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  • ¿Están vivos los muertos? Lo que Dios dice
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1986
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1986
w86 1/8 págs. 4-7

¿Están vivos los muertos? Lo que Dios dice

LA AVIONETA partió de una ciudad del sur de África y volaba rumbo a un pueblo que estaba a unos 400 kilómetros (250 millas) de distancia. A bordo iba el piloto con su hijita de unos 12 años de edad. Cuando intentó hacer un aterrizaje forzoso, la avioneta se estrelló, y ambos murieron.

“Solo Jehová Dios podía comprender mi dolor y la pérdida que había sufrido, así como la lucha a la cual tuve que enfrentarme”, con estas palabras Betty, la esposa y la madre de los que perecieron, recuerda lo ocurrido. ¿Cómo pudo ella enfrentarse a esta situación? “Oré constante e incesantemente pidiendo el valor y las fuerzas necesarias para enfrentarme a esta situación y así ayudar a otros a hacer lo mismo.” Betty también sacó mucho consuelo de lo que Dios dice acerca de la condición de los muertos y de la esperanza de la resurrección.

¿Qué dice Dios acerca de los muertos? La Biblia contesta: “Los muertos no saben nada”. (Eclesiastés 9:5, Biblia de Jerusalén.) De modo que los muertos están inconscientes. Así de sencillo es. Entonces, ¿a qué se debe que la mayoría de las personas creen lo contrario? Se debe a que han sido extraviadas por un gigantesco y antiguo engaño a nivel mundial.

Un engaño a nivel mundial

Todo empezó con la primera mentira que se dijo. El relato histórico en el libro bíblico de Génesis nos da los detalles. Dice: “Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás”. (Génesis 2:17.) Era Jehová Dios quien hablaba con el primer hombre, Adán. Ahora compare estas palabras con lo que dice Génesis 3:1-4, donde Satanás, hablando por medio de una serpiente, persuadió a Eva a que desobedeciera a Dios y le dijo: ‘Positivamente no morirás’. Así que Satanás contradijo lo que Dios había dicho. De esta manera pronunció la primera mentira y llegó a ser “el padre de la mentira”. (Juan 8:44; Revelación 12:9.)

Pero Adán y Eva sí murieron, y así mismo han muerto millones de otras personas. ¿Cómo ha logrado engañarlas el mentiroso Satanás? Por medio de más tarde implantar la idea de que, aunque el cuerpo muere, algo sigue viviendo. Posteriormente esta llegó a ser una doctrina de las religiones antiguas y también fue incorporada a la filosofía griega. Por lo tanto, la creencia de la inmortalidad del alma es casi universal. Y para muchos que creen que sus seres queridos están vivos en algún lugar esta quizás sea una idea consoladora. No obstante, la pregunta vital es: ¿Es esto cierto?

¿Es su alma inmortal?

La palabra “inmortalidad” aparece tres veces en la Biblia, y cada caso está en las Escrituras Griegas Cristianas. El examinar su uso nos aclara una cosa: El hombre no es inherentemente inmortal.

Considere por ejemplo las palabras del apóstol Pablo en 1 Timoteo 6:15, 16 donde se describe a Jesucristo como “el Rey de los que reinan y Señor de los que gobiernan como señores, el único que tiene inmortalidad”. Entonces, ¿cómo difiere Jesús de todos los otros “reyes” y “señores”? Él es inmortal; ellos no lo son.

Es cierto, a los seguidores de Cristo que han sido llamados para reinar con él en los cielos se les ha prometido inmortalidad. (1 Pedro 1:3, 4.) Por eso, en 1 Corintios 15:53, 54 leemos lo siguiente: “Esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad. Pero cuando [...] esto que es mortal se vista de inmortalidad, entonces se efectuará el dicho que está escrito: ‘La muerte es tragada para siempre’”. Pero note que la inmortalidad es algo con lo cual la persona se ‘viste’. Es una recompensa para los fieles cristianos escogidos. Esto no es algo que todos los humanos heredan.

Además, la Biblia no dice que el hombre tiene o que se le haya dado un alma. Más bien, nos dice: “Y Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente”. (Génesis 2:7; compárese con 1 Corintios 15:45.) El ser algo es muy diferente de tener algo. ¡Nadie rebatirá el hecho de que, ser un perro es muy diferente de tener un perro! De igual manera, ser un alma no es lo mismo que tener un alma.

El hecho de que no todas las personas reciben el don de la inmortalidad queda muy claro por las muchas referencias bíblicas que muestran que el alma muere. Por ejemplo: “El alma que esté pecando... ella misma morirá”. (Ezequiel 18:4, 20.) “En verdad, cualquier alma que no escuche a ese Profeta será completamente destruida de entre el pueblo.” (Hechos 3:23.)

En vista de que no tenemos un alma inmortal, ¿qué nos sucede cuando morimos? “Dormimos”, porque gracias al sacrificio de rescate de Cristo hay la esperanza de la resurrección. (1 Corintios 15:22.) Cuando Lázaro murió, Jesús expresó lo siguiente: “Me voy allá para despertarlo del sueño”. Luego él explicó: “Lázaro ha muerto”. (Juan 11:11-14.) Pablo también habló de “los que están durmiendo en la muerte”. (1 Tesalonicenses 4:13, 14; 1 Corintios 15:20.) Entonces, si los muertos están durmiendo...

¿Habrá un despertar?

Considere este maravilloso acontecimiento: Una muchedumbre se reúne frente a una cueva en Betania, cerca de Jerusalén. Jesús está allí con María y Marta, hermanas de Lázaro, quien hacía poco había muerto y cuyo cuerpo yace en una cueva que está cerrada con una piedra. Jesús manda que “quiten la piedra”. Marta objeta al decir: “Señor, ya debe oler mal, porque hace cuatro días”. Pero después de una breve oración, Jesús clama: “¡Lázaro, sal!”. ¡Y Lázaro sale! (Juan 11:38-44.) ¿Puede usted imaginarse el asombro y el gozo de la muchedumbre... especialmente el de María y de Marta?

Si Lázaro hubiese estado vivo esos cuatro días, ¿no lo habría revelado a todo el mundo? Pero no hay registro de que él haya relatado alguna experiencia que hubiera tenido mientras estuvo muerto. Además, para confirmar esto, la Biblia nos dice: “Los muertos no saben nada”. (Eclesiastés 9:5, BJ.)

El caso de Lázaro no fue único. En un lugar de nombre Naín, Jesús se encontró con la procesión fúnebre de un joven a quien iban a enterrar. Jesús le dijo: “Joven, yo te digo: ¡Levántate!”. ¿Qué ocurrió entonces? “El muerto se incorporó y comenzó a hablar.” (Lucas 7:11-17.) Pero, de nuevo, ¿dijo el joven algo acerca de un lugar donde van las personas al morir? No, porque evidentemente estaba muerto.

Jesús, Pablo, Pedro, Elías y Eliseo, todos ellos levantaron a personas muertas. Ninguna de estas que habían estado muertas dijo ni una sola palabra en cuanto a la vida después de la muerte.

Aquellos maravillosos milagros nos dan una vislumbre de la única manera como la gran mayoría de los muertos puede llegar a vivir de nuevo... mediante una resurrección a la vida en la Tierra bajo el Reino de Dios. Jesús dijo al respecto: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [mi] voz y saldrán”. (Juan 5:28, 29.) Esta será una experiencia emocionante para los que tengan el privilegio de vivir bajo el cercano Reino de mil años de Cristo. (Revelación 20:4, 6.) La esperanza de la resurrección es prueba en sí misma de que los muertos no están vivos. Si las personas han de ser resucitadas, entonces tienen que primero llegar a estar sin vida.

Algunas personas quizás pregunten...

¿Qué hay de los médium y de otros que afirman recibir mensajes de los muertos? ¿No prueba esto que los muertos están vivos? No. Satanás es muy astuto, es un gran impostor que frecuentemente “se disfraza de ángel de luz”. (2 Corintios 11:14, BJ.) Él y sus demonios pueden, y frecuentemente lo hacen, ¡fingir ser espíritus de personas que han muerto! Por eso, la ley de Jehová a Israel declaró sin ambigüedades: “[Cualquiera] que consulte a un médium espiritista [...] que pregunte a los muertos [...] es algo detestable a Jehová”. (Deuteronomio 18:10-12.) Jehová también nos dice que los que practican espiritismo “no heredarán el reino de Dios”, sino que serán destruidos. (Gálatas 5:19-21; Revelación 21:8.a)

¿Qué se puede decir de los que afirman haber tenido experiencias al umbral de la muerte? ¿No prueba esto que el espíritu o el alma sale del cuerpo al tiempo de la muerte? George Gallup, hijo, encuestador de la opinión pública, investigó este tema y publicó los resultados en el libro Adventures in Immortality. Los médicos y científicos entrevistados mostraron escepticismo en cuanto a la validez de los relatos sobre lo ocurrido al umbral de la muerte. Un biofísico de Maryland, E.U.A., dijo: “Estas son las experiencias de una mente en un estado fisiológicamente anormal [...] El cerebro es un órgano muy complejo y puede engañarnos cuando lo maltratamos... note las experiencias de personas que toman drogas alucinógenas”. Un siquiatra de Ohio explicó lo siguiente: “Estos informes son fantasías o fenómenos de la alucinación”. Un científico de Michigan dijo: “Son fantasías producidas por traumas”.

El señor Gallup llegó a la conclusión de que los relatos de lo ocurrido al umbral de la muerte no “constituyen de ningún modo lo que se consideraría prueba de la inmortalidad ni de la vida después de la muerte”. Agregó: “Pueden ser sencillamente argumentos teatrales internos que se dramatizan completamente en la mente de los que experimentan traumas físicos”. También sugiere que algunos pensadores religiosos explicarían tales experiencias como “parte de una estrategia demoníaca para engañar a los seres humanos”. Lo que Jehová Dios dijo hace mucho tiempo todavía perdura: “Los muertos no saben nada”. (Eclesiastés 9:5, BJ.)

¿Qué debe hacer usted?

Cuídese de las ideas o enseñanzas basadas en aquella primera mentira de Satanás: “Positivamente no morirán”. (Génesis 3:1-5.) Acepte lo que la Palabra de Dios enseña, que cuando el hombre muere “perecen sus pensamientos”. (Salmo 146:4.) Acepte también el hecho de que los muertos están dormidos y que se levantarán durante el glorioso reinado del Reino de Dios, por el cual muchas personas oran, y mediante el cual “va a haber resurrección así de justos como de injustos”. (Hechos 24:15; Mateo 6:9, 10.)

Aquella mujer enferma, que mencionamos en el primer artículo, se regocijó cuando se le enseñó lo que Dios dice acerca de los muertos y de los engañosos espíritus demoníacos. Destruyó sus amuletos y otros artículos espiritistas, y pocos días después se sintió mejor. Ahora ella está ayudando a otras personas a liberarse de la adoración de los demonios.

A la viuda que perdió a sus seres queridos al estrellarse la avioneta le consoló este pensamiento: Puesto que los muertos no están conscientes de nada, el tiempo no existe para ellos. Por lo tanto, cuando sean resucitados en el paraíso terrenal bajo el Reino de Dios, ¡para ellos será como haber despertado en un instante! Ella se deleita en ayudar a otros a conocer que muy pronto “Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro”. (Isaías 25:8.) También anhela ver el día cuando, por medio de la resurrección, sus seres queridos vuelvan a vivir.

[Nota a pie de página]

a Véase también el folleto Espíritus en invisibilidad... ¿nos ayudan, o nos perjudican?, publicado por la Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

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