Los proclamadores del Reino informan
Buenas nuevas del Reino desde Australia
COMO sucede en otros 211 países, en Australia los testigos de Jehová proclaman celosamente las buenas nuevas del Reino. En ese país los más de 49.000 Testigos disfrutan de abundantes bendiciones. A través de los años, muchas personas de diferentes nacionalidades han emigrado a Australia, y ahora unas 58 congregaciones compuestas de diferentes grupos étnicos informan servicio del campo. La sucursal de la Sociedad Watch Tower relata unas experiencias estimuladoras.
Refugiado de Vietnam
Un refugiado vietnamita que ahora vive en Australia se crió en un ambiente de adoración de antepasados, confucianismo y budismo, junto con filosofía oriental y occidental. Hasta 1975 fue soldado en el ejército de Vietnam del Sur. En 1979 perdió por amputación el brazo izquierdo debido a un tumor en la muñeca. Por su anhelo de libertad, en 1983 huyó de Vietnam con otras 24 personas en una pequeña embarcación. Después de un terrible encuentro con piratas, por seis candentes días su embarcación estuvo a la deriva en el mar meridional de la China, hasta que finalmente llegaron a Malaysia. Después de pasar cinco meses en un campamento de refugiados, se le permitió entrar en Australia. Tres meses más tarde se puso en contacto con la verdad. Las palabras de Jesús en Juan 8:32 contestaron su anhelo profundo de libertad: “Conocerán la verdad y la verdad los libertará”. Los hermanos le mostraron mucho amor. Hoy es testigo de Jehová y ayuda a muchos otros vietnamitas a aprender la verdad que liberta.
Un aborigen responde a la verdad
En el noroeste de Australia un joven precursor y su compañero visitaron a una aborigen en una zona tribual llamada el esquileo. Después de oír por qué la visitaban, la señora se quitó una llave que llevaba colgada del cuello y abrió una gran caja fuerte de acero. Los precursores se llevaron una gran sorpresa cuando vieron en la caja, entre las pocas pertenencias de la señora, dos de los folletos de la Watch Tower y un ejemplar viejo de la Biblia. Todos se sentaron en el suelo y empezaron a estudiar la Biblia con la ayuda de uno de los folletos. Aunque la señora ni lee ni escribe, era claro que consideraba valiosos los folletos que había obtenido. Ahora se conduce regularmente con ella un estudio que le causa mucho deleite.
Llamada telefónica accidental
En la ciudad de Sydney, que tiene una población de tres millones de personas, una niñita de tres años jugaba con el teléfono y por casualidad marcó un número. Sucedió que el número era el de una Testigo. La hermana contestó, y al principio pensó que la llamaba su nieta. Entonces oyó la voz de una señora, la madre de la niña, quien se disculpó por lo que había hecho su hija. Empezó una conversación, y nuestra hermana dio un testimonio. La señora exclamó: “Estaba esperando que los Testigos pasaran por aquí de nuevo. ¡Quiero ser testigo de Jehová!”. Pasó a decir que solo dos meses antes había estado de visita en el Perú y la habían impresionado su tía y la familia de ella, que ahora son testigos de Jehová. Dijo: “Los hijos de mis parientes eran unos diablillos, ¡pero ahora son angelitos!”. Se concertó un estudio bíblico, y la señora que mostró interés sigue adelantando... todo por una llamada telefónica accidental que hizo su hijita.