A pesar de mis desventajas físicas, ¡que Jehová sea alabado!
LOS que sirven fielmente a Jehová Dios a pesar de padecer de alguna enfermedad grave constantemente reciben prueba de que Jehová los apoya. “Nunca permitirá que tambalee el justo.” (Salmo 55:22.)
Estas consoladoras palabras tienen verdadero significado para Bill y Janice, quienes tienen casi treinta años de edad. Llevan unos tres años de casados y se asocian con una congregación de los testigos de Jehová en Washington, D.C. Bill sirve de precursor, proclamador de tiempo completo del Reino, y conduce varios estudios bíblicos en hogares. Conduce cuatro de estos con personas sordas.
Janice nació sorda, y ciertas complicaciones relacionadas con la clase de sordera de que padece resultaron en que se quedara ciega también. El año pasado, en la Asamblea de Distrito “Aumento del Reino”, Janice se sentó en una sección reservada para los sordos, a quienes mediante el lenguaje por señas se les comunicaba lo que se decía. Claro, puesto que Janice es ciega también, no podía recibir el mensaje de este modo. Por lo tanto, un intérprete fue asignado a sentarse al lado de ella. Por medio de poner su mano sobre la mano dominante del intérprete, Janice podía “oír” el programa.
Mientras se cantaba uno de los cánticos del Reino, ningún intérprete subió a la plataforma debido a un mal entendido relacionado con el horario. De modo que Bill, quien entonces estaba interpretando para Janice, subió con ella a la plataforma e interpretó por señas el cántico. Ella, a su vez, puso la mano sobre la de él y cantó con los demás... esto hizo que los ojos de muchas personas se llenaran de lágrimas.
Ya hace unos dos años que Bill y Janice han estado “andando en la verdad” (3 Juan 4). Y aunque Janice es físicamente ciega y sorda, está ayudando a otras personas a ver y oír la verdad de Dios. Ella ha sido bendecida con tres estudios bíblicos en hogares, los cuales conduce en lenguaje por señas, pues los estudiantes también son sordos. Así, cuando hay el deseo sincero de alabar a Jehová y de ayudar espiritualmente a otras personas, sus siervos hallan la manera de hacerlo.
[Fotografía en la página 25]
Bill y Janice Adams “escuchando” un discurso bíblico