BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w97 1/6 págs. 24-27
  • La debilidad humana exalta el poder de Jehová

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • La debilidad humana exalta el poder de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1997
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Hagamos frente a las pruebas
  • Hagamos frente a las imperfecciones
  • El poder para predicar
  • Cómo sobrellevar “una espina en la carne”
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2002
  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
  • ¿Tiene “una espina en la carne”?
    Nuestro Ministerio del Reino 1998
  • Pablo tenía “una espina en la carne”
    Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos 2019
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1997
w97 1/6 págs. 24-27

La debilidad humana exalta el poder de Jehová

“Todos creían que yo era una ministra de tiempo completo feliz y llena de vida. Siempre era la que ayudaba a los demás con sus problemas. Sin embargo, al mismo tiempo sentía por dentro como si me estuviera muriendo. Los pensamientos perturbadores y la angustia mental me estaban afectando. Empecé a sentirme alejada de la gente. Solo quería estar acostada en casa. Durante meses, supliqué a Jehová que me dejara morir.”—Vanessa.

COMO en el caso supracitado, es de esperarse que los siervos de Jehová sientan a veces los efectos de vivir en estos “tiempos críticos, difíciles de manejar”. (2 Timoteo 3:1.) Algunos tal vez hasta se desanimen. (Filipenses 2:25-27.) El desaliento prolongado puede privarnos de la fuerza necesaria, pues la Biblia dice: “¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso”. (Proverbios 24:10.) En efecto, cuando estamos desanimados necesitamos poder, posiblemente incluso lo que el apóstol Pablo llamó el “poder que es más allá de lo normal”. (2 Corintios 4:7.)

Jehová Dios es la fuente de poder ilimitado. Ese poder se hace evidente cuando examinamos Su creación. (Romanos 1:20.) Por ejemplo, analicemos el Sol. La Tierra recibe un flujo constante de 240 billones de caballos de fuerza procedentes del Sol. Aun así, esta cifra representa solo la mitad de una milmillonésima parte de la energía que produce el Sol. Y el Sol es pequeño cuando se compara con las estrellas que se conocen como supergigantes. Entre ellas está Rigel, una estrella de la constelación de Orión, que tiene 50 veces el tamaño de nuestro Sol y que emite 150.000 veces su energía.

El Creador de dichas centrales energéticas celestes tiene que poseer una “abundancia de energía dinámica”. (Isaías 40:26; Salmo 8:3, 4.) De hecho, el profeta Isaías dijo que Jehová “no se cansa ni se fatiga”. Y Dios está dispuesto a impartir su poder a aquellos que sienten agotamiento debido a la debilidad humana. (Isaías 40:28, 29.) El caso del apóstol cristiano Pablo ilustra cómo lo hace.

Hagamos frente a las pruebas

Pablo habló a los corintios de un obstáculo que tuvo que superar. Lo llamó “una espina en la carne”. (2 Corintios 12:7.) Puede que haya sido un problema de salud, quizás un defecto de la vista. (Gálatas 4:15; 6:11.) O tal vez se refería a los falsos apóstoles y otros perturbadores que desafiaron su apostolado y su obra. (2 Corintios 11:5, 6, 12-15; Gálatas 1:6-9; 5:12.) Sea lo que fuere, esta “espina en la carne” angustió profundamente a Pablo, quien pidió en oración repetidas veces que se le quitara. (2 Corintios 12:8.)

Sin embargo, Jehová no concedió a Pablo su solicitud. Más bien, le dijo: “Mi bondad inmerecida es suficiente para ti”. (2 Corintios 12:9.) ¿Qué quiso decir? Pues bien, en vista del derrotero anterior de Pablo como perseguidor de los cristianos, de no haber sido por bondad inmerecida, no le hubiera sido posible de ningún modo tener una relación con Dios, y mucho menos ser uno de los apóstoles.a (Compárese con Zacarías 2:8; Revelación [Apocalipsis] 16:5, 6.) Jehová bien pudo dar a entender a Pablo que el privilegio de ser un discípulo era “suficiente”. No vendría acompañado de una eliminación milagrosa de los problemas personales de la vida. De hecho, los privilegios adicionales hasta podrían conllevar ciertas dificultades. (2 Corintios 11:24-27; 2 Timoteo 3:12.) En cualquier caso, Pablo sencillamente tendría que aguantar la “espina en la carne”.

Aun así, Jehová de ningún modo había desamparado a Pablo. Más bien, le dijo: “Mi poder está perfeccionándose en la debilidad”. (2 Corintios 12:9.) Sí, Jehová amorosamente daría a Pablo las fuerzas para hacer frente a la situación. Así pues, la “espina en la carne” de Pablo le sirvió de lección práctica. Le enseñó a confiar en la fuerza de Jehová más bien que en la suya propia. Por lo visto, Pablo aprendió bien esta lección, ya que años después escribió a los filipenses: “He aprendido, en cualesquiera circunstancias que esté, a ser autosuficiente. Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder”. (Filipenses 4:11, 13.)

¿Qué se puede decir de usted? ¿Se enfrenta a algún tipo de “espina en la carne”, quizás una enfermedad o circunstancia en la vida que le preocupa mucho? Si así es, ¡cobre ánimo! Aunque Jehová no elimine milagrosamente el obstáculo, puede darle la sabiduría y la fortaleza necesarias para hacerle frente, a la vez que usted sigue poniendo en primer lugar en la vida los intereses del Reino. (Mateo 6:33.)

Si la enfermedad o la edad avanzada le impiden lograr tanto como quisiera en la actividad cristiana, no pierda las esperanzas. No considere su prueba como un factor que limita su servicio a Jehová, sino como una oportunidad de aumentar su confianza en él. Además, recuerde que la valía del cristiano no lo determina su grado de participación en la obra, sino su fe y la profundidad de su amor. (Compárese con Marcos 12:41-44.) Amar a Jehová con toda el alma implica servirle según su propia capacidad; no según la de los demás. (Mateo 22:37; Gálatas 6:4, 5.)

Si su “espina en la carne” consiste en alguna circunstancia angustiosa en la vida, como la muerte de un ser querido, siga el consejo de la Biblia: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo”. (Salmo 55:22.) Una cristiana llamada Silvia hizo eso. En un período de tan solo unos cuantos años, falleció su esposo, después de cincuenta años de casados, además de nueve miembros de su familia, incluidos dos nietos jóvenes. “Si no fuera por Jehová —dice Silvia— estaría sumida en la tristeza. Pero hallo gran consuelo en la oración. Converso casi constantemente con Jehová. Sé que él me da las fuerzas para seguir adelante.”

¡Qué animador es saber que “el Dios de todo consuelo” puede dar a los que se lamentan poder para aguantar! (2 Corintios 1:3; 1 Tesalonicenses 4:13.) Si reconocemos ese hecho, podemos entender la conclusión a la que llegó Pablo. Escribió: “Me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso”. (2 Corintios 12:10.)

Hagamos frente a las imperfecciones

Todos hemos heredado la imperfección de nuestros primeros padres humanos. (Romanos 5:12.) Como consecuencia, tenemos que luchar contra los deseos de la carne caída. Puede ser muy desalentador percatarnos de que tenemos rasgos de “la vieja personalidad” arraigados con más fuerza de la que nos imaginábamos. (Efesios 4:22-24.) En esas ocasiones, quizás nos sintamos como el apóstol Pablo, quien escribió: “Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros”. (Romanos 7:22, 23.)

En tal caso, podemos beneficiarnos de la fuerza que Jehová da. Si usted lucha contra alguna debilidad personal, nunca deje de acudir a él en oración, ni de buscar encarecidamente su perdón, sin importar las veces que tenga que abordarlo sobre el mismo problema. Jehová, quien “está avaluando los corazones” y puede ver la profundidad de su sinceridad, le dará una conciencia limpia en virtud de su bondad inmerecida. (Proverbios 21:2.) Mediante su espíritu santo, Jehová puede darle las fuerzas para reanudar la lucha contra las debilidades carnales. (Lucas 11:13.)

También necesitamos fortaleza procedente de Jehová cuando lidiamos con las imperfecciones ajenas. Por ejemplo, quizás un compañero cristiano nos hable “irreflexivamente como con las estocadas de una espada”. (Proverbios 12:18.) Sus palabras pudieran herirnos profundamente, especialmente si provienen de alguien que pensamos que sabe lo que se dice. Tal vez nos sintamos muy molestos. Algunas personas han empleado tales ofensas como justificación para dejar a Jehová, cometiendo así el mayor error de todos.

Sin embargo, una actitud equilibrada nos ayudará a tener un punto de vista apropiado respecto a las debilidades ajenas. No podemos esperar perfección de seres humanos imperfectos. El sabio rey Salomón nos recuerda que “no hay hombre que no peque”. (1 Reyes 8:46.) Arthur, cristiano ungido que sirvió a Jehová durante siete décadas, comentó: “Las debilidades de nuestros compañeros de creencia nos dan la oportunidad de demostrar integridad, pues someten a prueba nuestro temple cristiano. Si permitimos que las palabras o acciones de los demás estorben nuestro servicio a Jehová, estamos sirviendo a los seres humanos. Además, nuestros hermanos también deben amar a Jehová. Si nos fijamos en sus cualidades positivas, pronto nos daremos cuenta de que no son tan malas personas”.

El poder para predicar

Antes de ascender al cielo, Jesús dijo a sus discípulos: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra”. (Hechos 1:8.)

Tal como dijo Jesús, los testigos de Jehová están llevando a cabo esta obra en 233 países alrededor del mundo. Entre todos, pasan más de mil millones de horas al año ayudando al prójimo a adquirir conocimiento de Jehová. No siempre es fácil realizar esta obra. En ciertos países está proscrita o se le han impuesto restricciones. Piense, también, en quiénes la están efectuando: seres humanos débiles e imperfectos, cada uno con sus propios problemas e inquietudes. Aun así, la obra continúa, y como consecuencia, en los últimos tres años más de un millón de personas han dedicado la vida a Jehová y han simbolizado su dedicación mediante el bautismo en agua. (Mateo 28:18-20.) Verdaderamente, esta obra se lleva a cabo solo debido a la fuerza que Dios da. Jehová dijo mediante su profeta Zacarías: “No por una fuerza militar, ni por poder, sino por mi espíritu”. (Zacarías 4:6.)

Si usted es publicador de las buenas nuevas, es partícipe de ese grandioso logro, por pequeña que parezca su intervención personal. Sin importar qué clase de ‘espinas’ tenga que aguantar, confíe en que Jehová no olvidará “[su] obra y el amor que [mostró] para con su nombre”. (Hebreos 6:10.) Por lo tanto, continúe confiando en que la Fuente de toda energía dinámica lo sostendrá. Recuerde, podemos aguantar solo gracias a la fuerza de Jehová; su poder se perfecciona en nuestra debilidad.

[Nota]

a Desde luego, puesto que “todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios”, el mero hecho de que los seres humanos puedan tener una relación con Dios es indicación de Su misericordia. (Romanos 3:23.)

[Ilustración de la página 26]

La predicación se lleva a cabo gracias al poder de Jehová

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir