La caja de preguntas

● ¿Qué acción debe tomar la congregación con respecto a los asociados no bautizados que cometen un mal serio?

El libro Organización, en la página 171, muestra que los malhechores no bautizados que se han estado asociando regularmente con la congregación pueden ser disciplinados de una manera similar a la manera en que se trata con los malhechores bautizados. Algunos han preguntado: ¿Qué se quiere decir por “asociando regularmente”?

Estas no son personas recientemente asociadas que están estudiando y todavía tienen hábitos mundanos. Más bien, las personas de las que se dice que se han estado “asociando regularmente” son las que han hecho algún progreso en el camino de la verdad y que han estado concurriendo a las reuniones con regularidad por un período de tiempo. Por lo general han estado participando en el servicio del campo, están alistadas en la Escuela, y otras personas las consideran como testigos de Jehová.

Si un asociado de esa índole que aún no se ha bautizado comete un mal serio, los ancianos deben hablarle acerca de lo que se dice en las páginas 127 y 128 del libro Organización. Si después de eso él aún no se arrepiente, a pesar de los esfuerzos repetidos que los ancianos hayan hecho por ayudarlo con su problema, entonces es necesario proteger a la congregación y sus miembros del peligro de contaminación, en armonía con el consejo de Pablo en Gálatas 5:9. Debe hacerse un anuncio de que su conducta “no es apropiada para un cristiano,” y que el continuar asociándose con él no estaría en armonía con el consejo de 1 Corintios 15:33. Se le negarán los privilegios de pronunciar discursos estudiantiles, participar en demostraciones en la plataforma, etc. No se aceptarán informes del servicio del campo de una persona de esta índole. Si más tarde los ancianos están seguros de que esta persona muestra frutos de arrepentimiento, sería apropiado anunciar que se han levantado las restricciones que se le habían impuesto. Al tomar la iniciativa los ancianos, la congregación puede entonces continuar suministrando ayuda amorosa con el propósito de ayudar a la persona arrepentida a progresar en el camino de la vida.

Quizás haya otros, que aún no se están “asociando regularmente,” que están estudiando y están comenzando a concurrir a las reuniones, pero que aún están contaminados con la inmundicia mundana. Por supuesto, no es necesario tomar acción alguna en contra de éstos, pero se les debe estimular a dar pasos para limpiar su vida. Solo cuando hayan hecho esto se les invitará a acompañar a los publicadores en el servicio del campo, participar en presentaciones en la plataforma, etc. (Vea el libro Organización, páginas 127, 128.) Es nuestra esperanza que, a medida que ellos estudien y apliquen la Palabra de Dios, sean impulsados a efectuar los cambios necesarios para llegar a ser aceptables a Jehová.