Presentando las buenas nuevas... como familia
1 Una de las cualidades más sobresalientes que un padre o una madre puede inculcar en su hijo es el deseo de compartir las buenas nuevas del Reino con otras personas. Debido a la inclinación imperfecta de la mente y el corazón desde el nacimiento en adelante, es menester enseñar a los niños lo que se espera de ellos para poder agradar a Dios. (Sal. 71:17.) En realidad, a todos se nos tiene que enseñar a ‘buscar primero el reino’ porque, si se nos deja por nuestra propia cuenta, invariablemente buscamos primero nuestros deseos personales. (Mat. 6:33.)
2 Jehová les mandó a los israelitas que enseñaran a sus hijos las leyes y los mandamientos de Él. (Deu. 6:6-9.) Esa misma instrucción es apropiada para las familias hoy día a medida que rinden servicio sagrado a Dios. ¿Está usted ayudando a amoldar el corazón de sus hijos de modo que amen a Jehová y hallen deleite en participar en Su servicio? ¿Lleva a sus hijos consigo al servicio del campo?
EJEMPLOS PARA IMITAR
3 La Biblia da excelentes ejemplos de jóvenes que participaron en el servicio sagrado a una edad muy temprana. Samuel comenzó a servir en el templo poco después de haber sido destetado, cuya edad era comparable a la de un niño preescolar en la actualidad. (1 Sam. 3:1, 15.) La joven hija soltera de Jefté emprendió el servicio sagrado en el tabernáculo en conformidad con el voto de su padre. (Jue. 11:36-40.) Timoteo tuvo la reputación excelente de un cristiano joven celoso. (Hech. 16:2.) Felipe, el evangelizador, tuvo cuatro hijas que profetizaban, lo cual indica que él tomaba la delantera en ayudar a su familia a servir a Jehová. ¿Se esfuerzan los miembros de su familia por ayudarse los unos a los otros a servir en el campo como discípulos de Cristo?
4 Los padres deben hacer arreglos para que sus hijos los acompañen en el ministerio del campo desde una edad muy temprana. Esto es parte de la responsabilidad de los padres. El padre o la madre, o ambos cuando sea posible, deben instruir con regularidad a los hijos en el servicio del campo. El dar un buen ejemplo es una de las mejores maneras de animar a los hijos a fijarse metas apropiadas y cultivar buenos motivos. (Pro. 22:6.) La Biblia dice: “El que es bueno deja una herencia a los hijos de los hijos”. (Pro. 13:22.) Por lo tanto, mucho depende de que los padres den el ejemplo correcto, pues ciertamente no queremos que nuestros hijos sigan un ejemplo incorrecto. Dado que los padres piadosos son el ejemplo principal que los niños imitan, los hijos pueden ser incitados a poner los intereses del Reino en primer lugar si los padres toman en serio el ministerio del campo y hacen todo lo que razonablemente pueden en la actividad de predicar.
5 A menudo hasta los niñitos pueden dar al amo de casa una hoja suelta o un tratado. Quizás puedan participar en la obra de predicar por medio de invitar a las personas al Salón del Reino, dejándoles saber que se les recibirá con gusto. Muchos jovencitos disfrutan de testificar con las revistas. Preparan una presentación breve de los números actuales. Cuando están a la puerta, los padres podrían mencionar que a su hijo se le está adiestrando en el ministerio y que disfruta de acompañarlos a ellos. Se le pudiera pedir a un publicador joven que lleve el registro de casa en casa o que lea textos bíblicos a la puerta. Tal vez hasta pudiera comentar sobre el versículo bíblico que se esté usando en el Tema de Conversación actual o contestar una pregunta o dos que el padre pudiera hacerle para destacar un punto principal. Algunos niños, aun a tierna edad, pueden hacer una excelente presentación bíblica a las puertas debido al buen entrenamiento que sus padres les han dado. Como usted puede comprender, el poder participar hace que la obra sea mucho más deleitable para nuestros jóvenes. Con frecuencia los amos de casa se sienten impulsados a comentar sobre lo bien que se expresan tales niños.
6 ¿Aparta usted tiempo para enseñar a sus hijos al trabajar con ellos en el servicio del campo? Publicadores jóvenes, ¿aprecian ustedes la ayuda que reciben y muestran una buena disposición al acompañar a sus padres o a otros hermanos al servicio del campo? Pueden estar seguros de que Jehová se complace cuando ustedes lo hacen. Produce satisfacción ver a nuestros hijos poner en práctica las cosas que les enseñamos. (Pro. 23:15, 24.)