Presentando las buenas nuevas... al tratar con expresiones que pudieran detener la conversación
1 Cada vez que tenemos la oportunidad de dar testimonio del Reino, nuestro deseo sincero debería ser: presentar el mensaje de la mejor manera posible. Aun cuando nos encaramos a circunstancias difíciles, Hebreos 13:15 nos recuerda: “Ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre”. El que seamos diestros en el uso del libro Razonamiento al tratar con expresiones que pudieran detener la conversación mejorará la calidad de nuestro ministerio.
2 Puede que haya varias razones por las cuales un amo de casa quiera valerse de alguna expresión para detener la conversación. Aunque algunas personas quizás sean sinceras, otras dan respuestas evasivas o procuran interrumpir la eficacia y continuidad de nuestras presentaciones. Si estamos familiarizados con algunas de las sugerencias del libro Razonamiento, podremos evaluar rápidamente la situación y responder apropiadamente. (Pro. 25:11; Isa. 50:4.) Esto pudiera preparar el terreno para un excelente testimonio que no hubiéramos dado de no haber estado preparados para enfrentarnos a este desafío. ¿Por qué no pensar detenidamente en cómo responder a algunas de las expresiones más comunes que pudieran detener la conversación?
3 “NO ME INTERESA”: Note que casi todas las respuestas que se sugieren en la página 16 del libro Razonamiento requieren que uno le haga al amo de casa preguntas discretas, directas y que lo conduzcan a la reflexión. Esta es una buena manera de abordar el asunto, pues hace que el amo de casa se exprese. Tal vez revele sus ideas y sentimientos. Esto, a su vez, puede ayudarle a usted a continuar con la conversación.
4 Cuando alguien dice: “No me interesa”, ¿le ha preguntado usted: “¿Le interesaría que le mostrara con la Biblia cómo serán eliminados el crimen, la guerra y las tensiones raciales?”? Inténtelo. Otros han tenido buen éxito al usar tales preguntas.
5 “ESTOY OCUPADO”: Al igual que muchas otras expresiones que pudieran detener la conversación, a esta también se pudiera dar reconocimiento y entonces aprovechar la ocasión para presentar un mensaje abreviado. Quizás pueda usar la primera sugerencia de la página 19: “Entonces seré muy breve. Lo visito para compartir con usted un solo pensamiento importante”. Entonces puede mencionar la esencia del Tema de Conversación actual sobre la religión.
6 Cuando perciba que el amo de casa realmente está ocupado, debería admitir esto y entonces plantear una pregunta que estimule a la reflexión y ofrecer contestarla en otra ocasión. Valiéndose de este método, cierto publicador logró que el amo de casa fuera a buscarlo deseando una respuesta inmediata a la pregunta. ¿No es cierto que tales resultados hacen que valga la pena dedicar tiempo y esfuerzo preparándonos para tratar con los obstáculos que posiblemente afrontemos en el ministerio?
7 Los comentarios de apertura en la página 15 del libro Razonamiento nos recuerdan que el mensaje del Reino es emocionante y fortalecedor de la fe. Tiene el poder para transformar la vida de los que escuchan. Reconociendo estos hechos, cada proclamador del Reino querrá dar un mejor sacrificio, “los toros jóvenes de nuestros labios”, al participar en la obra de testificar. (Ose. 14:2.) No permita que las expresiones que pudieran detener la conversación disminuyan la calidad de su servicio ni empañen su gozo. Haga buen uso del libro Razonamiento a medida que presenta las buenas nuevas.