BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w92 15/11 págs. 26-29
  • Ancianos: Reajusten a sus hermanos con espíritu de apacibilidad

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Ancianos: Reajusten a sus hermanos con espíritu de apacibilidad
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • El consejo apostólico
  • Algunas medidas útiles
  • Una razón para regocijarse
  • La superintendencia amorosa edifica
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
  • “Que llame a los ancianos”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (estudio) 2025
  • Sean obedientes a los que llevan la delantera
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
  • Cualidades correctas necesarias para juzgar
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
w92 15/11 págs. 26-29

Ancianos: Reajusten a sus hermanos con espíritu de apacibilidad

EL CORAZÓN de un cristiano verdadero se asemeja a un jardín espiritual que produce fruto de calidad. En él crecen el amor, el gozo, la paz, la gran paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la apacibilidad y el autodominio. ¿Y por qué no? Esos son los frutos del espíritu santo que Jehová Dios da a sus siervos dedicados. (Gálatas 5:22, 23.) No obstante, todo cristiano que desea mantener el jardín de su corazón como un lugar agradable a su Padre celestial debe luchar incansablemente contra la cizaña del pecado heredado. (Romanos 5:5, 12.)

De vez en cuando en el corazón imperfecto del cristiano empieza a crecer lo que es indeseable. Puede que la persona tenga buenos antecedentes espirituales. Pero de repente surge un problema, quizás debido a malas compañías o a una decisión imprudente. ¿Cómo pueden ayudar espiritualmente a esa persona los ancianos de la congregación?

El consejo apostólico

Para ayudar al cristiano que ha errado, los ancianos deben seguir el consejo del apóstol Pablo: “Hermanos, aunque un hombre dé algún paso en falso antes que se dé cuenta de ello, ustedes los que tienen las debidas cualidades espirituales traten de reajustar a tal hombre con espíritu de apacibilidad, vigilándote a ti mismo, por temor de que tú también seas tentado”. (Gálatas 6:1.) Cuando un compañero de creencia ha dado “algún paso en falso antes que se dé cuenta de ello”, los ancianos tienen la responsabilidad de ofrecerle ayuda de inmediato.

Pablo habla aquí de “un hombre” que da un paso en falso. No obstante, la palabra griega (án·thro·pos) que aparece aquí puede aplicar tanto a un hombre como a una mujer. ¿Y qué significa “reajustar” a una persona? En este caso, el término griego (ka·tar·tí·zo) significa “poner en debida alineación”. El mismo término se usa respecto a remendar las redes. (Mateo 4:21.) También se usa con relación a encajar un hueso fracturado. El médico lo realiza con mucho cuidado para no causar a su paciente dolor innecesario. Así también, se requiere cuidado, tacto y compasión para ayudar a un hermano o a una hermana a recuperar la debida alineación espiritual.

Los ancianos dan prueba de su propia espiritualidad cuando manifiestan espíritu de apacibilidad al ayudar a alguien. No cabe duda de que Jesús, un hombre de genio apacible, trataría los asuntos con apacibilidad. (Mateo 11:29.) Los ancianos deben mostrar esta cualidad al tratar con un siervo de Jehová que haya dado un paso en falso, porque ellos también pueden ser atrapados por el pecado, a pesar de sus buenas intenciones. Pudiera sucederles lo mismo en el futuro, si no les ha ocurrido ya en el pasado.

Estos hombres de cualidades espirituales deberían ‘llevar las cargas’ de sus compañeros de adoración de manera amorosa. No cabe duda de que los ancianos desean ayudar de corazón al hermano en su lucha contra Satanás, las tentaciones, las debilidades carnales y las aflicciones del pecado. Esta es una manera como los superintendentes cristianos ‘cumplen la ley del Cristo’. (Gálatas 6:2.)

Los hombres que en verdad tienen cualidades espirituales son humildes y comprenden que “si alguien piensa que es algo, no siendo nada, está engañando su propia mente”. (Gálatas 6:3.) Prescindiendo de cuánto se esfuercen por hacer lo que es correcto y provechoso, los ancianos nunca podrán imitar a grado cabal a Jesucristo, el Hijo de Dios perfecto y amorosamente compasivo. Pero eso no debe impedir que ellos traten de hacer lo óptimo.

Saben que sería incorrecto corregir a alguien de manera arrogante y santurrona. Jesús nunca haría tal cosa. ¡Incluso estuvo dispuesto a dar su vida, no solo por sus amigos, sino también por sus enemigos! Los ancianos se esfuerzan por demostrar la misma clase de amor cuando ayudan a los hermanos que tienen dificultades a acercarse a su Padre celestial y a sus justas normas. ¿Qué pueden hacer para ayudar a sus compañeros de adoración a recobrarse?

Algunas medidas útiles

Oren y confíen en Jehová a la vez que hablan y actúan con apacibilidad de genio. Jesús era de genio apacible, oraba constantemente a su Padre celestial por dirección y siempre hizo las cosas que le agradaban. (Mateo 21:5; Juan 8:29.) Los ancianos no deberían hacer menos cuando tratan de corregir a una persona que ha dado un paso en falso. Como subpastor de genio apacible, el anciano hablará en tono animador y edificante, no intimidatorio. Durante la conversación procurará mantener un ambiente agradable que permita al cristiano que necesita ayuda expresar lo que piensa con toda libertad. Para lograr este fin será muy provechoso empezar con una oración sincera. La persona que recibe consejo apacible estará más dispuesta a abrir su corazón si sabe que, al igual que Jesús, su consejero procura hacer las cosas que le agradan a Dios. La oración de conclusión también servirá para impresionar en la mente de la persona la necesidad de aplicar el consejo que se le ha dado amorosa y apaciblemente.

Después de la oración, den encomio sincero. Pueden hacer referencia a las buenas cualidades de la persona, tales como la bondad, la seriedad y el esmero. Pueden traer a colación el hecho de que haya servido fielmente a Jehová quizás por muchos años. Así mostramos que tenemos un interés por la persona semejante al de Cristo. Jesús comenzó su mensaje a la congregación de Tiatira dando el siguiente encomio: “Conozco tus hechos, y tu amor y fe y ministerio y aguante, y que tus hechos recientes son más que los de antes”. (Revelación 2:19.) Esas palabras dieron a los miembros de la congregación la seguridad de que Jesús estaba al tanto del buen trabajo que estaban efectuando. Aunque la congregación tenía sus defectos —pues se toleraba una influencia como la de “Jezabel”—, estaba trabajando bien en otros aspectos, y Jesús quería que aquellos hermanos y hermanas supieran que su celosa actividad no pasaba inadvertida. (Revelación 2:20.) Al igual que Jesús, los ancianos deben dar encomio cuando la ocasión lo merezca.

No traten un paso en falso como si fuera más serio de lo que en realidad es. Los ancianos deben proteger al rebaño de Dios y mantener limpia Su organización. Pero algunos errores que requieren que se dé consejo firme pueden ser atendidos por uno o dos ancianos sin que sea necesaria una audiencia judicial. En muchos casos el paso en falso no se debe a maldad intencionada, sino a la debilidad humana. Los ancianos deben tratar al rebaño con ternura teniendo presente que: “Al que no practica misericordia se le hará su juicio sin misericordia. La misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio”. (Santiago 2:13; Hechos 20:28-30.) En vez de exagerar los asuntos, los ancianos deben tratar a sus hermanos afligidos de modo apacible, tal como lo hace nuestro Dios compasivo y misericordioso, Jehová. (Efesios 4:32.)

Asegúrense de entender los factores que pudieran haber llevado a dar el paso en falso. Es necesario que los ancianos escuchen con cuidado cuando un compañero cristiano les expone lo que hay en su corazón. Si ‘Dios no desprecia un corazón quebrantado y aplastado’, ellos tampoco deben hacerlo. (Salmo 51:17.) Es posible que la raíz del problema sea la falta de apoyo emocional de parte del cónyuge. Una depresión mental fuerte y prolongada pudiera haber debilitado la fortaleza emocional de la persona, dificultándole en extremo el tomar decisiones prudentes. Los ancianos amorosos considerarán esos factores pues, aunque es cierto que Pablo exhortó a ‘amonestar a los desordenados’, también instó: “Hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, tengan gran paciencia para con todos”. (1 Tesalonicenses 5:14.) Aunque los ancianos no desean restar fuerza a las normas justas de Dios, también deben tomar en cuenta los factores atenuantes, tal como Dios lo hace. (Salmo 103:10-14; 130:3.)

Eviten socavar el amor propio de su compañero cristiano. Por ningún motivo quisiéramos privar a un hermano o una hermana de su dignidad personal o dar la impresión de que carece de valía. Antes bien, el que le aseguremos que confiamos en sus cualidades cristianas y en su amor a Dios pudiera servirle de estímulo para corregir su error. Pablo animó así a los corintios a mostrar generosidad cuando les dijo que se jactaba ante otros de su “prontitud de ánimo” y “celo” a este respecto. (2 Corintios 9:1-3.)

Expliquen cómo se puede superar el problema confiando en Jehová. Sí, procuren encarecidamente ayudar a la persona a comprender cómo el confiar en Dios y aplicar el consejo de Su Palabra podrá ayudarle a hacer los cambios requeridos. Con ese fin, nuestras declaraciones deben basarse en las Escrituras y en las publicaciones basadas en la Biblia. Tenemos un objetivo doble: 1) ayudarle a discernir y entender cómo ve Jehová los asuntos y 2) explicarle cómo ha pasado por alto o descuidado de algún modo las pautas divinas.

Combinen el consejo bíblico con preguntas bondadosas que sean pertinentes. Así podrán llegar al corazón de la persona. Jehová se valió de una pregunta para ayudar a su pueblo a comprender cuánto se había descarriado, al decir mediante el profeta Malaquías: “¿Robará el hombre terrestre a Dios?”. Luego dijo: “Pero ustedes me están robando”. (Malaquías 3:8.) El que Israel no contribuyera la décima parte de sus cosechas, según lo requería la Ley mosaica, equivalía a robar a Jehová. A fin de corregir la situación, los israelitas tenían que cumplir con sus obligaciones relativas a la adoración pura, confiando en que Dios los bendeciría abundantemente. Mediante preguntas bondadosas que motiven al raciocinio, los ancianos también pueden poner de relieve que para hacer lo correcto hoy, se requiere confiar en nuestro Padre celestial y obedecerle. (Malaquías 3:10.) Si esta idea llega al corazón de nuestro hermano, le ayudará en gran manera a hacer “sendas rectas para sus pies”. (Hebreos 12:13.)

Recalquen los beneficios que resultan de aceptar el consejo. Además de advertir en cuanto a las consecuencias de emprender un derrotero equivocado, el consejo eficaz también debe recordar los beneficios que resultan de corregir el proceder. Después de una oportuna advertencia a la congregación de Laodicea, que padecía apatía espiritual, Jesús aseguró que si se arrepentían y se hacían discípulos celosos disfrutarían de privilegios sobresalientes, entre estos la perspectiva de regir con él en el cielo. (Revelación 3:14-21.)

Interésense en ver si se aplica el consejo. Tal como un buen médico examina de vez en cuando si un hueso que ha encajado sigue bien alineado, así los ancianos deben interesarse en ver que se esté aplicando el consejo bíblico. Podrían preguntarse: ¿Se requiere más ayuda? ¿Debería repetirse el consejo, aunque quizás de otra manera? Jesús tuvo que aconsejar a sus discípulos en repetidas ocasiones en cuanto a la necesidad de cultivar humildad. Pasó mucho tiempo con ellos moldeando pacientemente su modo de pensar, valiéndose del consejo, las ilustraciones y las lecciones prácticas. (Mateo 20:20-28; Marcos 9:33-37; Lucas 22:24-27; Juan 13:5-17.) Del mismo modo, los ancianos pueden asegurarse de que la persona recupere completamente la salud espiritual considerando con ella temas bíblicos preparados de antemano.

Den encomio por cualquier mejora que observen. Si alguien que ha dado un paso en falso se está esforzando ahora sinceramente por aplicar el consejo bíblico, denle encomio afectuoso. De este modo se reforzará el consejo original y se le animará a seguir mejorando. En su primera carta a los corintios, Pablo se vio obligado a darles consejo firme sobre diferentes asuntos. Pero poco tiempo después de que Tito le informara de los excelentes resultados que produjo su carta, Pablo les escribió para darles encomio. Les dijo: “Ahora me regocijo, no porque fueran simplemente entristecidos, sino porque fueron entristecidos para arrepentimiento; porque fueron entristecidos de manera piadosa”. (2 Corintios 7:9.)

Una razón para regocijarse

Sí, Pablo se regocijó al enterarse de que su consejo había ayudado a los corintios. Del mismo modo, los ancianos del día moderno se regocijan mucho cuando un compañero de adoración responde favorablemente a su ayuda amorosa y consigue recuperarse después de haber dado un paso en falso. Hallan gran satisfacción en ayudar a un cristiano afligido a desarraigar de su corazón los espinos que produce el pecado, a fin de que abunde en él el fruto piadoso.

Si los ancianos consiguen que la persona que ha dado un paso en falso se recobre, puede que la salven de un derrotero desastroso en sentido espiritual. (Compárese con Santiago 5:19, 20.) Los que han sido favorecidos de este modo, deben agradecer a Jehová Dios la ayuda que han recibido. También sería correcto que expresaran su agradecimiento por la compasión, comprensión y ayuda amorosa que le mostraron los ancianos. Y si se logra un recobro espiritual completo, todos pueden regocijarse de que haya sido posible reajustar a alguien con espíritu de apacibilidad.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir