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  • ¡Manténgase saludable en la fe!
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
w91 15/2 pág. 22

¡Manténgase saludable en la fe!

Puntos sobresalientes de Tito

LAS congregaciones cristianas de la isla de Creta, en el Mediterráneo, necesitaban ayuda espiritual. ¿Quién podría ayudarlas? Pues, ¡Tito, colaborador del apóstol Pablo! Era valeroso, capacitado para enseñar, celoso de obras excelentes y saludable en la fe.

Pablo visitó Creta entre las dos ocasiones en que estuvo en prisión en Roma. Dejó a Tito en la isla para que corrigiera ciertos asuntos y nombrara ancianos de congregación. Además, Tito tendría que censurar a los falsos maestros y dar ejemplo excelente. Todo esto se revela en la carta de Pablo a Tito, enviada quizás desde Macedonia entre 61 y 64 E.C. El aplicar el consejo del apóstol puede ayudar a los superintendentes y a sus compañeros de creencia de hoy día a ser valerosos, celosos y saludables en sentido espiritual.

¿Qué se requiere de los superintendentes?

Era necesario nombrar superintendentes y tratar algunos problemas serios (Tit 1:1-16). Para que un hombre fuera nombrado superintendente tenía que estar libre de acusación, ser ejemplar personalmente y en su vida familiar, ser hospitalario, equilibrado y una persona que manifestara autodominio. Tenía que enseñar la verdad, y exhortar y censurar a los que contradecían la verdad. Tenía que ser valeroso, porque había que imponer silencio a los ingobernables en las congregaciones. Esto era cierto especialmente respecto a los que se adherían a la circuncisión, pues habían subvertido a familias enteras. Para que las congregaciones se mantuvieran saludables en sentido espiritual, sería necesario censurar con severidad. En la actualidad los superintendentes cristianos también deben armarse de valor para censurar y exhortar, con miras a edificar a la congregación.

Ponga en práctica la enseñanza saludable

Tito tenía que impartir enseñanza saludable en sentido espiritual (2:1-15). Los hombres de edad deberían ser ejemplares en la moderación, la seriedad, el juicio sano, la fe, el amor y el aguante. Las mujeres de edad habían de ser “reverentes en su comportamiento”. Como “maestras de lo que es bueno”, podían ayudar a las mujeres jóvenes a tener el punto de vista correcto sobre sus responsabilidades de esposas y madres. Los hombres de menos edad habían de ser de juicio sano, y los esclavos deberían sujetarse a sus dueños de tal manera que adornaran la enseñanza de Dios. Todos los cristianos tenían que repudiar la impiedad y vivir con buen juicio en el sistema de cosas actual mientras aguardaban la gloriosa manifestación de Dios y de Jesucristo, “que se dio a sí mismo por nosotros para librarnos de toda clase de desafuero y limpiar para sí un pueblo peculiarmente suyo, celoso de obras excelentes”. Por aplicar este consejo saludable, que nosotros también ‘adornemos la enseñanza de Dios’.

Pablo cierra su carta con consejo que promueve la salud espiritual (3:1-15). Se debe mostrar sumisión apropiada a los gobernantes y cultivar la cualidad de ser razonables. Los cristianos tienen la esperanza de vida eterna, y había que recalcar las palabras de Pablo para animarlos a mantener la mente puesta en las obras excelentes. Tenían que evitar las cuestiones necias y las peleas acerca de la Ley, y había que rechazar al que promoviera una secta después de habérsele amonestado por segunda vez. A medida que los ancianos apliquen este consejo hoy día, tanto ellos como sus compañeros de creencia se mantendrán saludables en la fe.

[Recuadro/Ilustración en la página 22]

No esclavizados al vino: Aunque las mujeres no deben enseñar a los hombres en la congregación, las hermanas de edad pueden instruir en privado a las mujeres jóvenes. Pero para ser eficientes al respecto, las mujeres de edad deben prestar atención a estas palabras de Pablo: “Que las mujeres de edad sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, ni esclavizadas a mucho vino, maestras de lo que es bueno”. (Tito 2:1-5; 1 Timoteo 2:11-14.) Debido a que se preocupan por los efectos que causan las bebidas alcohólicas, los superintendentes, los siervos ministeriales y las mujeres de edad deben ser moderados, no dados a mucho vino. (1 Timoteo 3:2, 3, 8, 11.) Todo cristiano debe evitar la borrachera y abstenerse de las bebidas alcohólicas mientras desempeña “la obra santa” de predicar las buenas nuevas. (Romanos 15:16; Proverbios 23:20, 21.)

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