Presentando las buenas nuevas... al testificar en grupo
1 El reunirnos con otros a fin de prepararnos para el servicio del campo es tanto práctico como edificante. Tal provisión anima a nuestros hermanos a trabajar hombro a hombro en proclamar las buenas nuevas.
2 Puede que algunas congregaciones programen una reunión para el servicio del campo después de una de las reuniones regulares en el Salón del Reino. Aunque la cantidad de hermanos que apoye este arreglo quizás sea bastante grande, los conductores de estudio de libro siguen dando atención a las necesidades de los publicadores de sus respectivos grupos. Es posible que este arreglo sea conveniente para la mayoría de los publicadores que salgan a predicar ese día. Dependiendo de sus circunstancias, otras congregaciones tienen sus reuniones para el servicio del campo durante los fines de semana en los lugares donde se efectúa el Estudio de Libro de Congregación. Esto tiene ventajas obvias. En algunas ocasiones el unir a varios grupos pequeños pudiera ser apropiado. Por eso, es necesario que el cuerpo de ancianos considere las circunstancias de la congregación y determine qué arreglos resultarán en el mayor beneficio. (Véase Nuestro ministerio, páginas 96 y 97.)
APOYE LAS REUNIONES PARA EL SERVICIO DEL CAMPO
3 El testificar en grupo, saliendo desde donde se conduce el estudio de libro, provee una excelente oportunidad para que el conductor ofrezca ayuda personal. Los nuevos publicadores así como los de más experiencia pueden sacar provecho al trabajar con los ancianos y siervos ministeriales.
4 Las reuniones para el servicio del campo entre semana pueden conducirse en el Salón del Reino o en diversos lugares que sean convenientes para los publicadores. El que haya dos o más reuniones depende de las circunstancias locales y de que haya disponibles ancianos, siervos ministeriales u otros publicadores competentes que hayan sido asignados para conducir la reunión y llevar la delantera en el ministerio del campo.
5 En vista de la urgencia de los tiempos, queremos llevar el mensaje del Reino a la mayor cantidad posible de personas. ¿Qué pueden hacer los conductores de los estudios de libro, o los que están asignados a atender el grupo, para asegurarse de que todos saquen el mayor provecho del tiempo que han apartado para testificar en grupo? Los conductores pueden tener presente que la reunión para el servicio del campo no debe durar más de 10 a 15 minutos. (Véase Nuestro ministerio, página 77.) Se puede ahorrar mucho tiempo cuando se asigna el territorio antes de salir al campo; así se evita que grupos grandes se junten en las esquinas y parezcan estar desorganizados. Algunos conductores han hallado útil asignar porciones del territorio por un período de tiempo a publicadores capacitados. Así, una vez que se hayan organizado los grupos, pueden salir inmediatamente a su territorio. El superintendente de servicio debe estar alerta para resolver problemas relacionados con la organización de los grupos para que se dedique más tiempo a la obra en el campo.
6 Aunque a veces hay buenas razones para que dos publicadores trabajen juntos, en muchos territorios se puede lograr mucho más al trabajar solo mientras otros testifican cerca de donde uno se halla. El trabajar solo en el servicio del campo —cuando las circunstancias lo permiten— hace posible que nos pongamos en contacto con más personas y puede servir de entrenamiento para el futuro en caso de que se impongan restricciones inesperadas sobre nuestra predicación. (Véase La Atalaya del 15 de noviembre de 1985, página 13, párrafo 11.) Buen juicio y el deseo de lograr lo sumo posible deben guiarnos al hacer los preparativos para el servicio.
7 El apóstol Pablo animó a los compañeros cristianos de su día a ‘tener firmemente asida la declaración pública de nuestra esperanza’. Además, sus palabras inspiradas nos instan a ‘considerarnos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar que el día se acerca’. (Heb. 10:23-25.) Que tengamos éxito en incitar a nuestros compañeros proclamadores del Reino “al amor y a las obras excelentes” mediante apoyar los arreglos locales para testificar en grupo.