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  • La Biblia, un libro que se escribió para que se entendiera
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1994
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1994
w94 1/10 págs. 4-8

La Biblia, un libro que se escribió para que se entendiera

ALGUNAS personas creen que la Biblia es la Palabra de Dios clara, que debe seguirse literalmente. Para otras, “el mensaje de la Biblia es mucho más ambiguo”. Así se expresó el comité de fe y teología de doce miembros de la mayor confesión protestante de Canadá. El pastor Clifford Elliott, de la Iglesia Unida, piensa que para algunos “la Biblia es abstracta, impersonal e irrelevante”.

Estas opiniones plantean preguntas pertinentes que merecen una respuesta. Algunas preguntas importantes son: ¿Por qué se escribió la Biblia? ¿Es demasiado enigmática y complicada para entenderse? ¿Puede entenderla la persona de término medio? ¿Qué ayuda se necesita para comprender el significado de las Escrituras? Y ¿por qué es esencial un conocimiento de la Biblia en estos tiempos turbulentos?

Por qué se escribió la Biblia

El estudio de la Palabra de Dios siempre ha sido un requisito previo para conseguir el favor y la aprobación del Dios Altísimo, Jehová. Se mandó a reyes, sacerdotes, padres, hombres, mujeres y niños —tanto ricos como pobres— que apartaran tiempo de los quehaceres cotidianos para estudiar con seriedad y oración la Palabra escrita de Dios. (Deuteronomio 6:6, 7; 17:18-20; 31:9-12; Nehemías 8:8; Salmo 1:1, 2; 119:7-11, 72, 98-100, 104, 142; Proverbios 3:13-18.)

Por ejemplo, a Josué se le dijo: “Leerás continuamente el libro de esta Ley y lo meditarás para actuar en todo según lo que dice. Así se cumplirán tus planes y tendrás éxito en todo”. (Josué 1:8; La Nueva Biblia Latinoamérica, 1989.) El estudio cuidadoso y la aplicación de la Ley de Dios resultarían en éxito y felicidad. Jehová quería que “hombres de toda clase” no solo entendieran su Palabra, la Biblia, sino que también la obedecieran, con la perspectiva de recibir el don de la vida. (1 Timoteo 2:3, 4; Juan 17:3.)

¿Demasiado complicada para entenderse?

Antes de ascender al cielo, Jesús explicó con claridad que quería que se llevara a cabo un gran programa de educación bíblica por toda la Tierra. (Hechos 1:8.) Sabía que la Biblia se había escrito para que se entendiera. Después de explicar que Jehová le había conferido toda la autoridad en el cielo y en la Tierra, dio el siguiente mandato directo: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos [o, aprendices] de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado”. (Mateo 28:19, 20.)

Antes del bautismo tenía que enseñarse a los nuevos discípulos acerca de Jehová, su Hijo y la acción del espíritu santo. Además, había que instruirlos en la ley del sistema de cosas cristiano. (1 Corintios 9:21; Gálatas 6:2.) Para ello, las personas merecedoras debían creer, primero, que la Biblia proviene de Jehová y, segundo, que se había escrito para que se entendiera. (Mateo 10:11-13.)

¿Qué se requiere de su parte para entender la Biblia? El Hijo de Dios se esforzó especialmente por explicar las Escrituras. Sabía que los Santos Escritos son verdaderos y que contienen la voluntad expresa de Jehová. (Juan 17:17.) Con respecto a su asignación de trabajo, Jesucristo dijo: “Mi misión consiste en dar testimonio de la verdad. Precisamente para eso nací y para eso vine al mundo. Todo el que pertenece a la verdad escucha mi voz”. (Juan 18:37, La Casa de la Biblia, 1992; Lucas 4:43.) Jesús no se retrajo de enseñar a los que tenían una mente y un corazón receptivos. Lucas 24:45 nos dice: “Entonces [Cristo Jesús] les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras”.

Durante su ministerio Jesús citó continuamente de la Palabra escrita, explicando y citando textos que se hallan “en la ley de Moisés y en los Profetas y en los Salmos”. (Lucas 24:27, 44.) Los que oyeron sus explicaciones de las Escrituras quedaron impresionados por su claro entendimiento y su buena docencia. (Mateo 7:28, 29; Marcos 1:22; Lucas 4:32; 24:32.) Para él, las Escrituras eran un libro abierto.

La Biblia y los seguidores de Jesús

El apóstol Pablo, imitador de Jesucristo, vio la necesidad de enseñar a otros lo que dicen las Escrituras. Él también sabía que se habían escrito para ser entendidas. Por esta razón enseñó públicamente y explicó las Escrituras en los hogares de aquellos que querían entenderlas. Pablo dijo a este respecto: “No dejé de anunciarles a ustedes nada de lo que era para su bien, enseñándoles públicamente y en sus casas”. (Hechos 20:20, Versión Popular.) En sus conversaciones razonó a partir de las Escrituras, explicando y probando sus argumentos con referencias. (Hechos 17:2, 3.) Estaba interesado en ayudar a otros a entender su significado.

¿Tiene usted el deseo de entender lo que Jesús y sus discípulos enseñaron? (1 Pedro 2:2.) Los habitantes de la antigua Berea tenían ese deseo, y estaban dispuestos a creer lo que el apóstol Pablo les enseñaba acerca del Cristo. De modo que vieron la necesidad de estudiar las Escrituras diariamente y asegurarse de que las buenas nuevas que habían oído eran en realidad la verdad. Como tenían una mente receptiva, “muchos de ellos se hicieron creyentes”. (Hechos 17:11, 12.)

Para entender la Biblia, debe tenerse la condición de corazón apropiada, un deseo sincero de aprender y ‘conciencia de la propia necesidad espiritual’. (Mateo 5:3.) Cuando se le preguntó a Jesús: “¿Por qué les hablas usando ilustraciones?”, contestó: “A ustedes se concede entender los secretos sagrados del reino de los cielos, mas a aquellos no se les concede”. Se había predicho que ‘abriría la boca con ilustraciones y publicaría cosas escondidas’. (Mateo 13:10, 11, 35.) De modo que Jesús habló mediante ilustraciones a fin de separar al oyente indiferente y curioso del investigador sincero. Los discípulos de Jesús mostraron su sinceridad en una ocasión cuando entraron con él en una casa y le pidieron: “Explícanos la ilustración de la mala hierba en el campo”. (Mateo 13:36.)

Es obvio que necesitamos ayuda para entender la Biblia. El pastor Hal Llewellyn, secretario de teología, fe y ecumenismo de la Iglesia Unida, dijo: “Es muy importante aclarar lo que la Biblia significa para nosotros y cómo leerla e interpretarla”. Pero aunque no todo el mundo lo reconozca, el hecho es que no podemos entender la Biblia por nosotros mismos. Necesitamos ayuda.

¿De qué ayuda disponemos?

En la Biblia hay algunos dichos enigmáticos, preguntas complicadas y declaraciones profundas que requieren esclarecimiento. A veces se oscurecieron intencionadamente con símiles significativos para que no se entendieran en el tiempo en que se escribieron. Pero tenían que ver con los propósitos de Jehová. Por ejemplo, Revelación (Apocalipsis) 13:18 dice que “el número de la bestia salvaje” es “seiscientos sesenta y seis”. Aunque el versículo dice que “aquí es donde entra la sabiduría”, no explica el significado de ese número. No obstante, Jehová ha permitido que sus siervos leales entiendan hoy su significado gracias a su organización. (Véase el recuadro “Conducto para entender la Biblia”.) Usted también puede obtener esta comprensión con la ayuda de quienes tienen experiencia en ‘manejar la palabra de la verdad correctamente’. (2 Timoteo 2:2, 15, 23-25; 4:2-5; Proverbios 2:1-5.)

A veces Jesús utilizó ilustraciones para que se hiciera manifiesta la aceptación o el rechazo del mensaje del Reino. Indicó que habría quienes no progresarían porque les desanimaría la oposición de amigos y parientes. Otros permitirían que la “tribulación o persecución” les hiciera perder su aprecio por el mensaje del Reino. Y otros dejarían que los quehaceres cotidianos de la vida, “la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas”, ahogaran el amor que pudieran tener a las buenas nuevas. Por otra parte, están aquellos que las aceptan con gusto, están dispuestos a oír la valiosa palabra y captan su sentido. Se hallan “suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se están haciendo” en la cristiandad, supuestamente en el nombre de Jesucristo. Estas personas tienen el vivo deseo de ser instruidas en el camino de Jehová y así entender lo que leen en la Biblia. (Mateo 13:3-9, 18-23; Ezequiel 9:4; Isaías 2:2-4.)

Jehová puede proveer la ayuda necesaria a aquellos que desean comprender sus propósitos a nivel individual. Para ilustrarlo, la Biblia informa que el espíritu de Jehová dirigió al evangelista Felipe a ayudar a un etíope que estaba leyendo el libro bíblico de Isaías en su viaje de regreso de Jerusalén. Lo leía en su carro camino de su hogar. Obedeciendo la dirección del espíritu de Jehová, Felipe corrió al lado del carro y preguntó: ‘¿Entiendes lo que estás leyendo?’. El hombre reconoció con humildad y honradez que necesitaba ayuda. Felipe enseñó con gusto a esta persona educable que tenía hambre espiritual. La enseñanza que recibió lo ayudó a entender las Escrituras. Aprendió lo que tenía que hacer para disfrutar de una relación favorecida con Jehová a fin de obtener la vida eterna. Se bautizó y fue un feliz siervo de Jehová que llevó una vida agradable a Dios. (Hechos 8:26-39.)

Es posible que usted tenga la Biblia en casa y que la haya leído muchas veces. Es probable que haya experimentado el mismo problema que aquel humilde y sincero etíope. No entendía lo que leía. Necesitaba ayuda y no dudó en aceptar la que Jehová Dios se complació en ofrecerle. Al igual que Felipe, los testigos de Jehová tendrán el gusto de ayudarle a entender lo que la Palabra escrita de Dios, la Biblia, dice acerca de él. Saben que Jehová suministró la Biblia y que lo hizo para que se entendiera. (1 Corintios 2:10; Efesios 3:18; 2 Pedro 3:16.)

¿Por qué es esencial la Biblia?

Vivimos en los tiempos más urgentes de la historia humana. La Biblia los llama “la conclusión del sistema de cosas”. (Mateo 24:3.) Los muchos sucesos que están aconteciendo en cumplimiento de la profecía bíblica desde 1914 muestran que muy pronto el Reino celestial de Dios ‘triturará y pondrá fin a todos los otros gobiernos’. (Daniel 2:44.)

Lea lo que la Biblia predice en el capítulo 24 de Mateo, el capítulo 13 de Marcos y el capítulo 21 de Lucas. Se dará cuenta de que los acontecimientos predichos afectan a todo el mundo. Entre ellos se cuentan guerras mundiales, distintas de todos los demás conflictos bélicos. Desde la I Guerra Mundial hemos sido testigos de las escaseces de alimentos, los terremotos y un tiempo de desafuero sin precedentes predichos en la Biblia. Y ahora parece que las naciones están a punto de hacer una proclamación que será señal inequívoca de que la destrucción mundial es inminente. El apóstol Pablo escribió a este respecto: “El día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. Cuando los hombres estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, [...] y no escaparán de ninguna manera”. (1 Tesalonicenses 5:2, 3.) ¿Quiénes no escaparán? Pablo explica: “Los que no conocen a Dios y [...] los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús”. (2 Tesalonicenses 1:7-9.) Parte de la señal compuesta la cumplirían los que obedecieran el mandato dado en Mateo 24:14 de predicar las “buenas nuevas del reino [...] en toda la tierra habitada”.

Millones de testigos de Jehová están cumpliendo este mandato en 231 países e islas del mar. Visitan a las personas en sus casas y las invitan personalmente a aprender acerca del gobierno del Reino de Jehová. Indican amablemente el proceder que cada uno debe seguir para contarse entre los sobrevivientes de este sistema de cosas y vivir en una Tierra paradisíaca, donde no habrá más lamento ni clamor ni dolor ni muerte. (Revelación 21:3, 4.)

El tiempo se le está terminando con rapidez a este mundo inicuo, y es imperativo que todos aquellos que quieran sobrevivir al fin de este mundo aprendan lo que implica ‘obedecer las buenas nuevas’ para escapar de la destrucción. La próxima vez que los testigos de Jehová llamen a su casa, ¿por qué no acepta la invitación de tener un estudio de la Biblia semanal? Mejor aún, ¿por qué no pedirles que estudien la Biblia con usted porque quiere entenderla?

[Recuadro en la página 8]

CONDUCTO PARA ENTENDER LA BIBLIA

JESÚS nos aseguró que después de su muerte y resurrección levantaría a un “esclavo fiel y discreto”, que sería su conducto de comunicación. (Mateo 24:45-47.) El apóstol Pablo identificó este conducto a los cristianos efesios cuando les escribió que se daría a “conocer mediante la congregación la grandemente diversificada sabiduría de Dios, según el propósito eterno que él formó con relación al Cristo, Jesús nuestro Señor”. (Efesios 3:10, 11.) Las “cosas reveladas” se confiaron a la congregación de cristianos ungidos, nacida en el Pentecostés de 33 E.C. (Deuteronomio 29:29.) Los cristianos ungidos, como grupo, sirven de esclavo fiel y discreto. (Lucas 12:42-44.) La asignación que Dios les ha encomendado es proveer entendimiento espiritual de las “cosas reveladas”.

Tal como las profecías bíblicas señalaron al Mesías, también nos dirigen al cuerpo unido de Testigos cristianos ungidos que ahora sirven de esclavo fiel y discreto.a Este nos ayuda a entender la Palabra de Dios. Todos los que quieren entender la Biblia deben reconocer que la “grandemente diversificada sabiduría de Dios” solo puede conocerse mediante el conducto de comunicación de Jehová, el esclavo fiel y discreto. (Juan 6:68.)

[Nota a pie de página]

a Véase La Atalaya del 15 de julio de 1981, páginas 24-30.

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