Mantengamos nuestro celo en el ministerio
1 ¿Por cuánto tiempo ha mantenido usted su celo por la predicación de las buenas nuevas? ¿Por cinco o diez años, o tal vez más tiempo? Algunos hermanos han predicado por veinte, treinta años o hasta más y todavía siguen muy bien en su servicio. ¿Qué ha evitado que se cansen? ¿Cómo podemos mantenernos al paso con la organización de Jehová y la obra que él está ‘acelerando a su propio tiempo’? (Isa. 60:22.)
REFLEJEMOS EL CELO DE JEHOVÁ
2 Los que participan en el servicio del Reino se consideran, correctamente, colaboradores de Dios. (1 Cor. 3:9.) Ven Su celo por la justicia y lo imitan. Jehová anunció las buenas nuevas por primera vez hace miles de años, y celosamente se ha encargado de que su pueblo las declare. (Gál. 3:8.) Aun en esta fecha avanzada de la historia humana, Jehová no ha perdido interés en su propósito respecto al Reino. Más bien, “el mismísimo celo de Jehová” está efectuando todo lo que él ha prometido. (Isa. 9:7; Mat. 24:14.)
3 Prescindiendo de cuánto tiempo hayamos estado predicando, podemos conservar ese celo divino por medio de mantener las verdades del Reino frescas en la mente. Al estudiar la Biblia, absorbemos el espíritu que ella contiene, que es el espíritu de Jehová. Esto nos mantendrá fulgurantes con celo para que prediquemos su mensaje. (Rom. 12:11, 12; Efe. 5:1.)
CONSIDEREMOS CON SUMO CUIDADO Y ATENCIÓN A JESÚS
4 Jesús mantuvo celo hasta el doloroso, pero a la vez victorioso, fin de su vida terrestre. Hebreos 12:2, 3 señala uno de los factores que ayudó a Jesús a permanecer firme. Este era el galardón que se puso delante de él. ¿No es cierto que el considerar la esperanza brillante que Jehová ha puesto delante de uno reaviva el celo? Recuerde, lo que nos ayudará a obtener el feliz galardón de vida eterna no es cuánto tiempo hayamos estado manifestando celo, sino el que perseveremos hasta el fin. (Mat. 24:13.)
5 El efectuar la obra de Jehová puede en sí mismo intensificar nuestro celo. Considere el ejemplo de Jesús según se relata en el capítulo 4 de Juan. Él se sintió cansado. Necesitaba descanso, alimento y algo de beber. Los discípulos entraron en el pueblo para adquirir alimento, pero cuando regresaron, su maestro ya no parecía tener hambre ni estar cansado. ¿Qué le había refrescado y devuelto el vigor? Era la excelente experiencia de la cual estaba disfrutando en el servicio de Dios.
LA OFERTA ACTUAL
6 Durante noviembre presentaremos la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras y un libro menos reciente, como Paz y seguridad. Aunque a menudo nos encontramos con personas opuestas al mensaje, lentas en responder a él o sencillamente indiferentes para con Dios y la Biblia, no debemos permitir que esto nos desanime. Nuestra presentación animada y celosa tal vez ayude a algunas de estas a ver el efecto que la Palabra de Dios tiene en las que la toman a pecho. (Heb. 4:12.) Déjenles saber que será un placer estudiar con ellas la vigorizadora Palabra de Dios para que ellas, también, puedan ‘seguir viviendo’ y ‘declarando las obras de Jah’. (Sal. 118:15-17.)
7 Estamos seguros de que a medida que mantengamos nuestro celo en el ministerio, Jehová, la fuente de celo divino, bendecirá abundantemente nuestro esfuerzo en el ministerio.