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  • La señal de los últimos días

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  • La señal de los últimos días
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1990
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1990
w90 15/3 págs. 8-9

La vida y el ministerio de Jesús

La señal de los últimos días

ES MARTES por la tarde. Mientras Jesús, sentado en el monte de los Olivos, observa el templo, Pedro, Andrés, Santiago y Juan se le acercan en privado. Les preocupa el templo, pues Jesús acaba de predecir que ‘no se dejará piedra sobre piedra en él’.

Pero parece que tienen más que eso presente cuando se acercan a Jesús. Unas semanas antes él había hablado de su “presencia”, un tiempo “en que el Hijo del hombre ha de ser revelado”. Y antes de eso les había hablado de “la conclusión del sistema de cosas”. Por eso los apóstoles tienen mucha curiosidad.

“Dinos —dicen—: ¿cuándo serán estas cosas [que resultarán en la destrucción de Jerusalén y su templo], y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?” En realidad su pregunta tiene tres partes. Primero, quieren saber sobre el fin de Jerusalén y su templo, después sobre la presencia de Jesús en el poder del Reino, y por último sobre el fin de todo el sistema de cosas.

En su respuesta detallada Jesús contesta las tres partes de la pregunta. Suministra una señal que indica cuándo terminará el sistema de cosas judío; pero provee algo más. Da también una señal para que sus discípulos del futuro sepan que están viviendo durante Su presencia y cerca del fin de todo el sistema de cosas.

Con el paso de los años, los apóstoles empiezan a ver el cumplimiento de la profecía de Jesús. Sí, los mismos sucesos que él predijo comienzan a realizarse en sus días. Por eso la destrucción del sistema judío y su templo no sorprende a los cristianos todavía vivos 37 años después, en 70 E.C.

Pero la presencia de Cristo y la conclusión del sistema de cosas no tienen lugar en 70 E.C. Su presencia en el poder del Reino tiene lugar mucho tiempo después. ¿Cuándo? Una consideración de la profecía de Jesús lo revela.

Jesús predice que habrá “guerras e informes de guerras”. “Se levantará nación contra nación”, y habrá escaseces de alimento, terremotos y pestes. A sus discípulos se les odiará y matará. Falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos. El desafuero aumentará, y el amor de la mayor parte se enfriará. A la misma vez, las buenas nuevas del Reino de Dios se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.

Aunque la profecía de Jesús tuvo un cumplimiento limitado antes de la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., el cumplimiento principal acontece durante su presencia y la conclusión del sistema de cosas. Un repaso cuidadoso de los acontecimientos mundiales desde 1914 revela que la profecía trascendental de Jesús ha estado recibiendo su cumplimiento principal desde aquel año.

Otra parte de la señal que da Jesús es la aparición de “la cosa repugnante que causa desolación”. En 66 E.C. aquella cosa repugnante apareció en la forma de los “ejércitos acampados” de Roma que cercaron Jerusalén y socavaron la muralla del templo. “La cosa repugnante” estaba donde no debería estar.

En el cumplimiento principal de la señal la cosa repugnante es la Liga de Naciones y su sucesora, las Naciones Unidas. La cristiandad considera a esta organización para la paz mundial como algo que sustituye al Reino de Dios. ¡Qué repugnante! Por eso, con el tiempo los poderes políticos asociados con la ONU se volverán contra la cristiandad (la Jerusalén antitípica) y la desolarán.

Así, pues, Jesús predijo: “Habrá gran tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder”. Aunque la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. fue en verdad una gran tribulación en la que, según informes, murió más de un millón de personas, no fue mayor que la del Diluvio global de los días de Noé. Esto indica que el cumplimiento principal de esta porción de la profecía de Jesús todavía es futuro. (Mateo 24:2-22; 13:40, 49; Marcos 13:3-20; Lucas 21:7-24; 19:43, 44; 17:20-30; 2 Timoteo 3:1-5.)

◆ ¿Qué impulsa a los apóstoles a plantear una pregunta, pero, al parecer, qué más tienen presente?

◆ ¿Qué parte de la profecía de Jesús se cumplió en 70 E.C., pero qué no sucedió en aquel año?

◆ ¿Cuándo tuvo un cumplimiento inicial la profecía de Jesús, y cuándo tiene su cumplimiento principal?

◆ ¿Qué es la cosa repugnante en el cumplimiento inicial de la profecía y qué en su cumplimiento final?

◆ ¿Por qué no fue la destrucción de Jerusalén el cumplimiento final de la gran tribulación?

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