Adelantando en su ministerio
1 El trabajar para Jehová es un gozo. Y ese gozo crece si continuamos adelantando. El apóstol Pablo instó a Timoteo a hacer lo siguiente: “Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos.” (1 Tim. 4:15) Nosotros, también, podemos adelantar. Y lo haremos si seguimos el consejo que Pablo le dio a Timoteo, es decir si reflexionamos sobre las cosas que están en la Palabra de Dios y si nos ocupamos intensamente en aplicar lo que ésta dice.
2 En cada congregación hay mucho trabajo que hacer, y se necesitan trabajadores voluntarios. ¿Se hace usted disponible? El que lo hiciera sería excelente. Eso no significa tratar de maniobrar las cosas para hacerse más prominente en la congregación. Significa que usted se ofrecerá para hacer cosas para sus hermanos y hermanas, animándolos, trabajando con ellos en el servicio del campo, edificándolos espiritualmente. Quiere decir ofrecer ayuda, si es posible, cuando en el Salón del Reino hay trabajo extra que hacer. Incluye el cumplir con todas las asignaciones que se le den con relación a las reuniones, y hacerlo, no para divertir o entretener al auditorio, sino para edificar espiritualmente a la congregación. El deseo de hacer estas cosas, y la habilidad de hacerlas bien, es el resultado del estudio diligente de la Biblia y de aplicar lo que ésta dice a la vida de uno. ¿Está usted adelantando de ese modo?
3 La obra de precursor es otro privilegio maravilloso que les está disponible a muchos. ¿Es usted precursor? ¿Es el ser precursor una meta hacia la cual usted esté trabajando? No es algo que pueda hacerse cuando uno no tiene nada más en qué ocuparse. Es una obra para los que consideran valioso su tiempo y se disciplinan para hacerlo bien. El ser un buen precursor no es sencillamente un asunto de informar cierta cantidad de trabajo en el servicio de campo. Los requisitos para ser buen precursor son los mismos que para ser buen publicador de congregación; solo que el precursor puede dedicar más tiempo al verdadero servicio del campo. Ambos deben cultivar un amor genuino al ministerio y un profundo interés en la gente del territorio. Ambos deben sentir el deseo de usar toda oportunidad para ayudar a las personas sinceras a conocer a Jehová y sus maravillosos propósitos. Ambos deben estar constantemente alerta en cuanto a mejorar sus métodos en el servicio del campo. Ambos deben estar muy conscientes de la importancia de llevar vidas moralmente limpias y de manifestar los frutos del espíritu en todo lo que hacen. ¿Está usted adelantando de ese modo? Si así es, usted también está experimentando un aumento de gozo en su servicio, ¿no es verdad?
4 El que uno responda a la llamada a servir donde hay mayor necesidad de ayuda puede también ser evidencia de adelantamiento. No todo el mundo puede hacer ese cambio, pero muchos lo han hecho. Pudieron librarse de algunas de las restricciones que los intereses materiales les imponían sobre lo que podían hacer en el servicio de Jehová. Se mudaron al territorio de una congregación que necesitaba ayuda en su cuerpo de siervos, o que necesitaba ayuda para trabajar su territorio con las buenas nuevas. Algunos han podido usar sus habilidades para ayudar a construir un Salón del Reino en esas zonas. Las bendiciones resultantes han traído mucho gozo a sus corazones.
5 Por supuesto, el servir donde hay mayor necesidad de ayuda quizás no requiera que uno se mude. Puede ser que haya muchas zonas allí mismo dentro del territorio de su congregación que no se hayan trabajado por mucho tiempo. ¿Por qué no habla con el siervo de revistas y territorio para enterarse de la situación? Quizás se lleve una sorpresa.
6 Ciertamente, todos podemos adelantar. Algunos pueden mudarse a nuevos campos de servicio... como precursores, misioneros, o miembros de la familia de Betel. Y si satisfacen los requisitos, se les debe animar a hacerlo. Pero, sea que podamos emprender ese trabajo o no, todos podemos aprender a usar nuestro tiempo mejor. Podemos aprovecharnos más plenamente de las oportunidades que se nos presentan en el ministerio del campo y dentro de la congregación. Podemos estudiar la Palabra de Dios más diligentemente y tratar de aplicarla más cabalmente en nuestra vida. Si reflexionamos sobre estas cosas y nos ocupamos completamente en ellas, el adelantamiento no será un suceso raro, sino una parte normal de nuestra vida.