La escritura en la pared ¿La ve usted?
“Por lo que hace su mano, su caída prevé [...] Es como la escritura en la pared.”
EL ESCRITOR irlandés Jonathan Swift, del siglo XVIII, describió con estas palabras a un banquero. Acosado por clientes que deseaban que les devolviera su dinero, percibió que se le acercaba el fin. Por siglos la expresión ‘la escritura en la pared’ ha supuesto un peligro inminente.
Pero la original ‘escritura en la pared’ apareció hace más de 2.500 años. Y su rápido cumplimiento cambió el curso de la historia. Para examinar más detenidamente el origen de la expresión ‘la escritura en la pared’ tenemos que dirigirnos al libro bíblico de Daniel. Esto nos ayudará a comprender el valor de las advertencias que dan las Escrituras, y debería movernos a prestar atención a una advertencia crítica que se da hoy.
Desde el pináculo del poder
Es la noche del 5 de octubre de 539 a.E.C. Los habitantes de Babilonia están bebiendo y bailando. Aunque el enemigo medopersa está a las puertas, la ciudad parece segura. Sus murallas son inexpugnables; por eso, ¡a divertirse todos! ¡Que hasta los sonidos del banquetear les indiquen a los sitiadores que la ciudad puede resistir por mucho tiempo!
En el gran salón de su palacio, y sin duda con mucho orgullo, el rey Belsasar contempla a la gente importante que ha convocado para aquella ocasión. Ha hecho que sus sirvientes traigan los vasos de oro y de plata que unos decenios antes su abuelo, el rey Nabucodonosor, tomó del templo de Jehová en Jerusalén. Bien pudo ser que Belsasar exclamara: ‘¡Bebamos vino de estos vasos, para la alabanza de nuestros dioses!’. (Daniel 5:1-4.)
A ruina completa
De repente, la cara de Belsasar palidece de temor. Allí, frente al candelabro que está cerca de la pared, aparece una mano que escribe cuatro palabras sencillas, pero enigmáticas. Cesan entonces la música y el baile. El rey queda aterrado, y sus rodillas golpean una contra la otra. ¿Qué significa este presagio? ¡Llamen a los sabios y a los astrólogos! El que pueda interpretar esta escritura será colmado de honores. (Daniel 5:5-7.)
Todos esperan nerviosamente que los sabios digan algo. Pero estos están perplejos. ¿Qué significado profundo tiene esa ‘escritura en la pared’? Nadie se atreve a dar una explicación, y el temor del rey aumenta. (Daniel 5:8, 9.)
Al oír lo que sucede, la reina entra en el salón. Le recuerda a Belsasar que en el reino hay un sabio extranjero que ha demostrado aptitud. De acuerdo con su sugerencia, se manda llamar a Daniel. Con valor, este le recuerda al rey lo que le sucedió a Nabucodonosor años antes. Entonces Daniel le dice a Belsasar lo que le espera, así:
“Ésta es la escritura que se inscribió: MENÉ, MENÉ, TEQUEL y PARSÍN.
”Ésta es la interpretación de la palabra: MENÉ: Dios ha numerado los días de tu reino y lo ha terminado.
”TEQUEL: has sido pesado en la balanza y has sido hallado deficiente.
”PERÉS: tu reino ha sido dividido y dado a los medos y los persas”. (Daniel 5:10-28.)
Un cumplimiento veloz
¿Tendrá que esperar mucho Belsasar para ver si lo que Daniel ha dicho se cumple con exactitud? Veamos lo que sucede a continuación, y consideremos así sucesos de un significado que trasciende al contenido histórico de aquel momento.
Las huestes medopersas han estado cavando canales para desviar el curso del río Éufrates, que cruza a la ciudad de Babilonia. El rey Ciro ha estado esperando esta noche para ejecutar su plan, con la esperanza de que la caída de la noche haga que los babilonios aflojen la vigilancia. Ahora, se abren los canales. Una vez que las aguas del río han bajado lo suficiente, los soldados desfilan ribera abajo hasta el lecho del río.
Esta noche las puertas de la ciudad que dan al río habían quedado abiertas, posiblemente porque los babilonios confían demasiado en su seguridad. El ejército medopersa penetra en la ciudad por sorpresa. Un destacamento de soldados logra entrar en el palacio real, y se da muerte a Belsasar. Ha caído el gran imperio babilonio. (Daniel 5:30.)
Otra destrucción súbita
La exactitud de la interpretación que dio Daniel ilustra lo serio de las advertencias bíblicas. Palabras escritas posteriormente por el apóstol Pablo señalan a la venida futura y súbita de otros sucesos importantes. En su primera carta inspirada a los cristianos de Tesalónica él escribió: “Cuando los hombres estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina [procedente de Dios] ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera”. (1 Tesalonicenses 5:3.)
Pero así como hubo salvación para Daniel y los judíos cuando Babilonia cayó, de igual manera es posible sobrevivir a esta destrucción venidera a manos de Dios. ¿Cómo? Mediante estar despiertos espiritualmente y así tener la protección de Jehová. “Pero ustedes, hermanos —dijo Pablo—, ustedes no están en oscuridad, para que aquel día los alcance como alcanzaría a ladrones.” (1 Tesalonicenses 5:4.)
Pablo se estaba refiriendo al “día de Jehová”, el tiempo en que Dios intervendrá en los asuntos humanos por medio de su Reino Mesiánico. (1 Tesalonicenses 5:2.) ¿Cuándo deberíamos esperar esta ‘escritura en la pared’, es decir, las indicaciones que nos advertirían de antemano acerca de esta intervención? Una profecía dada algún tiempo antes, y registrada en el capítulo 2 de Daniel, contesta nuestra pregunta.