Prepare a los estudiantes para que participen en el ministerio
1 Cada mes durante el año de servicio pasado se condujeron en los Estados Unidos un promedio de 486.426 estudios bíblicos en los hogares. Muchos nuevos están progresando en sentido espiritual por medio de adquirir conocimiento de Jehová y asociarse con la organización. Están haciendo los ajustes necesarios en su vida personal, y con el tiempo queremos que hagan declaración pública de su fe al unirse a nosotros en la obra de predicar y hacer discípulos. (Rom. 10:10.)
2 Desde que usted empieza a estudiar la Biblia con una persona, puede animarla a hablar con otros acerca de lo que está aprendiendo. Sugiérale que hable informalmente con sus parientes, vecinos, compañeros de trabajo y otros. A medida que usted inculca la verdad en el corazón y la mente del estudiante, él debería sentirse impulsado a hacerlo. Haga resaltar la importancia de la obra de predicar y hacer discípulos, como la enfatizaron Jesús y sus seguidores. (Mat. 24:14; 28:19, 20.) Relate experiencias positivas relacionadas con el servicio del campo que usted y otros hayan tenido, así como las que aparecen en el Anuario y otras publicaciones de la Sociedad.
CÓMO DETERMINAR SI EL ESTUDIANTE CALIFICA
3 Cuando sea apropiado y de acuerdo con el progreso del estudiante, invítelo a participar en el servicio del campo durante los períodos que la congregación ha fijado para ello. Recuerde que, al ser usted el conductor del estudio, es su responsabilidad determinar si el estudiante califica antes de invitarlo a salir con usted al servicio del campo. El estudiante tiene que haber puesto su vida en conformidad con las justas normas de Jehová. Algunos factores que deben considerarse se delinean en las páginas 98 y 99 del libro Nuestro ministerio.
4 No es necesario entremeterse en la vida personal del estudiante mediante hacerle preguntas embarazosas. Sin embargo, a medida que usted progresivamente llega a conocer al estudiante, podrá notar si está viviendo en armonía con lo que ha aprendido. Si hay dudas en cuanto a ciertos aspectos de la vida personal de este, usted podría sencillamente pedir que el estudiante leyera ciertos textos bíblicos apropiados y entonces que él mismo expresara lo que entiende en cuanto a la aplicación o el significado de estos textos. A menudo, esto le permitirá ver si el estudiante tiene suficiente conocimiento de la verdad y si comprende lo que se requiere de una persona que participa en el ministerio. Cuando usted esté convencido de que él sinceramente desea identificarse con la organización de los testigos de Jehová y que califica para ello, entonces podrá invitarlo a participar con usted en el ministerio del campo. Prepárense juntos para el ministerio del campo y ayude progresivamente al estudiante a participar.
AYUDA DE LOS ANCIANOS
5 Cuando alguien entrega por primera vez un informe de servicio del campo, es necesario que se den pasos adicionales para asegurarse de que este califica para que se le cuente como publicador y así se le reconozca como asociado aprobado. Sobre la base del primer informe de servicio del estudiante, el secretario u otro miembro del Comité de Servicio de la Congregación considerará el progreso de este con el publicador que estudia con él. Luego, sería bueno que el publicador estuviera presente cuando el anciano hablara con el estudiante que entregó su primer informe de servicio. Después de encomiarlo por el progreso que está haciendo, el anciano bondadosamente le explicará todo lo que está implicado en ser considerado un publicador. Si el estudiante califica como asociado aprobado, se le informará que una tarjeta de Registro de Publicador de la Congregación se preparará con su nombre y se incluirá en el archivo de la congregación. (Véase om-S págs. 105, 106.)
6 A medida que estudiamos las verdades doctrinales con los estudiantes de la Biblia y los dirigimos a la organización, queremos también animarlos y prepararlos para compartir las buenas nuevas con otras personas. Con el tiempo, y con la bendición de Jehová, ellos calificarán para ser proclamadores regulares de las buenas nuevas.