El estudio de libro... un lugar propicio al crecimiento espiritual
1 Jesús llamó atención al hecho de que sus seguidores necesitarían espiritualidad, es decir, ser la clase de personas que piensan como Dios, cuyos pensamientos son más elevados que los del hombre. Él dijo: “Felices son los que están conscientes de su necesidad espiritual.”—Mat. 5:3; 6:19-21.
2 Todos nosotros podemos trabajar de muchas maneras para obtener la espiritualidad que Jesús explicó. Una de estas maneras es por medio del arreglo del estudio de libro de congregación. ¿Ha pausado usted últimamente para pensar en los muchos beneficios que recibimos por medio de este arreglo?
SE CONSIDERA MATERIAL PRÁCTICO
3 Ante todo, el material que consideramos en nuestros estudios de libro nos ayuda a pensar los pensamientos de Dios, y el elevar con regularidad nuestra mente y pensamientos por sobre los del hombre nos ayuda a poner cada aspecto de nuestra vida en armonía más estrecha con los requisitos de Dios para el pueblo que lleva su nombre. Desde hace algunas semanas hemos estado leyendo los párrafos primero en el estudio de libro, y se ha observado que esto nos ha permitido sacar más provecho de la lección. Por ejemplo, durante marzo, consideramos Romanos 12:2 en el libro Paz y seguridad, y analizamos juntos lo que está envuelto en no amoldarse a este sistema de cosas. Fue especialmente provechoso para nosotros el hacer esto en nuestros estudios de libro porque en estos grupos más pequeños hay más oportunidad de comentar personalmente.
4 Nuestro crecimiento espiritual también incluye aumentar el aprecio que le tenemos a nuestro privilegio de compartir las verdades bíblicas con otros. Todos los que se reúnen en el estudio de libro pueden hacer mucho por ayudarse unos a otros en este asunto. El conductor debe interesarse personalmente en cada uno, y así obedecer el mandato inspirado de 1 Pedro 5:2, 3. Cada uno de nosotros puede animar a los demás del grupo a participar cabalmente en propagar las buenas nuevas del Reino. ¿Cómo? Por medio de invitar a otros a trabajar con nosotros de casa en casa en el servicio del campo, y posiblemente usar nuestro automóvil para el servicio, o tal vez llevar consigo a alguien en una revisita o en un estudio bíblico particularmente bueno. ¿Prestamos la atención necesaria a los de edad más avanzada entre nosotros? ¿Qué estímulo les da usted a los más jóvenes en su grupo de estudio de libro? El que nos interesemos genuinamente unos por otros nos ayudará mucho a lograr buen crecimiento espiritual.—1 Tim. 4:15, 16.