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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1993
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1993
w93 15/12 págs. 3-7

¿Nació Jesús en tiempo de nieve?

“FUERTE nevada paraliza Jerusalén” y “El norte queda aislado por la nieve”. Estos titulares del periódico The Jerusalem Post no sorprendieron al lector israelí durante el invierno de 1992, uno de los peores que se han visto en Israel en lo que va del siglo.

Para enero, la cumbre del monte Hermón tenía entre 7 y 12 metros de nieve, y el invierno solo estaba empezando. Desde los Altos del Golán y el norte de Galilea hasta Jerusalén y las cercanías de Belén (foto de la portada), e incluso más al sur, en el Neguev, la vida cotidiana israelí se vio paralizada repetidamente por un visitante grácil y delicado, pero poderoso. Un artículo del Jerusalem Post dijo: “Las fuertes nevadas lograron ayer lo que no consiguió una lluvia de cohetes Katyusha la semana pasada, cerrar los asentamientos y mantener a los residentes atrincherados en sus casas”.

El duro invierno no solo causó estragos en las ciudades. Llegaron noticias de que cientos de vacas y terneros, así como miles de pollos, murieron helados cuando el termómetro registró temperaturas bajo cero. Como si la nieve no fuera suficiente, las lluvias, fuertes y frías, también se cobraron víctimas. Un día, dos jóvenes pastores que al parecer intentaban desesperadamente salvar varias ovejas que habían quedado atrapadas por una inundación repentina, fueron arrastrados por la corriente y se ahogaron.

Aunque este no fue un invierno típico del Oriente Medio, la revista israelí Eretz informó: “Los datos meteorológicos que se han recogido y registrado en la tierra de Israel durante los pasados ciento treinta años revelan que la nieve en Jerusalén es un fenómeno más común de lo que podía esperarse [...] Entre 1949 y 1980 la ciudad de Jerusalén tuvo veinticuatro inviernos nevados”. Pues bien, ¿es esto solo de interés meteorológico y humano, o tiene significado especial para los estudiantes de la Biblia?

¿Qué significado tiene para los estudiantes de la Biblia?

Muchas personas, cuando piensan en el nacimiento de Jesús, visualizan la emotiva escena del pesebre que normalmente se presenta durante las Navidades. Allí está el niño Jesús, abrigado y atendido por su madre, con un tranquilizador paisaje nevado de fondo. Pero ¿encaja esta visión popular con la descripción bíblica de este acontecimiento histórico?

El escritor bíblico Lucas presenta un relato del nacimiento de Jesús cuidadosamente documentado: “También había en aquella misma zona pastores que vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños. Y de repente el ángel de Jehová estuvo de pie junto a ellos, y la gloria de Jehová centelleó en derredor de ellos, y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: ‘No teman, porque, ¡miren!, les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá, porque les ha nacido hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David [Belén]. Y esto les servirá de señal: hallarán un nene envuelto en bandas de tela y acostado en un pesebre’. Y de súbito se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, alabando a Dios y diciendo: ‘Gloria en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad’”. (Lucas 2:8-14.)

Si diéramos a leer este relato a cualquier israelí hoy y le preguntáramos en qué época del año podía haber sucedido lo que narra, probablemente contestaría: “En cualquier tiempo entre abril y octubre”. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. En Israel, la temporada fría y lluviosa corresponde a los meses de noviembre a marzo, y el 25 de diciembre ya es invierno. Los pastores no vivirían al aire libre, vigilando sus rebaños en los campos por la noche. En vista de los informes del principio de este artículo, usted puede entender bien por qué. Belén, donde Jesús nació, está a bastante altitud y a solo unos cuantos kilómetros de Jerusalén. Aun en los años en los que el clima no es tan extremo, en esa región hace bastante frío de noche durante el invierno. (Miqueas 5:2; Lucas 2:15.)

La historia también apoya el hecho de que Jesús no nació en diciembre, en tiempo de nieve. Aunque María, la madre de Jesús, se encontraba en estado avanzado de gravidez, tuvo que viajar de Nazaret, donde vivía, a Belén. Realizó ese viaje junto con su esposo para cumplir con el censo que decretó el gobernante romano César Augusto. (Lucas 2:1-7.) La población judía, resentida por la gobernación romana y los fuertes impuestos, estaba al borde de la rebelión. ¿Por qué iban los romanos a irritar innecesariamente a los judíos obligándolos a viajar para registrarse en el tiempo más difícil y traicionero del invierno? ¿No es mucho más razonable que se hubiera decretado para una estación en la que se pudiera viajar con facilidad, como la primavera o el otoño?

Cálculos basados en la Biblia

Las pruebas históricas y físicas descartan el mes de diciembre o cualquier otro mes invernal, pues no encajan con lo que dicen los relatos del nacimiento de Jesús. Además, la Biblia revela mediante la profecía el tiempo del año en que nació Jesús. ¿Dónde?

En el capítulo 9 del libro de Daniel encontramos una de las profecías mesiánicas más impresionantes. Habla tanto de su venida como de su cortamiento en la muerte, que proveyó un sacrificio de rescate para la expiación del pecado y colocó la base para que la humanidad obediente consiguiera “justicia para tiempos indefinidos”. (Daniel 9:24-27; compárese con Mateo 20:28.) Según esta profecía, todo ello se cumpliría en un período de setenta semanas de años, que empezaría en 455 a.E.C., cuando saliera la palabra de reedificar Jerusalén.a (Nehemías 2:1-11.) La división cronológica de la profecía permite deducir que el Mesías aparecería al principio de la septuagésima semana de años. Esto ocurrió cuando Jesús se presentó para el bautismo en 29 E.C. y empezó oficialmente su papel mesiánico. “A la mitad de la semana”, es decir, después de tres años y medio, el Mesías sería cortado en la muerte, poniendo fin de este modo al valor de todos los sacrificios del pacto de la Ley mosaica. (Hebreos 9:11-15; 10:1-10.)

Esta profecía revela que la duración del ministerio de Jesús fue de tres años y medio. Jesús murió en la Pascua, el 14 de Nisán (según el calendario judío), en la primavera de 33 E.C. La fecha equivalente para ese año en nuestro calendario sería el 1 de abril. (Mateo 26:2.) Si contamos hacia atrás tres años y medio, situamos el bautismo de Jesús a principios de octubre de 29 E.C. Lucas dice que Jesús tenía unos treinta años cuando se bautizó. (Lucas 3:21-23.) Esto significa que el nacimiento de Jesús también tuvo lugar a principios de octubre. En esa época del año, los pastores aún estarían ‘a campo raso guardando las vigilias de la noche sobre sus rebaños’, tal como dice el relato de Lucas. (Lucas 2:8.)

¿De qué fuente?

Como todo parece indicar que Jesús nació a principios de octubre, ¿por qué se celebra su nacimiento el 25 de diciembre? The New Encyclopædia Britannica dice que esta celebración se adoptó siglos después del nacimiento de Jesús: “Durante el siglo IV, la mayor parte de las iglesias orientales adoptaron gradualmente la celebración del nacimiento de Cristo el 25 de diciembre. Jerusalén se opuso por más tiempo a la Navidad, pero terminó aceptándola”.

¿Por qué aceptaron con tanta facilidad esta costumbre aquellos que se llamaban cristianos muchos siglos después de Cristo? The New Encyclopædia Britannica sigue diciendo al respecto: “Las costumbres tradicionales relacionadas con la Navidad proceden de varias fuentes como resultado de la coincidencia de la celebración del nacimiento de Cristo con las observancias agrícolas y solares paganas invernales. Las saturnales (17 de diciembre) constituían en el mundo romano un tiempo de juerga e intercambio de regalos. También se pensaba que el 25 de diciembre era la fecha del nacimiento del misterioso dios iranio Mitra, el Sol de Justicia”.

¿Fue todo esto realmente una “coincidencia”? De ningún modo. La historia indica que en el siglo IV, bajo el emperador Constantino, el Imperio romano pasó de perseguidor de los cristianos a patrocinador del “cristianismo” como religión aceptada. Cuando la población general, que desconocía el verdadero significado del cristianismo, adoptó la nueva fe, empezó a celebrar sus fiestas paganas familiares con nuevos títulos “cristianos”. ¿Qué fecha podía ser más apropiada para celebrar el nacimiento de Cristo que el 25 de diciembre, que ya era la fecha de nacimiento del “Sol de Justicia”?

¿Importa?

Está bastante claro que los primeros seguidores de Jesús, que tenían antecedentes judíos, no celebraban su cumpleaños. Según la Encyclopaedia Judaica, “la celebración de cumpleaños es desconocida en el ritual judío tradicional”. Los primeros cristianos ciertamente no adoptarían tal celebración. Más que celebrar su nacimiento, respetarían el mandato de Jesús de conmemorar su muerte, para la que tenían una fecha incuestionable: el 14 de Nisán. (Lucas 22:7, 15, 19, 20; 1 Corintios 11:23-26.)

Siglos antes de Cristo se dio la siguiente advertencia profética al pueblo judío, entonces la nación escogida de Dios, con relación al regreso de su próximo exilio en Babilonia: “Apártense, apártense, sálganse de allí, no toquen nada inmundo; sálganse de en medio de ella, manténganse limpios, ustedes los que llevan los utensilios de Jehová”. (Isaías 52:11.) Tenían que volver a su tierra para restablecer la adoración pura de Jehová. Sería impensable para ellos adoptar las costumbres paganas y las formas de adoración inmundas que habían visto en Babilonia.

No sorprende, pues, que se repita este mismo mandato a los cristianos en 2 Corintios 6:14-18. Los seguidores de Jesús se convirtieron en los representantes de la adoración pura, en lugar de la nación judía, que había rechazado a Cristo. Tenían la responsabilidad de ayudar a otros a salir de la oscuridad espiritual y entrar en la luz de la verdad. (1 Pedro 2:9, 10.) ¿Cómo podrían lograrlo si mezclaban las enseñanzas de Cristo con las costumbres y fiestas de origen pagano?

Por muy atractivo que pueda parecer al gusto popular, celebrar unas “navidades blancas” equivale a “tocar la cosa inmunda”. (2 Corintios 6:17.) El que verdaderamente ama a Dios y a Cristo debe evitarlo.

Además de tener su origen en celebraciones paganas, también hemos visto que la Navidad no representa la verdad, pues Jesús nació en octubre. Sí, no importa qué escena visualicemos al hablar de su nacimiento, Jesús sencillamente no nació en tiempo de nieve.

[Nota a pie de página]

a En el folleto ¿Habrá algún día un mundo sin guerra?, página 26 (publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.), se halla un estudio completo de esta profecía.

[Fotografía en las páginas 4, 5]

Jerusalén cubierta de nieve, vista desde el este

[Reconocimiento]

Garo Nalbandian

[Fotografía en la página 6]

Nieve en las murallas de Jerusalén

[Fotografía en la página 7]

Solo en la estación templada pueden estar los pastores con sus rebaños por la noche en las colinas rocosas, como se ve abajo

[Reconocimiento]

Garo Nalbandian

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