Los proclamadores del Reino informan
Conducta que adorna nuestro ministerio cristiano
EL APÓSTOL Pedro aconseja a los cristianos: “Mantengan excelente su conducta entre las naciones”. (1 Pedro 2:12.) El apóstol Pablo muestra que mediante nuestra buena conducta ‘en todas las cosas adornamos la enseñanza de nuestro Salvador, Dios’. (Tito 2:10.) Por todo el mundo los testigos de Jehová son conocidos por su buena conducta. Note algunos ejemplos.
La buena conducta impresiona a un maestro
◻ La sucursal de la Sociedad Watch Tower en Costa Rica informa que una gran cantidad de jóvenes de ese país son excelente ejemplo para otros. Cierto hermano relata qué hizo que él se interesara en la verdad. Dice: “Lo que más me atrajo a la verdad fue la conducta excelente tanto de los jóvenes como de los adultos, pero especialmente la de los jóvenes. Mientras trabajaba de maestro, pude observar de cerca a los Testigos que iban a la escuela donde yo enseñaba. Y como me alojaba en la casa de una familia de testigos de Jehová, también observaba la conducta de los niños de esa familia.
”No pude menos que notar la diferencia entre los estudiantes que eran Testigos y los demás estudiantes de la escuela. Los Testigos eran siempre puntuales y se comportaban bien, nunca mentían y siempre cumplían con sus tareas. También me di cuenta de que eran honrados al tomar sus exámenes, aunque los demás estudiantes por lo general hacían trampa. Además, eran muy corteses y respetuosos conmigo como su maestro. Quedé tan impresionado por los Testigos jóvenes de la escuela y de la casa donde me alojaba que empecé a investigar esta religión y con el tiempo acepté la verdad”.
Buenos resultados de la conducta cristiana en una asamblea de distrito
◻ Cierto testigo de Jehová de una congregación de la parte oeste de El Salvador deseaba compartir las buenas nuevas del Reino con sus dos hermanos carnales. Uno de ellos prestó atención y comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. El otro hermano pertenecía a la iglesia evangélica llamada Príncipe de Paz, y le dijo: “No me hables; lo que tú haces es a favor del Diablo”.
Cuando llegó el tiempo de la asamblea de distrito, el que estaba estudiando invitó a su hermano a acompañarlo a la asamblea. El hermano dijo: “Está bien, iré contigo; pero solo voy para ver qué falta hallo en los Testigos”. Los dos hermanos asistieron a la asamblea juntos. La gran concurrencia y el buen orden que vio en la asamblea impresionó al evangélico, quien dijo que nunca había visto nada semejante. Cuando volvió a su casa, dijo a su hermano: “Dame la mano”. “¿Por qué? ¿Qué pasa?”, preguntó su hermano. “Solo dame la mano”, fue la respuesta. Se dieron la mano, y el hermano que pertenecía a la iglesia evangélica declaró: “De ahora en adelante voy a estudiar con los testigos de Jehová. La verdad es que no sabía lo que me estaba perdiendo”. Ahora él también es un celoso proclamador activo de las buenas nuevas del Reino de Dios.