¿Ha trabajado usted cabalmente su territorio?
1 ¿Cómo considera usted el territorio donde usted predica? ¿Refleja la manera en que usted trabaja su territorio diligencia e interés sincero en la gente, o indiferencia y apatía? Cierto superintendente de servicio de los Estados Unidos, quien desempeña diligentemente su responsabilidad, se expresó de la siguiente manera en cuanto a su constancia disciplinada: “Cada vez que toco a la puerta de una casa llego a estar bajo cierta obligación para con otra persona.” Sea que participemos con regularidad en trabajar territorio que se nos haya asignado personalmente o que se haya asignado al grupo, debemos desplegar profundo interés en las personas que “tienen hambre y sed de justicia.” (Mat. 5:6) Nuestro interés genuino en el bienestar eterno de ellas debe movernos a hacer lo óptimo por medio de organizar y superentender concienzudamente la obra que se lleva a cabo en nuestro territorio. Esto debe ser así hasta en territorio que se trabaja a menudo.
TERRITORIO PARA USO PERSONAL Y DEL GRUPO
2 El establecer claramente límites territoriales definidos es un arreglo divino. (2 Cor. 10:13; Gál. 2:9) Primero, esto asegura el que se dé testimonio cabal. Además, evita mucho traslapo de esfuerzo, lo cual a veces ha resultado en que los amos de casa se enojen. En algunos casos, diferentes publicadores, sin saberlo, han visitado de nuevo al mismo amo de casa. El organizar concienzudamente la manera en que se trabaja el territorio ayuda a aliviar este problema de hacer doble esfuerzo.
3 Aunque diferentes publicadores deben trabajar periódicamente el territorio, algunas congregaciones hacen arreglos para que las mismas personas prediquen varias veces el mismo territorio o alguna porción específica de éste. Pudiera ser ventajoso saber el nombre del amo de casa. Además, las personas están más inclinadas a abrir la puerta cuando el que llama es alguien que ellas conocen. Se puede lograr mucho bien porque así estamos en mejor posición de ayudarles a aprender verdades bíblicas y mostrarles lo valioso que es realmente el mensaje del Reino.
4 Cuando los mismos publicadores trabajan un territorio, economizan esfuerzo, tiempo y gastos. ¿De qué manera? En primer lugar, las casas donde no había nadie, las revisitas y los estudios bíblicos estarán en un área más limitada, no dispersos en diferentes territorios, lo cual requeriría que se viajara mucho. Además, el hacer eso da mayor incentivo para visitar de nuevo a todas las personas que muestran interés en nuestro mensaje. Si a usted se le ha asignado personalmente una sección del territorio, ¿por qué no hace un esfuerzo diligente y organizado con el fin de familiarizarse con todos los que viven en su porción del “campo”? (Mat. 13:38) Al hacer esto, desplegamos la misma actitud misericordiosa de Jehová y reconocemos nuestra responsabilidad personal para con la vida de la gente de nuestra comunidad.—Jon. 4:11.
TERRITORIO QUE SE TRABAJA A MENUDO
5 Muchos publicadores están hallando una cantidad cada vez mayor de casas donde no hay nadie durante las horas en que normalmente se predica. En vez de hacer una larga lista de las casas a las que rara vez regresan, en algunas zonas los publicadores han trabajado de nuevo estas casas inmediatamente. El visitar una o dos horas más tarde ha resultado en que se halle a varias personas que habían salido brevemente del hogar la primera vez que fuimos a su casa. El hacer esto, regresar pronta y sistemáticamente a todas las casas donde no había nadie, en realidad expande la cantidad de territorio que hay disponible. Así, no se necesitan grandes secciones de territorio, y este arreglo es útil cuando el territorio asignado a la congregación es pequeño. Está claro que se pueden emplear diversos métodos prácticos para alcanzar a todos los que deseen oír.
6 Si tomamos seriamente nuestra responsabilidad, querremos asegurarnos de visitar a todas las personas de nuestro territorio. Tenemos que perseverar y tener una actitud buena para cumplir con nuestra comisión, especialmente en territorio rural, zonas “difíciles” o que se trabajan a menudo y territorios a los cuales no podemos llegar fácilmente. Esto requiere que cada uno de nosotros lleve registros exactos de los resultados que obtiene en cada hogar que visita y anime a los hermanos que esté ayudando a hacer lo mismo. Si estos publicadores no pueden visitar de nuevo a las personas con quienes hablen, ¿por qué no les pide los registros que hayan hecho al ir de casa en casa y toma la responsabilidad personal de ver que alguien visite de nuevo a esas personas? No esté satisfecho con solo volver a visitar a la gente una vez, sino procure visitar varias veces a las personas que muestran interés en la verdad. Como resultado de desplegar constancia de esa clase, cierto publicador ahora visita a 80 personas en su ruta de revistas y conduce una buena cantidad de estudios bíblicos.
7 El ser industriosos, diligentes y mostrar resolución son cualidades que tenemos que cultivar si hemos de cumplir con nuestro ministerio. (Eze. 9:11; Juan 17:4) No debemos servir a Dios de manera casual o fortuita, sino, más bien, nuestro amor genuino a Jehová y a nuestro semejante debe movernos a examinar cuidadosamente la manera en que estamos cumpliendo con nuestra comisión de predicar. Los superintendentes de servicio especialmente deben cultivar vivo interés en organizar la obra que se efectúa en el territorio, de manera que éste se pueda trabajar eficaz y cabalmente. El que perseveremos en este proceder de constancia disciplinada resulta en el favor duradero de Jehová y en abundantes bendiciones.