La caja de preguntas
● Si uno tiene una pregunta o necesita consejo, ¿hay alguna ventaja en escribirle a la Sociedad en vez de llamar por teléfono o visitar la oficina?
Hay varias ventajas, tanto para usted como para la Sociedad. Al poner su pregunta por escrito, no solo tiene usted un registro exacto de lo que escribió, si guarda una copia, sino que también lo tiene la Sociedad. La experiencia muestra que si los asuntos son importantes, siempre es mejor ponerlos por escrito.
Al recibir usted la carta de la Sociedad, tendrá la ventaja de poder estudiar la respuesta y el beneficio de tener algo escrito a lo cual podrá referirse en el futuro. Además, la respuesta por escrito le da a usted la ventaja de la consulta y la investigación que efectúan los hermanos en la oficina, lo cual pudiera ser limitado al llamar usted por teléfono o visitar.
Antes de llamar por teléfono, visitar o escribir a la Sociedad, considere estos puntos: ¿Podría usted hallar la respuesta o el consejo en las publicaciones de la Sociedad, y así recibir el beneficio obvio de su propia investigación? ¿Ha buscado usted la ayuda de su siervo de congregación o de otros siervos que lo conocen a usted y que por lo tanto pueden darle ayuda más personal? (“Ministerio del Reino,” noviembre de 1965 “La caja de preguntas”; “La Atalaya,” del 15 de marzo de 1970 págs. 184 a 188) Además, muy a menudo algunos asuntos pueden resolverse localmente por medio de aplicar el excelente consejo de Jesús registrado en Mateo 18:15-17. Estamos seguros de que usted puede ver las ventajas inequívocas que existen para usted y para la Sociedad si los asuntos pueden manejarse localmente de esta manera.
Por supuesto, si surge una emergencia o por alguna razón usted necesita información o consejo inmediato, no vacile en comunicarse con la Sociedad. Estamos aquí para servirle y nos alegramos de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlo en tiempos de necesidad.
Los pedidos regulares de libros y revistas deben, por supuesto, enviarse por correo. Pero si surge una necesidad imprevista, no vacile en telefonear o en venir a la fábrica de la Sociedad a recoger su surtido durante la horas regulares de trabajo.