El papel de las autoridades superiores
“Es ministro de Dios para ti para bien tuyo. Pero si estás haciendo lo que es malo, teme.” (ROMANOS 13:4.)
1, 2. ¿Cómo se han implicado en actividades revolucionarias muchas personas de la cristiandad?
HACE dos años el periódico New York Post publicó un artículo de fondo que expresaba indignación por lo que se dijo en una asamblea de obispos en Londres. Aquella reunión fue la Conferencia de Lambeth, a la cual asistieron más de 500 obispos de la comunión anglicana. La indignación del periódico se debió a una resolución de aquella conferencia en la que expresaba simpatía para la gente “que, después de haber tratado todo otro medio sin éxito, escoge el camino de la lucha armada como el único camino a la justicia”.
2 El Post dijo que esto en realidad era apoyar el terrorismo. Sin embargo, los obispos estaban simplemente amoldándose a una tendencia creciente. Su actitud no difería de la del sacerdote católico de Ghana que recomendó el combate de guerrillas como el medio más rápido y seguro de liberar a África; o la del obispo metodista africano que juró llevar “la guerra de liberación hasta el mismo fin”; o la de los muchos misioneros de la cristiandad que se han unido a rebeldes para pelear contra los gobiernos establecidos en Asia y la América del Sur.
Los verdaderos cristianos no ‘se oponen a la autoridad’
3, 4. a) ¿Qué principios violan los supuestos cristianos que promueven revoluciones? b) ¿Qué descubrió alguien acerca de los testigos de Jehová?
3 En el primer siglo Jesús dijo lo siguiente acerca de sus seguidores: “Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo”. (Juan 17:14.) De seguro cualquier supuesto cristiano que promueva revoluciones es parte del mundo. No es seguidor de Jesús; tampoco está “en sujeción a las autoridades superiores”. (Romanos 13:1.) Haría bien en prestar atención a la advertencia del apóstol Pablo de que “el que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en contra de este recibirán juicio para sí”. (Romanos 13:2.)
4 Los testigos de Jehová, a diferencia de lo que hacen muchos en la cristiandad, no tienen nada que ver con la violencia armada. En Europa, cierto hombre descubrió esto. Escribe él: “Al ver lo que la religión y la política han producido, me dediqué a derribar el orden social establecido. Me uní a un grupo de terroristas y me entrené en el manejo de toda clase de arma; participé en muchos asaltos armados. Mi vida estaba en peligro constante. Al pasar el tiempo, se me hizo claro que peleábamos en vano. Quedé frustrado, absolutamente sin esperanza en la vida. Entonces una Testigo tocó a nuestra puerta. Me habló del Reino de Dios. Al considerar que aquello era una pérdida de tiempo para mí, sugerí que mi esposa escuchara. Mi esposa escuchó, y la Testigo empezó un estudio bíblico con ella. Finalmente yo concordé en participar en el estudio. Me faltan palabras para comunicar el alivio que sentí cuando comprendí qué fuerza está impulsando a la humanidad hacia el mal. La maravillosa promesa del Reino me ha dado una esperanza sustentadora y un propósito en la vida”.
5. ¿Por qué siguen en sujeción pacífica a las autoridades superiores los cristianos, y hasta cuándo sucederá esto?
5 Los cristianos son embajadores o enviados de Dios y de Cristo. (Isaías 61:1, 2; 2 Corintios 5:20; Efesios 6:19, 20.) En esa condición, permanecen neutrales en cuanto a los conflictos de este mundo. Aunque algunos sistemas políticos parecen tener más éxito económico que otros, y algunos permiten más libertad que otros, los cristianos no promueven ni clasifican a un sistema por encima de otro. Saben que todos los sistemas son imperfectos. Es el “arreglo de Dios” que estos sigan existiendo hasta que su Reino los reemplace. (Daniel 2:44.) Por lo tanto, los cristianos siguen en sujeción pacífica a las autoridades superiores mientras promueven el bienestar eterno de otros mediante predicar las buenas nuevas del Reino. (Mateo 24:14; 1 Pedro 3:11, 12.)
Obediencia a la ley
6. ¿A qué se debe que muchas leyes humanas sean buenas aunque ‘el mundo entero yazca en el poder del inicuo’?
6 Los gobiernos nacionales establecen sistemas de leyes, y la mayoría de estas leyes son buenas. ¿Debería sorprendernos esto, en vista de que “el mundo entero yace en el poder del inicuo”? (1 Juan 5:19.) No. Jehová dio a nuestro padre original, Adán, una conciencia, y este sentido innato de lo que es correcto y lo que es incorrecto se refleja de muchas maneras en las leyes humanas. (Romanos 2:13-16.) Hammurabi, un antiguo legislador babilonio, escribió este prólogo a su código de leyes: “En aquel tiempo me nombraron para promover el bienestar de la gente, a mí, Hammurabi, el príncipe devoto y piadoso, para que la justicia reinara en la tierra, para destruir a los inicuos y a los malos, para que los fuertes no oprimieran a los débiles”.
7. Si alguien viola la ley, ¿quién tiene derecho a castigarlo, y por qué?
7 La mayoría de los gobiernos dirían que el propósito de sus leyes es similar: promover el bienestar de los ciudadanos y buen orden en la sociedad. Por lo tanto, castigan los actos antisociales, como el asesinato y el robo, y establecen reglamentos, como los límites de velocidad y las leyes sobre el estacionamiento de vehículos. Las personas que deliberadamente violan sus leyes se ponen contra la autoridad y “recibirán juicio para sí”. ¿Juicio de quién? No necesariamente de Dios. La palabra griega que se traduce aquí juicio puede referirse a procedimientos civiles más bien que a juicios por Jehová. (Compárese con 1 Corintios 6:7.) Si alguien obra ilegalmente, la autoridad superior tiene derecho a castigarlo.
8. ¿Cómo responde la congregación cuando uno de sus miembros comete un delito grave?
8 Los testigos de Jehová tienen la buena reputación de no oponerse a las autoridades humanas. Si sucede que alguna persona de la congregación viola la ley, la congregación no ayuda a esa persona a evadir el castigo que legalmente merece. Si alguien roba, asesina, difama, engaña en cuanto a sus impuestos, viola, defrauda, usa drogas ilegales o de cualquier otra manera se opone a la autoridad legítima, recibirá disciplina severa de parte de la congregación... y no debe sentirse perseguido cuando la autoridad seglar lo castiga. (1 Corintios 5:12, 13; 1 Pedro 2:13-17, 20.)
Objeto de temor
9. ¿Qué recurso apropiado tienen los cristianos si los amenazan elementos desaforados?
9 Pablo continúa así su consideración de las autoridades superiores: “Porque los que gobiernan no son objeto de temor para el hecho bueno, sino para el malo. ¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Sigue haciendo el bien, y tendrás alabanza de ella”. (Romanos 13:3.) No son los cristianos leales quienes deben temer el castigo de la autoridad, sino los malhechores, los que cometen ‘hechos malos’, actos criminales. Cuando los testigos de Jehová se ven amenazados por tales elementos desaforados, es propio que acepten de la autoridad protección policíaca o militar. (Hechos 23:12-22.)
10. ¿Cómo han ‘recibido alabanza’ de la autoridad los testigos de Jehová?
10 Al cristiano que observa la ley de la autoridad superior Pablo dice: “Tendrás alabanza de ella”. Como ejemplo de esto, considere algunas cartas que han recibido los testigos de Jehová en Brasil después de sus asambleas de distrito. Del director de un departamento municipal de deportes: “Ustedes merecen la mayor alabanza por su comportamiento pacífico. Es consolador, en el mundo perturbado de hoy, saber que tantas personas todavía creen en Dios y lo adoran”. Del administrador de un estadio municipal: “A pesar de lo numeroso del grupo que concurrió, no hubo ningún incidente que manchara el acontecimiento, gracias a impecable organización”. De la oficina de un alcalde: “Queremos aprovechar esta oportunidad para felicitarles por su orden y su disciplina maravillosa y espontánea, y les deseamos todo éxito en las ocasiones futuras”.
11. ¿Por qué no se puede decir que el predicar las buenas nuevas sea un hecho malo?
11 El término “hecho bueno” se refiere a actos en obediencia a las leyes de las autoridades superiores. Además, nuestra predicación, mandada por Dios y no por el hombre, no es un hecho malo... un punto que las autoridades políticas deberían reconocer. Es un servicio público que eleva el calibre moral de las personas que responden. Por lo tanto, nuestra esperanza es que las autoridades superiores protejan nuestro derecho de predicar a otras personas. Pablo apeló a las autoridades para establecer legalmente la predicación de las buenas nuevas. (Hechos 16:35-40; 25:8-12; Filipenses 1:7.) De manera similar, recientemente los testigos de Jehová buscaron y obtuvieron reconocimiento legal para su obra en la Alemania oriental, Hungría, Polonia, Rumania, Benín y Myanmar (Birmania).
“Es ministro de Dios”
12-14. ¿Cómo han obrado las autoridades superiores como ministro de Dios a) en tiempos bíblicos? b) en nuestros tiempos?
12 Hablando sobre la autoridad seglar, Pablo continúa: “Es ministro de Dios para ti para bien tuyo. Pero si estás haciendo lo que es malo, teme: porque no es sin propósito que lleva la espada; porque es ministro de Dios, vengador para expresar ira sobre el que practica lo que es malo”. (Romanos 13:4.)
13 A veces las autoridades nacionales han servido de ministro de Dios de maneras específicas. Ciro hizo eso cuando convocó a los judíos para que regresaran de Babilonia y reedificaran la casa de Dios. (Esdras 1:1-4; Isaías 44:28.) Artajerjes fue ministro de Dios cuando envió a Esdras con una contribución para reedificar aquella casa, y después, cuando comisionó a Nehemías para que reedificara los muros de Jerusalén. (Esdras 7:11-26; 8:25-30; Nehemías 2:1-8.) La autoridad superior romana sirvió así cuando libró a Pablo de la chusma en Jerusalén, lo protegió durante su naufragio e hizo arreglos para que él tuviera su propia casa en Roma. (Hechos 21:31, 32; 28:7-10, 30, 31.)
14 De igual manera, autoridades seglares han servido de ministro de Dios en nuestros tiempos. Por ejemplo, en 1959 el Tribunal Supremo de Canadá decidió que un testigo de Jehová acusado en Quebec de publicar libelo sedicioso y difamatorio no era culpable... y así se opuso al prejuicio del que entonces era el primer ministro de Quebec, Maurice Duplessis.
15. ¿De qué manera general obran las autoridades como ministro de Dios, y qué derecho les da esto?
15 Además, generalmente los gobiernos nacionales sirven de ministro de Dios al conservar el orden público hasta que el Reino de Dios se encargue de esa responsabilidad. Según Pablo, con este fin la autoridad “lleva la espada”, lo que simboliza su derecho a infligir castigo. Por lo general esto implica encarcelamiento o el pago de multas. En algunos países también puede incluir la pena de muertea. Por otra parte, muchas naciones han escogido no tener la pena de muerte, y eso, también, es derecho suyo.
16. a) Puesto que la autoridad es ministro de Dios, ¿qué han considerado correcto hacer algunos siervos de Dios? b) ¿Qué clase de empleo no aceptaría un cristiano, y por qué no?
16 El hecho de que las autoridades superiores son ministro de Dios explica por qué Daniel, los tres hebreos, Nehemías y Mardoqueo pudieron aceptar puestos de responsabilidad en los gobiernos babilonio y persa. Así, podían recurrir a la autoridad del Estado para el bien del pueblo de Dios. (Nehemías 1:11; Ester 10:3; Daniel 2:48, 49; 6:1, 2.) Hoy algunos cristianos también trabajan en servicio gubernamental. Pero puesto que están separados del mundo, no se unen a partidos políticos ni buscan puesto político ni aceptan puestos en que se deciden pautas gubernamentales en organizaciones políticas.
Se necesita fe
17. ¿Qué situaciones pudieran impulsar a algunos no cristianos a resistir a la autoridad?
17 Pero ¿qué hay si la autoridad tolera la corrupción y hasta la opresión? ¿Es el deber de los cristianos tratar de reemplazar la autoridad con otra que parezca mejor? Pues bien, la injusticia y la corrupción gubernamental no son nada nuevo. En el primer siglo el Imperio Romano aprobaba injusticias como la esclavitud. También toleraba a funcionarios corruptos. La Biblia habla de recaudadores de impuestos que hacían trampas, un juez injusto y un gobernador provincial que esperaba sobornos. (Lucas 3:12, 13; 18:2-5; Hechos 24:26, 27.)
18, 19. a) ¿Cómo reaccionan los cristianos si funcionarios gubernamentales cometen abusos o corrupción? b) ¿Cómo han mejorado los cristianos la vida de algunas personas, como lo indican un historiador y el recuadro de abajo?
18 Los cristianos pudieran haber tratado de poner fin a aquellos abusos en aquel tiempo, pero no hicieron tal cosa. Por ejemplo, Pablo no predicó que se pusiera fin a la esclavitud, ni dijo a los cristianos que poseían esclavos que les dieran la libertad. Más bien, aconsejó a los esclavos y a los dueños de esclavos que mostraran compasión cristiana al tratar unos con otros. (1 Corintios 7:20-24; Efesios 6:1-9; Filemón 10-16; véase también 1 Pedro 2:18.) Tampoco participaron los cristianos en actividad revolucionaria. Estaban demasiado ocupados predicando “las buenas nuevas de paz”. (Hechos 10:36.) En 66 E.C. un ejército romano sitió Jerusalén y entonces se retiró. Los cristianos hebreos, en vez de quedarse en la ciudad con los rebeldes que la defendían, ‘huyeron a las montañas’ en obediencia a la instrucción que Jesús les había dado. (Lucas 21:20, 21.)
19 Los cristianos primitivos vivían sin alterar la situación reinante, y trataban de mejorar la vida de las personas mediante ayudar a la gente a seguir los principios bíblicos. El historiador John Lord, en su libro The Old Roman World (El mundo romano antiguo), escribió: “Los verdaderos triunfos del cristianismo consistían en hacer buenas personas de la gente que profesaba sus doctrinas, más bien que en cambiar instituciones que gozaban de popularidad externa, o gobiernos, o leyes”. ¿Deberían obrar de manera diferente los cristianos de hoy?
Cuando el Estado no ayuda
20, 21. a) ¿Cómo sucedió que una autoridad seglar no obró como ministro de Dios para el bien? b) ¿Cómo deben reaccionar los testigos de Jehová cuando se les persigue y el Estado es cómplice en esto?
20 En septiembre de 1972 estalló cruel persecución contra los testigos de Jehová en un país centroafricano. A miles de Testigos les quitaron todas sus pertenencias y los sometieron a otras atrocidades, entre ellas palizas, tortura y asesinato. ¿Cumplió la autoridad superior con su deber de proteger a los Testigos? ¡No! Más bien, estimuló la violencia, y estos cristianos inofensivos se vieron obligados a huir a países cercanos en busca de seguridad.
21 ¿No deberían los testigos de Jehová levantarse airados contra estos atormentadores? No. Los cristianos deben aguantar con paciencia indignidades como esas, e imitar humildemente a Jesús: “Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia”. (1 Pedro 2:23.) Recuerdan que cuando Jesús fue arrestado en el jardín de Getsemaní él reprendió a un discípulo que lo defendió con una espada, y después dijo a Poncio Pilato: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente”. (Juan 18:36; Mateo 26:52; Lucas 22:50, 51.)
22. ¿Qué excelente ejemplo dieron unos Testigos africanos cuando se les sometió a persecución severa?
22 Teniendo presente el ejemplo de Jesús, aquellos Testigos africanos tuvieron el valor de seguir este consejo de Pablo: “No devuelvan mal por mal a nadie. Provean cosas excelentes a vista de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres. No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová’”. (Romanos 12:17-19; compárese con Hebreos 10:32-34.) ¡Qué estimulador es el ejemplo que nos han dado a todos hoy nuestros hermanos africanos! Hasta cuando la autoridad rehúsa obrar honorablemente, los verdaderos cristianos no abandonan los principios bíblicos.
23. ¿Qué preguntas quedan por considerarse?
23 Pero ¿qué pueden esperar de los cristianos las autoridades superiores? Además, ¿hay límite a lo que estas autoridades pueden exigir con derecho? Consideraremos esto en el artículo que sigue.
[Nota a pie de página]
a El código de la Ley dado por Dios en el antiguo Israel incluía la pena de muerte por delitos crasos. (Éxodo 31:14; Levítico 18:29; 20:2-6; Números 35:30.)
¿Puede explicar lo siguiente?
◻ ¿Cómo pudiera alguien ‘ponerse en contra’ de las autoridades superiores?
◻ ¿Cuál es el “arreglo de Dios” respecto a la autoridad gubernamental?
◻ ¿De qué manera son “objeto de temor” las autoridades?
◻ ¿Cómo sirven de “ministro de Dios” los gobiernos humanos?
[Recuadro en la página 21]
Carta de un jefe de policía
A LA oficina sucursal de la Sociedad Watch Tower en Brasil llegó una carta con el membrete “Servicio Público para el Estado de Minas Gerais”. Era del jefe de la policía del pueblo de Conquista. ¿Había surgido algún problema? Deje que la carta explique. Decía:
“Estimado señor:
”Es un placer para mí presentarme a usted mediante esta carta. He sido el jefe de la policía del pueblo de Conquista, Minas Gerais, por aproximadamente tres años. En el trabajo siempre trato de ser concienzudo, pero solía tener problemas en cuanto a mantener la paz en la cárcel. Los presos estaban inquietos, aunque se les entrena para que efectúen ciertos trabajos.
”Hace unos meses el señor O*** vino a nuestro pueblo y se presentó como testigo de Jehová. Empezó a predicar la Biblia a algunos de los presos y les enseñó a leer y a escribir; les explicó puntos esenciales de la higiene así como aptitudes sociales y los educó en cuanto a la Santa Biblia. Este predicador trabajó con dedicación, amor y abnegación. Dentro de poco el comportamiento de los presos mejoró notablemente, para asombro de los observadores, quienes lo agradecieron mucho.
”En vista de lo que sucedió en nuestra cárcel, deseo notificar oficialmente a la Sociedad Watch Tower Bible and Tract que apreciamos el excelente trabajo que hizo en nuestra comunidad este notable predicador”.
En cuanto a la autoridad gubernamental, el apóstol Pablo dijo: “Sigue haciendo el bien, y tendrás alabanza de ella”. (Romanos 13:3.) Como vemos, esto fue lo que sucedió en este caso. ¡Qué testimonio del poder transformador de la Palabra de Dios el que las buenas nuevas lograran en unos meses lo que el sistema penal no pudo hacer en años!—Salmo 19:7-9.