BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w94 15/3 págs. 3-7
  • La Cena del Señor: ¿cuántas veces debe observarse?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • La Cena del Señor: ¿cuántas veces debe observarse?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1994
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • La única celebración
  • En peligro la costumbre apostólica
  • Aumenta la controversia
  • Se institucionaliza la apostasía
  • ¿Cuál es la situación hoy?
  • ¿Por qué debemos observar la Cena del Señor?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2003
  • El 14 de Nisán... un día para recordar
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
  • ¿Les es importante a los cristianos la fecha de celebración de la pascua?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1974
  • “Tiene que servirles de memoria”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová (lenguaje sencillo) 2013
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1994
w94 15/3 págs. 3-7

La Cena del Señor: ¿cuántas veces debe observarse?

LA NAVIDAD, la Pascua Florida, el día de Todos los Santos. Las iglesias de la cristiandad celebran muchos días de fiesta. Pero ¿sabe usted cuántas fiestas mandó Jesucristo observar a sus seguidores? La respuesta: solo una. El Fundador del cristianismo no autorizó ninguna otra fiesta.

Es obvio que si Jesús instituyó solo una celebración, esta tiene que ser muy importante. Los cristianos deben observarla exactamente como ordenó Jesús. ¿Cuál es esta celebración singular?

La única celebración

Jesús dio comienzo a esta práctica el día en que murió. Había celebrado la fiesta judía de la Pascua con sus apóstoles. Luego les pasó parte del pan sin levadura utilizado en la Pascua y dijo: “Esto significa mi cuerpo que ha de ser dado a favor de ustedes”. A continuación les pasó una copa de vino y dijo: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes”. Añadió: “Sigan haciendo esto en memoria de mí”. (Lucas 22:19, 20; 1 Corintios 11:24-26.) A esta celebración se le llama la Cena del Señor, o la Conmemoración. Es la única ocasión que Jesús mandó guardar a sus discípulos.

Muchas iglesias sostienen que celebran esta fiesta junto con todas las demás, pero la mayoría la observa de una manera distinta a como mandó Jesús. Puede que la diferencia más notoria esté en la frecuencia con que lo hacen. Hay iglesias que la celebran mensualmente; otras, semanalmente, y hasta las hay que lo hacen a diario. ¿Es eso lo que Jesús deseaba cuando dijo a sus seguidores: “Sigan haciendo esto en memoria de mí”? La versión Cantera-Pabón dice: “Haced esto [...] en conmemoración mía”. (1 Corintios 11:24, 25.) ¿Cuántas veces se lleva a cabo una conmemoración o se celebra un aniversario? Por lo general, una vez al año.

Recuerde, además, que Jesús dio origen a esta celebración y murió el 14 de Nisán, según el calendario judío.a Ese era el día de la Pascua, una fiesta que recordaba a los judíos su extraordinaria liberación de Egipto en el siglo XVI a.E.C. En aquel entonces, el sacrificio del cordero resultó en la salvación de los primogénitos judíos, mientras que el ángel de Jehová dio muerte a todos los primogénitos de Egipto. (Éxodo 12:21, 24-27.)

¿De qué ayuda nos es saber estas cosas? Pues bien, el apóstol cristiano Pablo escribió: “Cristo nuestra pascua ha sido sacrificado”. (1 Corintios 5:7.) La muerte de Jesús fue un sacrificio pascual de mayor valor, pues dio a la raza humana la oportunidad de conseguir una salvación mucho más grandiosa. Por consiguiente, para los cristianos, la Conmemoración de la muerte de Cristo ha reemplazado a la Pascua judía. (Juan 3:16.)

Dado que la Pascua era una celebración anual, es lógico que la Conmemoración también lo sea. La Pascua —el día en que murió Jesús— siempre cae el 14 del mes judío de Nisán. Por lo tanto, la muerte de Cristo debe conmemorarse una vez al año el día del calendario que corresponda al 14 de Nisán. En 1994 ese día cae el sábado 26 de marzo después de la puesta del Sol. ¿A qué se debe, pues, que las iglesias de la cristiandad no hayan apartado ese día para una celebración especial? Un breve examen de los sucesos históricos contestará esta pregunta.

En peligro la costumbre apostólica

No hay duda de que durante el siglo I E.C., los que seguían la dirección de los apóstoles de Jesús celebraban la Cena del Señor tal y como él lo había ordenado. Sin embargo, durante el siglo II, algunos comenzaron a cambiar la fecha de esta conmemoración. La celebraban el primer día de la semana (que ahora se llama domingo), en vez de hacerlo en la fecha correspondiente al 14 de Nisán. ¿A qué se debió el cambio?

Para los judíos el día comenzaba a eso de las seis de la tarde y duraba hasta esa misma hora del día siguiente. Jesús murió el 14 de Nisán de 33 E.C., que transcurrió desde el atardecer del jueves hasta el atardecer del viernes. Fue resucitado al tercer día, temprano el domingo por la mañana. Algunos querían que su muerte se conmemorara cada año un día específico de la semana, en lugar del que correspondía al 14 de Nisán. Además, consideraban más importante el día de la resurrección de Jesús que el día de su muerte. Por eso escogieron el domingo.

Jesús mandó que se recordara su muerte, no su resurrección. Y puesto que la Pascua judía cae un día distinto cada año, según el calendario Gregoriano que usamos actualmente, es solo natural que sucediera lo mismo en el caso de la Conmemoración. Por eso, muchos se apegaron a lo que se había dispuesto en un principio y todos los años celebraban la Cena del Señor el 14 de Nisán. Con el tiempo se les llegó a llamar cuartodecimanos, que significa “decimocuartistas”.

Algunos eruditos reconocen que estos “decimocuartistas” seguían el modelo original de los apóstoles. Un historiador dijo: “Las iglesias cuartodecimanas de Asia seguían el modelo de la iglesia de Jerusalén en lo que respecta al día de observancia de la Pascua [la Cena del Señor]. En el siglo II, estas iglesias conmemoraban la redención lograda por la muerte de Cristo en su Pascua del 14 de Nisán”. (Studia Patristica, tomo V, 1962, página 8.)

Aumenta la controversia

Aunque en Asia Menor muchos siguieron la costumbre apostólica, en Roma se escogió el domingo para esta celebración. Alrededor del año 155 E.C., Policarpo de Esmirna, un representante de las congregaciones de Asia, viajó a Roma para analizar esta y otras discrepancias. Lamentablemente, no se llegó a ningún acuerdo.

Ireneo de Lyón escribió en una carta: “Ni Aniceto [de Roma] podía convencer a Policarpo de no observar el día —como que siempre lo había observado, con Juan, discípulo de nuestro Señor, y con los demás apóstoles con quienes convivió—, ni tampoco Policarpo convenció a Aniceto de observarlo, pues éste decía que debía mantener la costumbre de los presbíteros antecesores suyos”. (Historia Eclesiástica, Eusebio, V, 24.) Nótese que se dice que Policarpo basaba su posición en la autoridad de los apóstoles, mientras que Aniceto se dejaba guiar por la costumbre de los presbíteros de Roma que le habían antecedido.

Esta controversia se intensificó hacia finales del siglo II E.C. Alrededor del año 190 E.C. se eligió a cierto Víctor obispo de Roma. Él creía que la Cena del Señor debía observarse en domingo, y buscó el apoyo de tantos dirigentes eclesiásticos como le fue posible. Luego presionó a las congregaciones de Asia para que cambiaran la celebración a domingo.

Respondiendo en nombre de los cristianos de Asia Menor, Polícrates de Éfeso rehusó ceder a esa presión. Dijo: “Nosotros, pues, celebramos intacto este día, sin añadir ni quitar nada”. Entonces pasó a mencionar a muchas autoridades, entre ellas al apóstol Juan. “Todos éstos —aseguró él— celebraron como día de Pascua el de la luna decimocuarta, conforme al Evangelio, y no transgredían.” Polícrates añadió: “Por lo tanto, hermanos, yo [...] no me asusto de los que tratan de impresionarme, pues los que son mayores que yo han dicho: Hay que obedecer a Dios más que a los hombres”. (Historia Eclesiástica, V, 24.)

A Víctor le desagradó esa respuesta. Una obra histórica dice que “excomulgó a todas las iglesias de Asia, y envió cartas a todas las iglesias que concordaban con él a fin de que no tuvieran comunión con aquellas”. Sin embargo, “hombres sabios y juiciosos de su propio partido no concordaron con esta medida precipitada y temeraria, y algunos de ellos le enviaron cartas con críticas severas, aconsejándole [...] que preservara la caridad, la unión y la paz”. (Antiquities of the Christian Church, de Bingham, XX, 5.)

Se institucionaliza la apostasía

A pesar de esas protestas, los cristianos de Asia Menor quedaron cada vez más aislados en lo referente a la cuestión de cuándo celebrar la Cena del Señor. En otros lugares se fueron adoptando diferentes variaciones. Algunos celebraban la ocasión desde el 14 de Nisán hasta el siguiente domingo. Otros lo hacían con más frecuencia: todos los domingos.

En 314 E.C., en el Concilio de Arles (Francia) se pretendió hacer obligatoria la costumbre romana y suprimir cualquier otra alternativa. Los cuartodecimanos que quedaban no cedieron. El emperador pagano Constantino convocó en 325 E.C. un sínodo ecuménico, el Concilio de Nicea, a fin de resolver este y otros desacuerdos que dividían a los que afirmaban ser cristianos en su imperio. Este concilio emitió un decreto que ordenaba a todos los cristianos de Asia Menor someterse a la norma de Roma.

Es interesante analizar uno de los argumentos principales que se presentaron para dejar de observar la Conmemoración de la muerte de Cristo en la fecha del calendario judío. El libro A History of the Christian Councils (Historia de los concilios cristianos), de K. J. Hefele, dice: “Se consideró particularmente indigno que esta celebración, la fiesta más santa, siguiera la costumbre (el cálculo) de los judíos, cuyas manos estaban manchadas con el crimen más atroz y cuyas mentes estaban cegadas” (tomo 1, página 322). Hallarse en esa posición se veía como “‘una sujeción humillante’ a la sinagoga, lo cual molestaba a la Iglesia”, dice J. Juster, citado en Studia Patristica, tomo IV, 1961, página 412.

¡Era antisemitismo! Se catalogaba de judaizantes a los que celebraban la Conmemoración de la muerte de Jesús el mismo día en que murió. Se pasó por alto que Jesús mismo era judío y que él había sido quien había dado a ese día su significado al entregar su vida a favor de la humanidad. Desde entonces en adelante, se acusó de herejes y cismáticos a los cuartodecimanos, y se les persiguió. En 341 E.C., el Concilio de Antioquía decretó su excomunión. Pese a todo, para el año 400 E.C. aún quedaban bastantes, y mucho tiempo después siguió habiendo algunos.

Desde entonces, la cristiandad no ha vuelto al procedimiento establecido originalmente por Jesús. El profesor William Bright admitió: “Cuando se dedicó un día especial, el viernes santo, a conmemorar la Pasión, era muy tarde para limitar a [ese día] los hechos conectados con la pascua que San Pablo había relacionado con la muerte sacrificatoria: estos ya se habían aplicado a la fiesta de la resurrección misma, y se formó una confusión de ideas en el idioma ritual de la cristiandad griega y latina”. (The Age of the Fathers (La era de los padres), tomo 1, página 102.)

¿Cuál es la situación hoy?

Puede que usted se pregunte: ‘Después de tantos años, ¿importa realmente cuándo se observa la Conmemoración?’. Claro que sí. Fueron hombres con ideas propias y ambiciosos de poder los que hicieron los cambios. La gente siguió sus propias ideas en vez de obedecer a Jesucristo. Se cumplió palabra por palabra la advertencia del apóstol Pablo: “Yo sé que después de mi partida entrarán entre ustedes [los cristianos] lobos opresivos y no tratarán al rebaño con ternura, y de entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas aviesas para arrastrar a los discípulos tras de sí”. (Hechos 20:29, 30.)

Esta es una cuestión de obediencia. Jesús solo instituyó una celebración que los cristianos debían observar. La Biblia explica claramente cuándo y cómo debe efectuarse. ¿Quién, pues, tiene derecho a cambiar eso? Los cuartodecimanos del pasado prefirieron ser perseguidos y excomulgados a transigir a este respecto.

A usted quizás le interese saber que todavía quedan cristianos en la Tierra que respetan los deseos de Jesús y observan la Conmemoración de su muerte en la fecha que él fijó. Este año los testigos de Jehová se reunirán por todo el mundo en sus Salones del Reino después de las seis de la tarde del sábado 26 de marzo, cuando comienza el día 14 de Nisán. Harán entonces exactamente lo que Jesús indicó que debería hacerse en esta ocasión tan significativa. ¿Por qué no reunirse con ellos para observar la Cena del Señor? Su presencia probará que usted también respeta los deseos de Jesucristo.

[Nota a pie de página]

a Nisán, el primer mes del año judío, comenzaba con la primera aparición de la luna nueva. Por eso, el 14 de Nisán siempre caía el día de luna llena.

[Recuadro en la página 6]

“ESE RESCATE DE INESTIMABLE VALOR”

El sacrificio redentor de Jesucristo es mucho más que una doctrina. Jesús dijo de sí mismo: “El Hijo del hombre no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por muchos”. (Marcos 10:45.) También explicó: “Porque tanto amó Dios al mundo [de la humanidad] que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16.) El rescate hace posible que haya una resurrección de los muertos con la perspectiva de vivir para siempre. (Juan 5:28, 29.)

Lo que se conmemora en la Cena del Señor es la muerte de Jesús, la cual es de suma importancia. ¡Son tantas las cosas que su sacrificio hace posible! Una señora, educada por padres piadosos y que ha andado en el camino de la verdad por décadas, expresó su gratitud con estas palabras:

“Esperamos con anhelo la llegada de la Conmemoración. Cada año que pasa se hace más especial. Recuerdo que empecé a sentir un aprecio sincero por el rescate hace veinte años, cuando me encontraba de pie en la funeraria observando a mi querido padre difunto. Hasta entonces había considerado el rescate sencillamente como una enseñanza. Conocía todos los textos relacionados con el tema y podía explicarlos. Pero solo cuando sentí la deprimente realidad de la muerte, mi corazón saltó de gozo por lo que ese rescate de inestimable valor logrará para nosotros.”

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir