Una provisión amorosa de Jehová
1 Era un día de pleno invierno y la temperatura estaba bajo cero. Una madre cristiana, junto con sus cuatro hijos, comenzó su viaje de casi 13 kilómetros a pie al Salón del Reino. Después que ellos hubieron caminado unos cuatro kilómetros, un vecino se detuvo en su auto y los llevó los nueve kilómetros restantes hasta su destino. En el Congo, un joven de 17 años de edad camina más de 14 kilómetros para asistir a las reuniones. En Honduras, cada domingo un grupo de nuevos Testigos camina tres horas para llegar a las reuniones, y tres horas para volver a casa.
2 ¿Por qué pasan tanto trabajo muchas personas para asistir a las reuniones de congregación? Porque aprecian el privilegio de asociarse con compañeros cristianos para adorar a Dios y estudiar Su Palabra.—Mat. 5:3.
3 Jesús animó a los cristianos a reunirse, pues prometió: “Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mat. 18:20) El apóstol Pablo escribió: “Y debemos buscar la manera de ayudarnos unos a otros a tener amor y a hacer el bien. No debemos seguir el ejemplo de los que tienen costumbre de no asistir a nuestras reuniones, sino que debemos animarnos unos a otros, y más ahora que vemos que el día del Señor se acerca.”—Heb. 10:24, 25, Versión Popular (1966).
4 Las reuniones son una provisión amorosa de nuestro Padre celestial, Jehová. Todas se preparan con el propósito de animarnos a mostrar amor en todo aspecto de la vida y a abundar en obras excelentes.
5 ¿Cómo podemos mostrar aprecio por estas reuniones cristianas? ¡Por medio de asistir con regularidad! Puesto que todos queremos mantener nuestra integridad a Jehová, tenemos que estar conscientes de nuestras necesidades espirituales. Las reuniones de congregación verdaderamente son de gran valor para nosotros.—Sal. 26:12.
6 Durante los meses venideros habrá mucha más información en Nuestro Servicio del Reino acerca de otros aspectos de las reuniones de congregación. Estos artículos habrán de edificar nuestro aprecio por las reuniones de modo que las consideremos como provisiones amorosas que Jehová ha hecho para nosotros.
7 Puesto que las reuniones de congregación son un arreglo de Jehová, ¿cómo debemos vestirnos cuando asistimos a ellas? La Biblia nos aconseja que vistamos con modestia en todo momento. (1 Tim. 2:9, 10; 1 Ped. 3:3-6) Es bueno recordar que nos presentamos delante del Soberano del universo para recibir instrucción. De modo que no es una ocasión informal. Es bueno que nuestra apariencia refleje la dignidad de la ocasión. Así no ofenderemos a Dios ni a nuestros hermanos. Y esto aplica a todas las reuniones de la congregación.
8 El estar a tiempo en nuestras reuniones de congregación muestra que estimamos a nuestro anfitrión, Jehová Dios, por este arreglo amoroso. El perder los primeros minutos de una reunión de congregación es como comenzar a leer un artículo desde el cuarto o quinto párrafo. Perdemos la introducción y quizás el marco de circunstancias. Nuestro entendimiento y disfrute generales disminuyen. Más serio aún, perdemos la oportunidad de unirnos en la petición que se hace en la oración de apertura a Jehová. Es bueno que los ancianos y siervos ministeriales lleguen temprano a las reuniones. Así tienen la oportunidad de saludar afectuosamente a los hermanos y darles la bienvenida al Salón del Reino.