Ayude a otros a hacer revisitas
1 ¿Ha sentido usted el gozo de estimular el interés de otros en la Palabra de Dios? ¿Se ha dado cuenta de que el hablar acerca de la verdad lo hace más consciente de la ayuda del espíritu de Dios? Sí, los pensamientos bíblicos parecen venir con rapidez a la mente y parece fácil el hacer la aplicación correcta para el provecho del que muestra interés. (Juan 14:26) El darnos cuenta de que el espíritu santo nos está ayudando ciertamente nos acerca más a nuestro Padre celestial.
2 Si usted ha experimentado esto, ¿no sería excelente el ayudar a otras personas de la congregación a hacer revisitas? Pero, ¿a quién podría ayudar? ¿Qué hay en cuanto a sus hijos o alguien con quien usted haya estudiado la Biblia y que ahora es proclamador de las buenas nuevas? Los ancianos y siervos ministeriales pudieran considerar lo que ellos podrían hacer personalmente para ayudar a los publicadores de sus grupos de estudio de libro y buscar la ayuda de otros hermanos y hermanas que tengan experiencia.
3 Una de las mejores maneras en las que se puede ayudar a otros es por medio del ejemplo. A medida que usted trabaja con un hermano o una hermana en el servicio del campo, ¿por qué no le muestra lo que planea hacer para las revisitas? Deje que el hermano o la hermana vea cómo usted hace un registro de la visita y explíquele por qué anota cierta información. Después que el publicador o la publicadora haya observado cómo usted llena el registro de casa en casa para la visita que se acaba de hacer, entonces deje que tome nota de los detalles acerca de las personas interesadas que usted encuentre en sus visitas siguientes. Por supuesto, toda explicación que se dé o todo tomar notas debe efectuarse de tal manera que no se haga innecesariamente obvio para la gente en el territorio. Queremos evitar el llamar indebida atención a nuestra presencia y suscitar preguntas en la mente de los observadores.
4 Además, a medida que otros le acompañen en las revisitas, podrán ver qué hace usted para estimular mayor interés y comenzar estudios. Al observar lo simple que es, se sentirán animados a participar en esta obra importante.
5 Usted pudiera considerar también el reunirse con otro publicador para prepararse para las revisitas. Juntos repasen sus registros. Hablen acerca de las visitas que pudieran hacer. Seleccionen, para darles énfasis, algunos textos bíblicos y puntos convenientes de la literatura que hayan colocado con las personas que mostraron interés. Consideren lo que pudieran decirles.
6 Si todos los publicadores experimentados ayudaran siquiera a una sola persona más a participar más cabalmente en hacer revisitas, piense en lo que eso significaría. Habría dos veces más publicadores que podrían ayudar a otros más, y se podría ayudar a más personas interesadas a emprender el camino de la vida. Quizás usted pueda ayudar a miembros de su propia familia o a otro publicador. ¿Tiene usted la disposición y el deseo de hacer esto? Y, si necesita ayuda, ¿se hace disponible para recibirla? Recuerde, las revisitas son vitales para familiarizar a la gente con el conocimiento que lleva a la vida eterna.—Juan 17:3.
7 Además, progresivamente usted podría ayudar a su estudiante de la Biblia a apreciar el valor de comenzar un estudio él mismo. A medida que usted continúe estudiando con él, desarrolle en él un amor profundo por la gente a fin de que él desee compartir con otros las buenas cosas que está aprendiendo en la Biblia. (Mat. 5:43-45) Ayúdelo a apreciar la necesidad de continuar visitando a los que están dispuestos a aprender más acerca de la Palabra de Dios. De este modo cuando llegue el tiempo para invitarlo a salir en el servicio del campo, él entenderá que usted no participa en la obra de casa en casa solo para colocar literatura, sino para dar un testimonio a favor de Jehová y para ayudar a los individuos que desean aprender más acerca de los propósitos de Dios según se explican en la Biblia.
8 El ayudar a otros a hacer revisitas quizás no produzca resultados rápidamente. Requiere tiempo y paciencia de parte del maestro. Pablo dijo: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos.”—Gál. 6:9.