Presentando las buenas nuevas... por el uso prudente de las publicaciones
1 Ninguno de nosotros debe ser un despilfarrador. Jesús clasificó como “injusto” al mayordomo que despilfarró los bienes de su amo. (Luc. 16:1, 2, 8) En contraste, Jesucristo, después de distribuir los panes y pescados divinamente suministrados, dijo a sus discípulos: “Recojan los trozos que sobran, para que nada se desperdicie.” ¿Mostramos personalmente esa misma actitud para con las provisiones que Jehová hace para nosotros hoy día?—Juan 6:12.
2 Jehová no multiplica “milagrosamente” las publicaciones que usan sus siervos hoy en día, pero las suministra por medio de los esfuerzos vigorosos de los hermanos que trabajan en las sucursales de la Sociedad y las contribuciones de los hermanos por todas partes de la Tierra. Y aunque las centrales de Brooklyn y de la Hacienda Watchtower produjeron 45.718.920 libros, 13.874.957 folletos y 268.509.382 revistas durante el último año de servicio, ha sido necesario aumentar la tanda de la noche y comprar maquinaria adicional para mantenerse al paso con la demanda por Biblias y literatura que continúa aumentando constantemente. Estamos gozosos de hacerlo.
3 Pero varios informes manifiestan que, en cierto sentido, muchas de las publicaciones no se están usando prudentemente. A menudo Biblias, libros, libros de cántico y revistas se dejan abandonadas en los Salones del Reino y sitios de asamblea o son desechados, aunque están en buenas condiciones. Además, también se informa que se piden muchas revistas sólo para desecharlas algún tiempo después de la fecha del número. ¿Qué puede hacerse para asegurar el que estas provisiones de nuestro Amo celestial se usen prudentemente?
4 Durante el período en que se estaba escribiendo la Biblia, las Escrituras se copiaban a mano en rollos y se les consideraba muy valiosas. Pablo instruyó a Timoteo: “Cuando vengas, trae la capa que dejé en Troas con Carpo, y los rollos, especialmente los pergaminos.” (2 Tim. 4:13) Tal como Pablo evaluaba su ropa, habiendo dejado su capa con un hermano confiable, así evaluaba estos rollos, confiando su entrega segura al cuidado de Timoteo. El tener un aprecio similar por la Palabra de Dios hoy en día, hará que los padres no permitan que sus hijos garabateen o de otro modo dañen las publicaciones cristianas así como no les permitirían echar a perder ropas costosas. El precio bajo de estas publicaciones no debe hacer que no las estimemos. También debemos tener en mente que el costo del papel continúa aumentando y que varios tipos de papel están escasos en el mercado. El cuidado apropiado de nuestras Biblias, libros, libros de cánticos y revistas extenderá su vida útil y presentará una apariencia más respetable en el servicio del campo y en las reuniones de congregación. De este modo, no solamente imitamos a Jesús al no ser despilfarradores, sino que adicionalmente glorificamos a Jehová por medio de una actitud de aprecio.—Sal. 50:23.
5 Puede que los ancianos en una congregación noten que cada mes el pedido de revistas es mucho mayor que el número de revistas que la congregación coloca. Si notamos que las revistas viejas se van acumulando en nuestro hogar, ¿por qué no hacer un esfuerzo especial para distribuirlas en clínicas de reposo y hospitales, o colocarlas cuando damos testimonio informal o en los no en casas? Si tenemos más de las que podemos usar de esta manera, aunque las revistas tengan meses de retraso, ¿por qué no preguntar a los ancianos si otros en la congregación pudieran usarlas? Si hallamos que nuestro pedido personal de revistas con regularidad es mayor de lo que podemos colocar, entonces sería mejor pedir menos revistas.
6 Cada uno de nosotros, seamos jóvenes o viejos, podemos mostrar aprecio por las provisiones que se hacen por medio de la organización de Jehová. ¿Cómo? Usando prudentemente nuestras Biblias y ayudas para estudio, asegurándose de que no se desperdicien descuidadamente, sino que se están usando para el propósito debido... para adelantar los intereses de la adoración pura.
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