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  • La palabra profética de Dios da esperanza para el futuro
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2000
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2000
w00 15/1 págs. 4-7

La palabra profética de Dios da esperanza para el futuro

GRACIAS a la Palabra de Dios, la Santa Biblia, los cristianos verdaderos contemplan el futuro con fe, esperanza y optimismo. Con la seguridad que les proporciona su relación con Jehová Dios, están deseando que llegue el mañana. Como indicó el primer discurso de las asambleas de distrito “La palabra profética de Dios”, los testigos de Jehová llevamos muchos años estudiando con gran interés las profecías bíblicas. Por tanto, ¿qué le tenía reservado Jehová a su pueblo en estas asambleas? Todos los presentes venían preparados con la Biblia y estaban deseosos de descubrirlo. En este artículo se dedica un subtítulo a cada uno de los días de la asamblea.

PRIMER DÍA: Andemos a la luz de la Palabra de Dios

El discurso “La Palabra de Dios nos ha guiado” indicó que el pueblo de Jehová se asemeja a un hombre que emprende un viaje en la oscuridad de la noche y percibe sombras según va amaneciendo, pero luego ve con claridad cuando el Sol brilla justo sobre su cabeza. Como predijo Proverbios 4:18, el pueblo de Jehová ha llegado a ver su camino con claridad a la luz brillante de la verdad de la palabra profética de Dios. No se le deja tropezar en la oscuridad espiritual.

El discurso temático, “Preste atención a la palabra profética de Dios”, recordó a los oyentes que quienes acuden a Jehová se ahorran la decepción y desilusión que sufren quienes siguen a falsos mesías y profetas. En marcado contraste con estos, las credenciales del Mesías verdadero, Jesucristo, son impresionantes. Por ejemplo, su milagrosa transfiguración suministró una vista por anticipado de su posición como Rey del Reino de Dios. Desde que obtuvo el poder del Reino, en 1914, es también el “lucero [del alba]” mencionado en 2 Pedro 1:19. “Como el Lucero mesiánico, anuncia un nuevo día, o una nueva era, que amanece para la humanidad obediente”, dijo el orador.

La intervención con que se abrió el programa de la tarde, “Resplandezcamos como iluminadores”, explicó en detalle Efesios 5:8, donde el apóstol Pablo nos aconseja “[seguir] andando como hijos de la luz”. Los cristianos no son iluminadores simplemente porque dan a conocer la Palabra de Dios, sino también porque ponen en práctica la Biblia en su vida, a imitación de Jesús.

Para ser esta clase de iluminadores, debemos ‘deleitarnos en la lectura de la Palabra de Dios’. Este fue el tema que se trató en un simposio compuesto de tres secciones. Después de citar a Abraham Lincoln, quien llamó a la Biblia “el mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres”, el primer orador preguntó a la concurrencia qué revelaban sus hábitos de lectura en cuanto a la profundidad de su aprecio por la Palabra de Jehová. Animó a los oyentes a leer la Biblia con atención, dedicando tiempo a visualizar los relatos de las Escrituras y a relacionar los nuevos puntos con lo que ya conocen.

La siguiente sección del simposio puso de relieve la necesidad de estudiar, no leer superficialmente, a fin de asimilar “el alimento sólido” (Hebreos 5:13, 14). El estudio es mucho más edificante, dijo el orador, si ‘preparamos el corazón’ de antemano, como hizo el sacerdote israelita Esdras (Esdras 7:10). Ahora bien, ¿por qué tiene tanta importancia el estudio? Porque está directamente vinculado a nuestra relación con Jehová. Por tanto, el estudio de la Biblia debería ser algo preciado, agradable y refrescante, aunque implique disciplina y esfuerzo mental. ¿Cómo encontrar momentos para tener un estudio significativo? ‘Comprando el tiempo oportuno’ de las actividades menos importantes, dijo el último orador del simposio (Efesios 5:16). Así es: la clave para encontrar tiempo es emplear de manera óptima el que tenemos.

En el discurso “Dios da poder al cansado” se reconoció que hoy día muchas personas se sienten cansadas. A fin de que tengamos “poder que es más allá de lo normal” para el ministerio cristiano, hemos de confiar en Jehová, que “está dando poder al cansado” (2 Corintios 4:7; Isaías 40:29). Las ayudas fortalecedoras con que contamos son la Palabra de Dios, la oración, la congregación cristiana, la participación regular en el ministerio, los superintendentes cristianos y el ejemplo fiel de otros hermanos. El discurso “Seamos maestros en vista del tiempo” puso de relieve la necesidad de que los cristianos sean maestros además de predicadores, y de que hagan lo posible por cultivar el “arte de enseñar” (2 Timoteo 4:2).

El último discurso del día, “Los luchadores contra Dios no prevalecerán”, habló de los esfuerzos descaminados que últimamente se han hecho en algunos países para que se catalogue a los testigos de Jehová de secta peligrosa. Pero no hay que temer, pues Isaías 54:17 dice: “[‘]Sea cual sea el arma que se forme contra ti, no tendrá éxito, y sea cual sea la lengua que se levante contra ti en el juicio, la condenarás. Esta es la posesión hereditaria de los siervos de Jehová, y su justicia proviene de mí’, es la expresión de Jehová”.

SEGUNDO DÍA: Asuntos revelados mediante las Escrituras proféticas

Tras examinar el texto del día, los presentes disfrutaron del segundo simposio de la asamblea, titulado “Glorifiquemos a Jehová como portadores de luz”. La primera intervención indicó que los cristianos deben tener el objetivo de glorificar a Jehová predicando en todo lugar. En la siguiente sección se habló de la necesidad de dirigir a la organización de Dios a las personas receptivas. ¿De qué modo? Dedicando de cinco a diez minutos, antes o después del estudio de la Biblia, a explicarles el funcionamiento de dicha organización. La tercera parte del simposio recalcó la necesidad de glorificar a Dios mediante obras excelentes.

En el discurso “Amemos intensamente los recordatorios de Jehová” se trataron versículos escogidos del Salmo 119. Desde luego, necesitamos que se nos recuerden las cosas, pues tenemos la tendencia a olvidarlas. Es muy importante, por tanto, que lleguemos a amar los recordatorios de Jehová, igual que el salmista.

A continuación llegó algo muy especial: el discurso de bautismo, cuyo título fue “Prestar atención a la palabra profética conduce al bautismo”. Se recordó a quienes se presentaron para bautizarse que imitan a Jesús no solo al ser bautizados, sino también al seguir sus pasos con sumo cuidado y atención (1 Pedro 2:21). Estos nuevos discípulos tienen el extraordinario privilegio de participar en el cumplimiento de Juan 10:16, donde Jesús predijo que reuniría a “otras ovejas” para que le sirvieran junto con sus discípulos ungidos por espíritu.

Abrió el programa de la tarde el discurso “Oiga lo que el espíritu tiene que decir”, en el que se señaló que el espíritu de Jehová nos habla por medio de la Biblia, “el esclavo fiel y discreto” y nuestra conciencia educada por las Santas Escrituras (Mateo 24:45). Por tanto, los cristianos no tienen que oír una voz literal del cielo para saber cómo agradar a Dios. La siguiente intervención, “Apoyemos con firmeza la enseñanza que va de acuerdo con la devoción piadosa”, exhortó a los cristianos a no examinar las ideas corruptoras que propaga este mundo. Es más, la curiosidad desenfrenada puede exponernos a información nociva diseminada por los apóstatas y otros agentes de Satanás. Es mucho mejor leer regularmente la Biblia y todos los artículos de La Atalaya y ¡Despertad!

“Sigamos reteniendo el modelo de palabras saludables” fue el título del siguiente discurso, que puso de relieve la importancia de conocer perfectamente el “modelo”, o estructura, de la verdad (2 Timoteo 1:13). Captar este modelo es la clave para tener devoción piadosa, así como para identificar lo que no armoniza con la verdad.

Imagínese ser considerado deseable por Jehová. ¡Qué gran honor! Pues bien, el discurso “La casa de Jehová se está llenando de ‘cosas deseables’”, basado en la profecía de Ageo, fue muy animador, pues aseguró a la concurrencia que Jehová considera así a todos los que forman parte de la “gran muchedumbre” (Revelación [Apocalipsis] 7:9). Por tanto, Jehová los salvará cuando ‘meza’ definitivamente a las naciones durante la venidera “gran tribulación” (Ageo 2:7, 21, 22; Mateo 24:21). Mientras tanto, el pueblo de Jehová debe mantenerse alerta espiritualmente, como se indicó en la sección “Las Escrituras proféticas nos instan a estar alerta”. El orador citó estas palabras de Jesús: “Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor” (Mateo 24:42). ¿Cómo nos mantenemos vigilantes en sentido espiritual? Estando ocupados en el servicio de Jehová, orando constantemente y permaneciendo en expectación del gran día de Jehová.

La última intervención del día, titulada “La palabra profética en el tiempo del fin”, se recordará durante mucho tiempo. ¿Por qué? Porque el orador presentó un nuevo libro: Prestemos atención a las profecías de Daniel. “Esta publicación de 320 páginas y hermosas ilustraciones abarca el libro de Daniel en su totalidad”, dijo el orador. Constituye una clara prueba, que fortalece la fe, de que Jehová está arrojando luz sobre su Palabra profética.

TERCER DÍA: La palabra profética de Dios nunca falla

El último día de la asamblea comenzó con el simposio “Palabras proféticas para el tiempo señalado”. Las tres secciones examinaron las tres declaraciones formales del profeta Habacuc sobre las justas sentencias de Jehová. La primera fue contra la descarriada Judá, y la segunda, contra la opresiva Babilonia. La última, que aún no se ha cumplido, corresponde a la inminente destrucción de todos los seres humanos impíos. Al hablar sobre el Armagedón, el último hermano que participó en el simposio infundió cierto temor piadoso en los oyentes cuando dijo: “El día que Jehová utilice a plenitud su gran poder será, verdaderamente, inspirador de temor”.

“Estimemos nuestra herencia espiritual” fue el título del emotivo drama bíblico de la asamblea. Esta presentación nos incitó a hacernos un examen de conciencia al contrastar la actitud de Jacob y Esaú respecto a los asuntos espirituales. Esaú despreció su herencia espiritual, por lo que esta pasó a su hermano, Jacob, que la tenía en alta estima. “¿Qué [herencia espiritual] nos ha dado Jehová?”, se preguntó al auditorio. La respuesta del orador fue: “La verdad de su Palabra, la Biblia; la esperanza de la vida eterna, y el honor de representarlo como proclamadores de las buenas nuevas”.

La siguiente intervención se tituló: “¿Qué significa para usted nuestra valiosa herencia?”. Demostramos que tenemos la actitud apropiada respecto a nuestra herencia espiritual anteponiendo el servicio de Jehová y los privilegios espirituales a los intereses personales o materiales. De este modo haremos que la vida gire en torno a nuestra relación con Jehová, lo cual contrastará en gran manera con el proceder de Adán, Esaú y los israelitas infieles.

El discurso público, “Está predicho: se harán nuevas todas las cosas”, entrelazó cuatro profecías fundamentales sobre los “nuevos cielos” y la “nueva tierra” (Isaías 65:17-25; 66:22-24; 2 Pedro 3:13; Revelación 21:1, 3-5). Está claro que Jehová tenía presente un cumplimiento mayor de estas profecías que el que tuvo lugar en su pueblo restaurado en 537 a.E.C. En efecto, pensaba en su gobierno del Reino (los “nuevos cielos”) y sus súbditos terrestres (la “nueva tierra”), que habitarán un maravilloso paraíso mundial.

El discurso “Nuestras expectativas mientras la Palabra de Dios nos guía” puso un emocionante y motivador punto final a la asamblea. Nos recordó a todos que en lo referente a terminar la proclamación del Reino, “el tiempo que queda está reducido” (1 Corintios 7:29). Así es, nos encontramos al mismísimo umbral del cumplimiento del decreto de Jehová contra Satanás y todo su malvado sistema. Que nuestros sentimientos sean los del salmista que cantó: “Nuestra mismísima alma ha estado en expectación de Jehová. Nuestro ayudador y nuestro escudo es él” (Salmo 33:20). ¡Qué maravillosa perspectiva tienen quienes basan sus expectativas en la palabra profética de Dios!

[Ilustraciones de la página 7]

Un conmovedor drama hizo hincapié en la estima que sienten los siervos de Jehová por la herencia espiritual

Se bautizaron muchas personas que prestaron atención a la palabra profética de Dios

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