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  • Seguridad verdadera, ahora y para siempre
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
w96 15/5 págs. 4-7

Seguridad verdadera, ahora y para siempre

NO CABE duda de que Jehová Dios puede dar seguridad a su pueblo. Él es “el Todopoderoso”. (Salmo 68:14.) Su incomparable nombre significa “Él Hace que Llegue a Ser”, lo cual lo identifica como el único Ser del universo capaz de vencer cualquier obstáculo a fin de cumplir sus promesas y llevar a cabo su voluntad. Dios mismo dice: “Así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado”. (Isaías 55:11.)

Dios da seguridad a los que confían en él. Su Palabra así lo garantiza. “El nombre de Jehová es una torre fuerte —dijo por inspiración divina el sabio rey Salomón—. A ella corre el justo, y se le da protección.” También dijo: “El que confía en Jehová será protegido”. (Proverbios 18:10; 29:25.)

Seguridad para los siervos de Dios

Jehová siempre ha brindado seguridad a los que confían en él. El profeta Jeremías, por ejemplo, recibió protección divina. Cuando los ejércitos babilonios sitiaron la apóstata Jerusalén, el pueblo tuvo que “comer pan por peso y con solicitud ansiosa”. (Ezequiel 4:16.) La situación se agravó de tal modo que algunas mujeres cocieron y se comieron a sus propios hijos. (Lamentaciones 2:20; 4:10.) Aunque Jeremías estaba bajo custodia en ese tiempo debido a su denodada predicación, Jehová se encargó de que “diariamente se le [diera] un pan redondo de la calle de los panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se agotó”. (Jeremías 37:21.)

Cuando Jerusalén cayó ante los babilonios, Jeremías no murió ni fue llevado cautivo a Babilonia. Antes bien, “el jefe [babilonio] de la guardia de corps [...] le dio una porción designada de alimento y un presente y dejó que se fuera”. (Jeremías 40:5.)

Siglos después, Jesucristo aseguró a los siervos de Dios: “Nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’, o ‘¿qué hemos de beber?’, o ‘¿qué hemos de ponernos?’. Porque todas estas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. ‘Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios, y todas estas otras cosas les serán añadidas’”. (Mateo 6:31-33.)

¿Significa esto que Jehová protegerá a sus siervos de todas las calamidades de la actualidad? No. Los siervos fieles no son inmunes al daño. Los cristianos verdaderos enferman, sufren persecución, son víctimas del delito, mueren en accidentes y sufren de otras maneras.

Aunque Jehová todavía no brinda a sus siervos protección total contra el daño, los informes muestran que sí utiliza su poder para cuidarlos y protegerlos. Los cristianos también están protegidos de muchos problemas porque rigen su vida por los principios bíblicos. (Proverbios 22:3.) Además, disfrutan de la seguridad de una organización mundial de amorosos hermanos y hermanas espirituales que se ayudan mutuamente en tiempos de necesidad. (Juan 13:34, 35; Romanos 8:28.) Por ejemplo, en respuesta a la situación desesperada de sus hermanos de Ruanda, país destrozado por la guerra, los testigos de Jehová de Europa donaron y enviaron inmediatamente 65 toneladas de ropa, además de medicinas, alimento y otras provisiones por un valor de 1.600.000 dólares. (Compárese con Hechos 11:28, 29.)

Aunque Jehová permite que los cristianos verdaderos pasen por pruebas, tienen la garantía de que él les dará la fuerza, la ayuda y la sabiduría necesarias para aguantar. El apóstol Pablo escribió a sus compañeros de creencia: “Ninguna tentación [prueba] los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados [probados] más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación [prueba] también dispondrá la salida para que puedan aguantarla”. (1 Corintios 10:13; Biblia del Peregrino.)

Qué hace Dios a favor de su pueblo

Hoy día, millones de personas están contentas de hacer la voluntad divina. No se las obliga a servir a Dios, sino que lo hacen porque lo conocen y lo aman. Y como Jehová ama a sus siervos leales, se propone transformar la Tierra en un paraíso donde la humanidad obediente goce de paz, salud y seguridad eternas. (Lucas 23:43.)

Dios hará esto mediante un gobierno celestial y el Rey a quien él ha nombrado, Jesucristo, será el Gobernante. (Daniel 7:13, 14.) La Biblia se refiere a este gobierno como “el reino de Dios” y “el reino de los cielos”. (1 Corintios 15:50; Mateo 13:44.) El Reino de Dios reemplazará a todos los gobiernos humanos. En vez de tener muchos gobiernos terrestres, habrá uno solo, que gobernará en justicia sobre toda la Tierra. (Salmo 72:7, 8; Daniel 2:44.)

Jehová invita a todas las personas a vivir bajo el Reino. Una manera como lo hace es mediante la amplia distribución de la Biblia, el libro que explica lo que el Reino hará a favor de la humanidad. La Biblia es el libro más difundido del mundo, y ahora está disponible, completa o en parte, en más de dos mil idiomas.

Jehová Dios ayuda amorosamente a la gente a entender lo que la Biblia enseña acerca del Reino. Lo hace al preparar y enviar a las personas a explicar las Escrituras al prójimo. Actualmente, más de cinco millones de testigos de Jehová proclaman las buenas nuevas del Reino de Dios en más de doscientos treinta países.

¿Habrá seguridad verdadera para todos?

¿Aceptarán todos los oyentes la invitación de hacerse súbditos del Reino de Dios conformándose a sus normas justas? No, pues muchos no tienen ningún interés en hacer la voluntad divina. Rechazan la ayuda que se les brinda para que mejoren su vida. En realidad, demuestran ser como aquellos de quienes Jesús dijo: “El corazón de este pueblo se ha hecho indispuesto a recibir, y con los oídos han oído sin responder, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni capten el sentido de ello con el corazón, y se vuelvan, y [Dios] los sane”. (Mateo 13:15.)

¿Cómo es posible que algún día haya seguridad verdadera en la Tierra si vivimos entre personas que no quieren conformarse a los caminos justos de Dios? Es imposible. La gente impía es una amenaza para la seguridad de los que desean servir a Jehová.

Dios no obliga a nadie a cambiar, pero tampoco tolerará la maldad para siempre. Aunque Jehová continúa enviando pacientemente a sus Testigos a enseñar a la gente acerca de sus caminos y propósitos, no seguirá haciéndolo mucho más tiempo. Jesucristo predijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:14.)

¿Qué significará “el fin” para los que rechazan las normas de Dios? Significará que serán condenados y destruidos. La Biblia dice que se traerá “venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna”. (2 Tesalonicenses 1:6-9.)

Por fin, ¡seguridad verdadera!

Después de la destrucción de los que rechazan los caminos de paz de Jehová, el Reino divino introducirá una era gloriosa de seguridad para el beneficio de los justos que vivan en la Tierra. (Salmo 37:10, 11.) ¡Qué diferente será ese nuevo mundo del actual! (2 Pedro 3:13.)

Ya no habrá hambre. Todos tendrán comida en abundancia. La Biblia dice que ‘todos los pueblos disfrutarán de un banquete de platos con mucho aceite’. (Isaías 25:6.) No habrá escasez de alimento, pues “llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia”. (Salmo 72:16.)

La gente ya no vivirá en chozas ni en barrios míseros. Bajo el Reino de Dios, todos tendrán hogares adecuados y comerán alimento producido en su propio suelo. La Biblia promete: “Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto”. (Isaías 65:21.)

En vez del desempleo general, habrá trabajo productivo y la gente verá el buen fruto de este. La Palabra de Dios dice: “La obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No se afanarán para nada”. (Isaías 65:22, 23.)

La gente no sufrirá ni morirá debido a enfermedades bajo la gobernación del Reino. La Palabra de Dios nos asegura: “Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”. (Isaías 33:24.)

En el Paraíso terrestre, que pronto será una realidad, habrán desaparecido el sufrimiento, el dolor, la aflicción y la muerte. ¡Sí, incluso la muerte! La gente vivirá para siempre en el Paraíso. La Biblia nos dice que Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. (Revelación [Apocalipsis] 21:4.)

Bajo la gobernación de Jesucristo, el “Príncipe de Paz”, la vida en la Tierra por fin será verdaderamente segura. Sí, habrá seguridad mundial bajo el dominio justo y amoroso del único gobierno que existirá: el Reino de Dios. (Isaías 9:6, 7; Revelación 7:9, 17.)

[Comentario de la página 4]

“La seguridad humana depende de la fe en el mañana, [...] [fe en la] estabilidad de la situación política y económica.”—Mujer de Asia.

[Comentario de la página 5]

“Lo que más hace que uno se sienta inseguro es la violencia y la delincuencia.”—Hombre de Sudamérica.

[Comentario de la página 6]

“No me sentí segura durante la invasión [...]. Si un país está en guerra, ¿cómo puede la gente sentirse segura?”—Alumna de escuela primaria del Oriente Medio.

[Comentario de la página 7]

“Me sentiré segura cuando sepa que puedo caminar por la calle de noche sin ser violada.”—Alumna de África.

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