en cierto derrotero que no esté en armonía con el espíritu del cristianismo y que revele falta de fe y falta de confianza en Jehová. Por ejemplo, algunos pudieran caer en el lazo de equiparar búsquedas materialistas y placeres carnales con su servicio a Dios, o hasta ponerlos por encima de éste. Otros pudieran hacerse inmorales o hablar con desprecio de hombres responsables de la congregación. En el primer siglo E.C., “hombres impíos” que se habían metido disimuladamente en la congregación estaban “contaminando la carne y desatendiendo el señorío y hablando injuriosamente de los gloriosos” que asumían responsabilidades en la congregación (Judas 4-8, 16). Aquellos cristianos falsos habían perdido la fe verdadera en Jehová y en Su acaudillamiento. ¡Que nunca nos ocurra esto!

12. a) ¿Qué pasa por alto la persona de espíritu independiente y rebelde? b) ¿Qué contraste hubo entre Coré y David?

12 A menudo, el ‘desatender el señorío’ va acompañado de un espíritu de independencia y rebeldía que pasa por alto el hecho de que Jehová está dirigiendo Su organización. Este espíritu tuvo terribles consecuencias en el caso de Coré y otros que desafiaron la autoridad que Moisés y Aarón habían recibido de Dios (Números 16:1-35). Pero ¡qué contraste hallamos en el caso de David! David, conforme con esperar en Dios para que corrigiera las injusticias, no quiso matar al rey Saúl, su inicuo enemigo, porque éste era “el ungido de Jehová” (1 Samuel 24:2-7). Sí, Jehová nombró a Moisés, Aarón, Saúl, David, Jesucristo, y otros. De igual manera, en la organización de Dios hoy día, los nombramientos de servicio se hacen en armonía con los requisitos bíblicos y bajo la dirección del espíritu santo de Jehová. (1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-9; Hechos 20:28.)

13. a) ¿Por qué deberíamos estar agradecidos por el acaudillamiento de Jehová? b) ¿Como quiénes deberíamos andar, y qué actitud deberíamos desplegar?

13 Puesto que ‘no pertenece al hombre dirigir su paso’, deberíamos estar agradecidos por el acaudillamiento de Jehová (Jeremías 10:23). Abrahán y su devota esposa Sara obedecieron a Dios y obraron con fe. Booz y Rut cumplieron con los arreglos divinos. Sí, y muchos otros hombres y mujeres fieles aceptaron con gusto la guía de Jehová (Hebreos 11:4-38; Rut 3:1–4:17). Al igual que anteriores siervos de Dios, pues, nosotros deberíamos evitar un espíritu de independencia, cooperar gozosamente con la organización teocrática de Dios y andar con plena confianza en el acaudillamiento de Jehová.

“Arroja tu carga sobre Jehová” con confianza

14. ¿Qué puede ayudarnos a guardarnos de un espíritu rebelde?

14 ¿Qué puede ayudarnos, como testigos leales de Jehová, a guardarnos de un espíritu rebelde? Pues bien, primero tenemos que reconocer que es incorrecto ser rebelde y pasar por alto presuntuosamente la dirección de Dios (Nehemías 9:16, 28-31; Proverbios 11:2). Podemos orar a nuestro Padre celestial como lo hizo David, quien suplicó: “De actos presuntuosos retén a tu siervo; no dejes que me dominen. En ese caso seré completo, y habré permanecido inocente de mucha transgresión” (Salmo 19:13). También es útil recordar cuánto amor nos ha mostrado Jehová. Esto debe aumentar nuestro amor a él y debe movernos a aceptar Su acaudillamiento en todo momento. (Juan 3:16; Lucas 10:27.)

15. ¿Qué derrotero se recomienda si un hermano cree que no se le ha nombrado siervo ministerial o superintendente porque los ancianos tienen algo contra él?

15 No debemos perder de vista el hecho de que Dios está dirigiendo su organización, aunque a veces quizás no sea fácil andar con confianza en el acaudillamiento de Jehová. Para ilustrarlo: Suponga que un hermano crea que no se le ha nombrado siervo ministerial o superintendente porque los ancianos tienen algo contra él. En vez de reaccionar de una manera que podría alterar la paz de la congregación, debería recordar que Jehová está dirigiendo la organización teocrática. Por lo tanto, el hermano tal vez pida alguna explicación de manera humilde y pacífica (Hebreos 12:14). Entonces, ¡qué sabio sería que él reconociera cualquier debilidad que se llamara a su atención, y se esforzara, junto con oración, por mejorar! Después puede dejar los asuntos en manos de Dios, conforme a estas palabras: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo” (Salmo 55:22). Con el tiempo, y a medida que calificamos en sentido espiritual, Jehová de seguro nos dará mucho que hacer en Su servicio. (Compárese con 1 Corintios 15:58.)

16. Aunque hayamos sufrido alguna verdadera injusticia dentro de la congregación, ¿qué derrotero no deberíamos tomar, y por qué?

16 Aunque hayamos sufrido alguna verdadera injusticia por obra de un hermano o una hermana, ¿nos proveería eso una causa justa para dejar de asociarnos con la congregación? ¿Estaríamos justificados así para cesar de rendir servicio sagrado a Jehová? No, pues tal derrotero reflejaría infidelidad a Dios e ingratitud por Su acaudillamiento. También indicaría que no amábamos a nuestros leales compañeros de creencia por toda la Tierra (Mateo 22:36-40; 1 Juan 4:7, 8). Además, si quebrantáramos nuestra integridad a Jehová, eso daría a Satanás una base para desafiar con escarnio a Dios... ¡algo que de seguro no deseamos! (Proverbios 27:11.)

17. a) ¿Qué debe ayudarnos a mantener nuestra confianza en que Jehová acaudilla a su organización? b) ¿Qué experimentarán los que continúen andando con confianza en el acaudillamiento de Jehová?

17 Por eso, pues, ‘bendigamos a Jehová y nunca olvidemos todos los hechos de Aquel que está coronando nuestra vida con bondad amorosa y misericordias’ (Salmo 103:2-4). Si siempre recordamos a nuestro Dios amoroso y obramos en armonía con su Palabra, mantendremos confianza firme en su acaudillamiento infalible (Proverbios 22:19). El apartarnos de Jehová y su organización, despreciar la dirección del “esclavo fiel y discreto” y depender simplemente de la lectura e interpretación personal de la Biblia es llegar a ser como un árbol solitario en una tierra reseca. Pero, en contraste, la persona cuya confianza está en nuestro Gran Caudillo, Jehová, “ciertamente llegará a ser como un árbol plantado junto a las aguas, que envía sus raíces al mismísimo lado de la corriente de agua; y no verá cuando venga calor, sino que su follaje realmente resultará frondoso”. Además, “en el año de sequía no se inquietará, ni dejará de producir fruto” para la gloria de Dios (Mateo 24:45-47; Jeremías 17:8). Ésta puede ser su experiencia bendita si continúa resueltamente andando con confianza en el acaudillamiento de Jehová.

¿Puede contestar usted?

◻ ¿De qué maneras resultó ser Jehová un incomparable caudillo de los israelitas?

◻ En cuanto al acaudillamiento de Dios, ¿qué advertencias suministra el antiguo Israel?

◻ ¿Sobre quiénes está Jehová ejerciendo su acaudillamiento hoy día?

◻ ¿Qué puede ayudarnos a guardarnos de la pérdida de confianza en el acaudillamiento de Jehová?

◻ Aunque suframos alguna injusticia dentro de la congregación, ¿qué actitud deberíamos tener hacia el acaudillamiento de Jehová?

[Ilustración en la página 17]

En 607 a. de la E.C. sobrevino calamidad a los que no andaban con confianza en el acaudillamiento de Jehová. ¡Qué sabio es prestar atención a la advertencia!

[Ilustración en la página 19]

Abrahán, Sara, David, Jesús y otros anduvieron con confianza en el acaudillamiento de Jehová. ¿Es así como está andando usted?

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