Los proclamadores del Reino informan
La constancia trae muchas recompensas
JESÚS predijo que sus seguidores serían perseguidos, y el apóstol Pablo lo corroboró en 2 Timoteo 3:12: “De hecho, todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos”. Pero la constancia al servir a Jehová Dios trae muchas recompensas.
◻ Este fue el caso en un pueblo de la costa nororiental de Malaysia. Un budista ferviente sermoneaba a sus hijos con dureza, pero no pudo impedir que sus tres hijas y sus tres hijos estudiaran la Biblia con los testigos de Jehová. Incluso su esposa se interesó en la verdad. Posteriormente, un vecino le dijo en son de burla: “¿Cómo es posible que no puedas controlar a tus hijos ni impedir que se hagan testigos de Jehová? Todos mis hijos están conmigo y siguen nuestra ancestral religión budista. Me das lástima”.
El padre volvió enseguida a casa diciendo que golpearía a la hermana que dirigía los estudios a sus hijos. Sin embargo, los hijos lo calmaron y siguieron estudiando la Biblia con los testigos de Jehová y también asistiendo a las reuniones con el apoyo de su madre.
No obstante, el padre por fin decidió reunir ante sí a toda la familia. “Escojan —les dijo— entre mí y quedarse en casa o hacerse cristianos y marcharse de casa.” El hijo mayor, un muchacho muy calmado, enseguida empezó a recoger sus cosas para marcharse. “¡No!” gritó el padre. “Ya que son todos unos hijos rebeldes, es mejor que yo muera”, y salió corriendo de casa perseguido por la familia, que le rogaba que no se matara. Impresionado por las súplicas, regresó a casa.
Pasó el tiempo. El padre empezó a advertir el buen efecto de la verdad bíblica en el comportamiento de sus hijos. Un día se encontró con el amigo que se burló de él, un tanto entristecido, quien le dijo: “Estoy muy desilusionado de mis hijos. Me están engañando y robando”. Pero el padre cuyos hijos estaban estudiando con los testigos de Jehová dijo: “Oh, mis hijos son diferentes. Son muy buenos conmigo e incluso me ayudaron a pagar el préstamo del automóvil cuando estuve desempleado”.
Hoy, las tres hijas y la madre están bautizadas. Un hijo es precursor especial. ¿Y aquel padre ferviente e iracundo? Ahora es simpatizante y ha asistido a la Conmemoración.
Jehová recompensó al hijo, a sus tres hermanas y a la madre por su constancia. Ahora son celosos proclamadores del Reino que regocijan el corazón de Jehová. (Proverbios 27:11.)