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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1997
w97 1/6 págs. 29-31

Graduación de estudiantes de la Palabra de Dios

A LOS testigos de Jehová se les conoce alrededor del mundo por su predicación de casa en casa al igual que a los cristianos del siglo primero. Los comentarios de apertura del programa de graduación de la clase número 102 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower se centraron en esa obra.

El 1 de marzo de 1997, Albert Schroeder, del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, citó de un artículo reciente de la revista francesa Le Point que expuso los planes que tiene la Iglesia Católica de iniciar la predicación de casa en casa en Italia. “Para que [los misioneros del Vaticano] no vayan con las manos vacías a competir con los testigos de Jehová en su terreno —decía el artículo—, el Vaticano dispuso que se imprimieran 1.000.000 de ejemplares del Evangelio de San Marcos, pues sus emisarios se enfrentan a expertos [los Testigos] en la ‘colocación’ de la buena palabra a domicilio.”

Los 48 graduados se cuentan entre quienes han imitado los expertos métodos de predicación de Jesús para la difusión de la Palabra de Dios. Llegaron de ocho países al Centro Educativo de la Watchtower de Patterson (Nueva York). Durante los cinco meses de preparación, estudiaron la Biblia completa. También abarcaron la historia de la organización de Dios, aspectos prácticos de la vida misional y el fruto del espíritu de Dios. Se les dio toda esta instrucción con el fin de prepararlos para su asignación en el servicio misional en diecisiete países extranjeros. En la graduación estuvieron presentes 5.015 personas de diversos países, disfrutando también de esta gozosa ocasión. Al final, ¿qué consejos prácticos recibieron los estudiantes de Galaad?

Estímulo oportuno para los nuevos misioneros

Después de los comentarios de apertura del presidente se presentó el breve discurso inicial, que estuvo a cargo de Ralph Walls, ayudante del Comité de Personal del Cuerpo Gobernante, quien dio consejo útil a los nuevos misioneros. El título de la disertación fue: “Recuerden amar”. Mostró cómo la Biblia predijo en el capítulo 3 de 2 Timoteo que el mundo tendría cada vez menos amor. En armonía con la descripción que se da del amor en 1 Corintios 13:1-7, les recordó oportunamente: “Quizás sobrepasen el requisito de horas como misioneros, o gocen de abundante conocimiento debido a su instrucción en Galaad. O tal vez dediquen celosamente horas extraordinarias para cumplir con su trabajo en alguna sucursal. Pero de nada valdrían todo el empeño y sacrificio si se olvidaran de amar”.

El siguiente discursante, Carey Barber, del Cuerpo Gobernante, analizó el tema: “Jehová nos conduce a la victoria”. Desde sus pequeños comienzos después de la I Guerra Mundial, Jehová Dios ha guiado a sus siervos fieles a la victoria en la proclamación de las buenas nuevas del Reino, a pesar de la persecución. En 1931 los Estudiantes de la Biblia, como se les conocía entonces, adoptaron el nombre de testigos de Jehová, para disgusto del clero de la cristiandad. El hermano Barber dijo: “La clase número 102 de misioneros preparados en la Escuela de Galaad disfrutará ahora del grandioso honor de tomar parte plenamente en el glorioso trabajo de ofrecer, a cuantas personas sea posible, la oportunidad de conocer ese sagrado nombre”. Los graduados se suman a la larga lista de los 7.131 misioneros preparados en la Escuela de Galaad que han contribuido a aumentar la cantidad de países donde se predica la Palabra de Dios de 54 en 1943 a 233 en la actualidad.

El siguiente discursante, Lloyd Barry, también del Cuerpo Gobernante, se graduó de la clase número 11 de Galaad y fue misionero en Japón por más de veinticinco años. Presentó la conferencia animadora: “Persistan en estas cosas”. “Obtendrán gran parte de su gozo mediante el aguante”, dijo a los estudiantes. ¿Cómo se recompensa el aguante en el servicio misional o en cualquier asignación teocrática? “Sobre todo, nuestro aguante regocija el corazón de Jehová. [...] Ser íntegros bajo prueba produce gran satisfacción. [...] Haga del servicio misional la vocación de su vida. [...] Su recompensa será un alentador ‘Bien hecho’.” (Mateo 25:21; Proverbios 27:11.) En la conclusión, el hermano Barry recomendó de todo corazón a los misioneros que “[persistieran] en estas cosas”, resolviéndose a hacer del campo misional su vida misma. (1 Timoteo 4:16.)

“¿Qué verán?”, preguntó Karl Adams, que ha participado en la instrucción de muchas clases de Galaad. Explicó que lo que los nuevos misioneros vieran en su asignación no dependería solo de la vista física, sino también de los ojos del corazón. (Efesios 1:18.) Ilustró este hecho con lo que observaron los espías israelitas cuando inspeccionaron la Tierra Prometida. Los doce vieron lo mismo en sentido físico, mas solo dos vieron aquella tierra desde la óptica de Dios. Los misioneros también podrían tener diversos modos de ver las cosas. En algunos de los países adonde fueran a servir, quizás verían pobreza, dolor y desesperanza. Pero no deberían reaccionar de forma negativa ni abandonar el lugar. El hermano Adams citó las palabras de cierta misionera de una clase reciente: “Estas experiencias me convencieron de que debo quedarme aquí. Estas personas necesitan una esperanza para el futuro. Quiero ayudarlas a mejorar su vida”. El hermano Adams concluyó animando a los nuevos misioneros a que consideraran los diversos países adonde se les enviaba como zonas que Jehová se propone incluir en el Paraíso mundial, y a la gente de esas tierras como futuros miembros de la sociedad del nuevo mundo.

El discurso final de esta sección del programa lo presentó Wallace Liverance, que sirvió durante varios años en el campo misional antes de ser instructor de Galaad. Su tema fue: “Actúe con perspicacia en cuanto a las maravillosas obras de Dios”. Hacer eso implica ser prudente, discreto y sensato. En este aspecto falló el rey Saúl de Israel. (1 Samuel 13:9-13; 15:1-22.)

Una forma de actuar con perspicacia es aceptar el desafío de adaptarse a un nuevo modo de vida, lo que incluye aprender un nuevo idioma y conocer a la gente. Las experiencias que tengan los misioneros al enfrentarse a las pruebas y vencer los obstáculos pueden fortalecerlos en sentido espiritual, tal como edificaron a Josué y a Caleb las experiencias que tuvieron al conquistar la tierra que Dios les asignó.

Entrevistas

En la siguiente sección del programa hubo varias entrevistas. Harold Jackson entrevistó al secretario y veterano instructor de la Escuela de Galaad, Ulysses Glass, que ahora tiene 85 años de edad. Muchos hermanos que todavía sirven en el campo misional recuerdan bien los años de fiel enseñanza y preparación del hermano Glass. Luego intervino Mark Noumair, también instructor de Galaad, que pasó varios años sirviendo en el extranjero, en África, antes de formar parte del personal de la Escuela. Entrevistó a algunos de los misioneros respecto a su actividad en el ministerio durante los cinco meses que pasaron en la escuela. Sus experiencias demostraron a todas luces que hay personas interesadas en la Palabra de Dios en el territorio local.

Luego Robert Ciranko y Charles Molohan entrevistaron a algunos de los hombres experimentados que asistían simultáneamente a otra escuela, ubicada en el mismo recinto, cuyo propósito es preparar al personal de las sucursales. El consejo que dieron a los graduados incluyó la necesidad de ser humildes y contribuir a la unidad de la congregación. Recomendaron que los graduados no se formaran ideas preconcebidas de lo que habían de esperar en la obra misional, sino que simplemente estuvieran dispuestos a aceptar cualquier situación a la que se enfrentaran. No cabe duda de que poner en práctica este consejo ayudará a los nuevos misioneros a cumplir con su cometido como maestros de la Palabra de Dios.

Por último, Theodore Jaracz, del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso: “¿Quién influye en quién?”. Explicó que cuando manifestamos el fruto del espíritu como cristianos, podemos tener un efecto positivo en el prójimo. Dijo: “Los misioneros enviados por la organización de Jehová han influido en los demás a lo largo de los años de manera sana y edificante en sentido espiritual”. Entonces citó los comentarios de algunas personas sobre cómo el buen ejemplo de los misioneros les había ayudado a servir a Dios. En conclusión, exhortó: “Conserven la reputación que se ha ganado el pueblo de Jehová y sigan tocando esas puertas en su asignación en el extranjero en busca de los merecedores. [...] Además, con su conducta recta y limpia, resistan el espíritu de este mundo y ejerzan una influencia positiva para la alabanza y la honra de Jehová”, concluyó.

Para cerrar el programa, el presidente transmitió los saludos procedentes de lugares cercanos y distantes, luego entregó los diplomas y anunció las asignaciones misionales. Después, uno de los graduados leyó un escrito de la clase, que expresaba su agradecimiento por la instrucción recibida. Sin lugar a dudas, el programa de graduación de la clase número 102 fortaleció la resolución de todos los asistentes de seguir adelante divulgando la Palabra de Dios.

[Ilustración de la página 31]

Clase 102 de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower

En la siguiente lista se han numerado las filas desde el frente hacia atrás, y los nombres de izquierda a derecha en cada fila.

1) Duffy, C.; Alexis, D.; Harff, R.; Lee, J.; Corey, V.; Nortum, T.; Mora, N.; Journet, F.

2) Djupvik, L.; Singh, K.; Hart, B.; Kirkoryan, M.; Lee, S.; Rastall, S.; Zoulin, K.; Kollat, K.

3) Singh, D.; Pitteloud, J.; Pitteloud, F.; Bokoch, N.; Torma, C.; Muxlow, A.; Richardson, C.; Nortum, D.

4) Harff, J.; Journet, K.; Barber, A.; Loberto, J.; Loberto, R.; Muxlow, M.; Mora, R.; Hart, M.

5) Torma, S.; Rastall, A.; Diaz, R.; Diaz, H.; Weiser, M.; Weiser, J.; Kirkoryan, G.; Zoulin, A.

6) Alexis, R.; Barber, D.; Djupvik, H.; Duffy, C.; Kollat, T.; Richardson, M.; Bokoch, S.; Corey, G.

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