¿Se preparan ustedes como familia?
1 ¿Qué beneficios recibe la familia cuyos miembros leen la Biblia juntos, o se preparan juntos para las reuniones y el servicio del campo? Como lo expresó un hermano joven de Delaware: “Aprendimos a disciplinarnos, a estar quietos y a estudiar por un espacio de tiempo. De más importancia aún, aprendimos el valor de la preparación personal. Nos manteníamos al paso con las reuniones semanales, y sacábamos más provecho de la información que el que hubiésemos sacado por nuestra propia cuenta.”
2 Más tarde este joven emprendió el servicio de tiempo completo. Su celo y devoción en el servicio del campo, al igual que la de otros jóvenes como él, redunda en honra sobre los padres y los esfuerzos que ellos hicieron por preparar a sus hijos para una vida de servicio a Dios.
CÓMO HALLAR TIEMPO
3 Como padre, ¿qué viene a su mente cuando se hace mención de la preparación de familia? Piensa usted: “Es muy valiosa, pero ¿cuándo voy a tener tiempo para ella?” ¿Ha tratado de apartar tiempo para ella? ¿Cuán persistentes han sido sus esfuerzos? La situación de cada persona es diferente. Pero sería útil ver lo que algunos están haciendo.
4 Una familia de Nueva York aprovecha la hora de la cena para considerar juntos asuntos espirituales. En diferentes noches, consideran juntos el texto diario y hablan de algunos detalles de la lectura bíblica semanal. En otras ocasiones mientras comen, se preparan para la reunión de servicio y la Escuela Teocrática. Además, con regularidad programan parte de una noche a la semana para un estudio sistemático de La Atalaya o alguna otra publicación. Por supuesto, hay que omitir algo, así que limitan el tiempo de ver TV. Ya que la madre pasa más tiempo con su hijo, se prepara con él para el servicio del campo. Luego él sale con su padre o madre, y pone en práctica las cosas que aprendió. Por medio de esa cooperación la familia saca el mayor provecho posible de su tiempo limitado.
5 Otra sugerencia es tomar media hora después de la comida, antes de limpiar la mesa, para abarcar por lo menos una porción de la lectura bíblica semanal. Todos los miembros de la familia pueden participar, y de esa manera contribuir a que ésta sea interesante e instructiva.
QUÉ SE DEBE ESTUDIAR
6 Es obvio que hay que tomar en cuenta las necesidades de la familia. Algunos quizás hacen su lectura bíblica, otros se preparan para el estudio de La Atalaya; todavía otros hacen una práctica del estudiar las cosas que satisfacen la necesidad particular de su familia. Un hermano de más o menos 20 años comentó sobre la ayuda que su padre le dio al prepararse para el servicio del campo, diciendo: “Recuerdo que tenía una libretita negra con textos alistados bajo cierto tema, como la ‘Trinidad.’ Papá pretendía ser el amo de casa y yo tenía que vencer sus objeciones. También tenía que memorizar los nombres de los libros de la Biblia, cinco a la semana, entre un estudio de lunes por la noche y el siguiente.”
7 Otro hermano que ha estado en Betel por 10 años, y cuyo hermano también sirvió en Betel, recuerda que en su familia su padre siempre les señalaba a la perspectiva del servicio de tiempo completo. “Así que era lo natural que quisiéramos venir a Betel,” dijo él. El estudio de familia todavía se efectúa consistentemente para el beneficio de un hermano menor que está en el hogar.
8 Un hermano de Minnesota de 26 años de edad recuerda que su mamá estudiaba con él, y juntos se preparaban para las reuniones y el servicio del campo. Escondían su literatura en las cajas de cereal, pues sabían que su padre, que se oponía, nunca comía cereal. Esos períodos de estudio en secreto resultaron ser muy valiosos pues prepararon al hijo para el servicio de tiempo completo tanto de precursor regular como en Betel.
9 Es bueno ser flexibles en estas sesiones de estudio de familia. Además, en vez de establecer un procedimiento de disciplina estricta, es provechoso tener un ambiente sosegado. Como dijo un hermano: “La noche de nuestro estudio de familia mamá preparaba de antemano alguna ‘golosina’ de la cual disfrutábamos después del período de estudio. También usábamos parte de la noche para un juego de familia o para cantar juntos. Esperábamos con anhelo nuestras noches de estudio de familia.”
INCLUYA A OTROS
10 Muchos hermanos y hermanas no tienen miembros de su familia en la verdad. Sería un acto de bondad, donde sea posible, el invitar a éstos a compartir con usted y su familia la lectura de la Biblia o la preparación para las reuniones y el servicio del campo. (Deu. 15:7-11; Luc. 6:38) Quizás de vez en cuando se pueda celebrar el estudio de familia en casa de un publicador de edad avanzada que vive solo.
11 No subestime el valor de leer la Biblia juntos y el prepararse juntos para las reuniones y el servicio del campo. El que los padres pongan un buen ejemplo, y no dejen que otros intereses interrumpan los períodos de consideración bíblica de la familia, graba en los hijos la importancia vital de tener profundo respeto y aprecio a la Palabra de Dios. Todo esto resulta en alabanza a Jehová y en bendiciones a los que se preparan como familia.