Presentando las buenas nuevas... con bondad
1 Al participar en el servicio del campo, ¿ha despertado usted alguna vez a alguien? ¿Cómo trató usted la situación? O, si un amo de casa estaba muy ocupado y no podía escucharle, ¿qué hizo usted?
2 El mostrar bondad en las circunstancias anteriores y en otras similares ciertamente sería lo apropiado. Nosotros, personalmente, apreciamos cuando alguien viene a nuestra puerta de manera cortés y animadora, y que de un modo sincero nos pregunta: “¿Cómo está usted?” Así es que si nos damos cuenta de que nos hemos presentado a una hora inconveniente, lo bondadoso sería disculparnos por haber ocasionado una molestia, y no insistir en hacer una presentación larga. Quizás podamos dejar una hoja suelta o una revista y hacer arreglos para volver a visitar.
3 A veces se nos presentan oportunidades inesperadas de mostrar bondad. Tal vez a una señora le sea difícil cargar bultos de compra pesados. ¿No apreciaría ella una oferta de ayuda y no resultaría esto en que se pueda dar un testimonio excelente?
4 Jesucristo nos puso un ejemplo excelente de mostrar bondad. En una ocasión, después de haber ayudado a muchas personas espiritualmente, dijo: “Me compadezco de la muchedumbre, porque hace ya tres días que se han quedado conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas.” (Mat. 15:32) Sí, Jesús tomaba en cuenta la manera en que la gente se sentía y estaba alerta a atender sus necesidades.
5 La importancia de mostrar bondad se ilustra muy bien en la siguiente experiencia procedente del Canadá: “Un sábado por la tarde durante la visita del superintendente de circuito, mi esposo y yo estábamos haciendo nuestra última visita del día en el servicio del campo. La señora que vivía en la próxima puerta precisamente estaba cerrando su casa para salir. Le preguntamos si quería que la lleváramos en nuestro automóvil pues nosotros nos dirigíamos a Andover, y resultó que esta señora se dirigía a Andover para visitar algunos amigos. Cuando llegamos, averiguamos que los amigos de ella estaban a punto de marcharse para ir a un funeral al otro lado de la frontera y no volverían esa noche. Como resultado la señora se quedaría sola. Así es que la invitamos a venir con nosotros a la reunión y le indicamos que después de la reunión la llevaríamos a su hogar. Ella disfrutó tanto de la reunión que vino con nosotros al discurso público de la semana siguiente y ha expresado el deseo de llegar a ser testigo de Jehová.” ¡Qué resultado tan bendito produjo esta acción bondadosa!
6 Mientras efectuamos nuestra vital obra de dar testimonio de una manera que refleje dignidad y seriedad, no debemos abordar a la gente de una manera fría, formal. Sea amigable. Salude a las personas según se presente la oportunidad. (Mat. 5:47) Sea cortés y considerado. Es posible que su amigabilidad y modo de abordar bondadoso suministren la oportunidad de dar un testimonio extenso, para la alabanza de Jehová.