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  • ¿Qué está pasando con los valores espirituales?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2003
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2003
w03 15/4 págs. 3-4

¿Qué está pasando con los valores espirituales?

“Quince parejas asisten a una clase nocturna [católica] de orientación prematrimonial. De las treinta personas presentes, solo tres dicen tener fe.” (La Croix, diario católico francés.)

LOS valores religiosos están en crisis. La portada del número del 12 de julio de 1999 de la edición internacional de Newsweek preguntó: “¿Ha muerto Dios?”. En lo que concierne a Europa occidental, la revista respondió que todo parece indicar que así es. El rotativo francés Le Monde informó lo siguiente respecto al sínodo de la Iglesia Católica que se celebró en Roma en octubre de ese año: “A la Iglesia se le está haciendo más difícil que nunca transmitir su mensaje a una sociedad que se ha vuelto ‘alérgica’ a este. [...] En Italia, el catolicismo ya no es una colectividad homogénea. [...] En Alemania, la controversia respecto a los centros de consulta sobre el aborto está acentuando la brecha entre el Papa y una democracia que ya no está dispuesta a aceptar imposiciones. Algunos observadores atribuyen la atrevida postura [de los Países Bajos] sobre la moralidad y la eutanasia a su vertiginosa descristianización”.

La situación es muy parecida en otros países. En 1999, el arzobispo de Canterbury, George Carey, advirtió que la Iglesia Anglicana “desaparecerá dentro de una generación”. En un artículo titulado “El fin de la Europa cristiana”, el periódico francés Le Figaro comentó: “Se ve la misma tendencia por doquier. [...] La gente está cuestionando sistemáticamente las posturas éticas y doctrinales”.

Menos participación religiosa

En Europa, la asistencia a la iglesia está descendiendo vertiginosamente. Menos del 10% de los católicos franceses acuden a misa todos los domingos, mientras que solo del 3 al 4% de los católicos parisienses van con regularidad a la iglesia. Se ha observado que estas cifras son similares o hasta más bajas en el Reino Unido, Alemania y los países escandinavos.

Las autoridades religiosas están muy preocupadas por la escasez de candidatos al sacerdocio. En menos de un siglo, la cantidad de sacerdotes en Francia ha disminuido drásticamente, desde 14 hasta menos de 1 por cada 10.000 habitantes. Por toda Europa, el promedio de edad de los sacerdotes va en aumento, y su escasez se deja sentir incluso en países como Irlanda y Bélgica. Al mismo tiempo, el número de niños matriculados en las clases de catequesis está menguando, lo cual suscita serias dudas en cuanto a la capacidad de la Iglesia Católica para asegurarse su propia renovación.

En el ámbito religioso parece que la confianza ha quedado en el pasado. En 1952, el 50% de los franceses creía que “únicamente una religión poseía la verdad”; en 1981, el 15% opinaba de esa forma, pero actualmente solo el 6% conserva esa creencia. La apatía religiosa se va extendiendo. El porcentaje de personas que dicen que no pertenecen a ninguna religión se ha incrementado del 26% en 1980 al 42% en el año 2000 (Les valeurs des Français—Évolutions de 1980 à 2000 [Evolución de los valores de los franceses: 1980 a 2000]).

Sacudidas en el campo de los valores morales

Los valores morales también atraviesan una crisis evidente. Como ya se mencionó, muchos feligreses se niegan a aceptar los dictados de su iglesia en materia de moralidad. No concuerdan con la idea de que los dirigentes eclesiásticos tengan derecho a fijar normas de conducta. Los mismos que aprueban la postura del Papa sobre los derechos humanos no aceptan sus directrices cuando estas afectan su vida privada. Por ejemplo, la mayoría de las personas, entre ellas muchas parejas católicas, no hacen ningún caso de sus enseñanzas en cuanto al uso de anticonceptivos.

Tal actitud se percibe en personas de todo nivel social, sean religiosas o no. Se toleran prácticas que las Escrituras condenan claramente. Veinte años atrás, el 45% de los ciudadanos franceses consideraba reprobable la homosexualidad. Hoy, el 80% piensa que es aceptable. Y aunque casi todos se muestran a favor de la fidelidad conyugal, solo un 36% estima que las aventuras extramaritales no son justificables en ningún caso (Romanos 1:26, 27; 1 Corintios 6:9, 10; Hebreos 13:4).

Un embrollo religioso

En la sociedad occidental está surgiendo una “religión a la carta”, en la que todos asumen el derecho de escoger lo que quieren creer, aceptando ciertos dogmas y rechazando otros. Algunos se llaman cristianos aunque crean en la reencarnación, y otros siguen con gusto varios credos religiosos a la vez (Eclesiastés 9:5, 10; Ezequiel 18:4, 20; Mateo 7:21; Efesios 4:5, 6). El libro Les valeurs des Français indicó sin rodeos que muchos feligreses se están descarriando irremediablemente de las sendas establecidas por la Iglesia.

Sin embargo, esta tendencia hacia un mayor individualismo religioso no está exenta de peligro. Jean Delumeau, historiador religioso y miembro del Institut de France, afirma que es imposible que alguien forme su propia religión en independencia de todo sistema establecido. “La fe no puede sobrevivir si no está arraigada en la solidez de una confesión religiosa.” Los sanos valores espirituales tienen que integrarse coherentemente en las prácticas religiosas de la persona. ¿Dónde puede hallarse dicha coherencia en una sociedad convulsionada por los cambios?

Las páginas de la Biblia nos recuerdan que es Dios quien fija las normas aceptables de conducta y moralidad, aunque otorga a los seres humanos la libertad de acatarlas o no. Millones de personas de todo el mundo reconocen que dicho libro, estimado desde hace siglos, es de valor práctico en la actualidad, y lo consideran ‘una lámpara para su pie y una luz para su vereda’ (Salmo 119:105). ¿Cómo han llegado a esa conclusión? El siguiente artículo trata este asunto.

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