¿Está usted consciente de ello?
1 ¿De qué? ¡De la importancia de llegar a tiempo a todas sus actividades! ¿Está usted en el Salón del Reino antes de que comiencen las reuniones? ¿Está usted lo suficientemente temprano en las reuniones para saludar cordialmente a otros hermanos y a personas interesadas cuando éstas llegan, y para encargarse de otras responsabilidades? ¿Cumple puntualmente con todas sus citas? Si lo hace, entonces usted es una persona puntual. La puntualidad es una muestra de consideración amorosa y solicitud. Es una evidencia de que es ordenado en su vida y es algo que aprecian profundamente las personas con las cuales usted se asocia.
2 Una manera en que un cristiano puede mostrar su consideración es siendo puntual para las comidas espirituales con la congregación. Esto muestra respeto a nuestro Anfitrión, Jehová Dios, y a sus arreglos. ¿Qué sucede cuando llegamos aunque solo sea unos pocos minutos tarde? Nos perdemos el compañerismo antes de la reunión. Además, nos perdemos la oportunidad de unirnos con nuestros hermanos en canto gozoso que enaltece el nombre de Jehová, dice de sus maravillosas obras y anima a ser fiel. Nos perdemos el maravilloso y edificante privilegio de abordar a Jehová Dios en oración como una congregación de su pueblo. El perder los primeros pocos minutos de una reunión es como comenzar a leer un artículo en el cuarto párrafo... nos perdemos el marco de circunstancias y la introducción, de modo que nuestro entendimiento general y disfrute del artículo disminuyen. Y si llegamos tarde a la reunión, no solo perdemos información vital nosotros, sino que también distraemos a nuestros hermanos que llegan a tiempo, de modo que ellos no se benefician cabalmente del programa.
3 Es cierto que hay veces en las que, a pesar de nuestro cuidado, llegamos tarde a una reunión. Puede que la transportación pública se tarde, o que el propio automóvil de uno se descomponga. Una persona que viene de un hogar dividido, o una madre que tiene que traer niños pequeños, puede encontrarse con problemas inesperados precisamente antes de partir para la reunión. Si es posible, en vez de perderse toda la reunión, sería mejor persistir y llegar al salón para beneficiarse de tanto como sea posible de la reunión. Otros en la congregación entenderán; ellos también han experimentado problemas inesperados en su vida. Pero en aquellos casos en los cuales nosotros podemos controlar las circunstancias, asegurémonos de que no seamos personas que frecuentemente llegan tarde debido a no planear bien las cosas o a indiferencia.
4 ¡Qué animador es para los hermanos el llegar a la reunión y hallar a los ancianos y siervos ministeriales allí antes de comenzar la reunión, esperando para saludarlos y extenderles una cordial bienvenida! Nos llena con un sentimiento afectuoso hacia nuestros hermanos y profundo aprecio por la familia teocrática de la cual somos parte.
5 ¡La puntualidad también es importante al reunirse para el servicio del campo! Si diez publicadores reunidos para el servicio del campo pierden solamente seis minutos, esperando por un hermano que llega tarde, eso significa que en ese día se ha perdido una hora en el servicio del campo.
6 Nuestra obra de hacer discípulos requiere que seamos puntuales. El que seamos puntuales inspira confianza de parte de las personas recientemente interesadas en la organización que nosotros representamos. Por medio de estar a tiempo demostramos que somos personas de palabra, que dejamos que nuestro “Sí” signifique “Sí” y nuestro “No” signifique “No.”—Mat. 5:37.
7 Sí, es provechoso estar conscientes del valor de la puntualidad... cómo esto nos afecta, lo que dice acerca de nuestra actitud para con otros. Lo que nosotros hacemos influye en la vida de otras personas.