¿Será agosto un mes excepcional?
1 El año 1963 fue excepcional para el pueblo de Jehová. ¿Sabe por qué? Porque en ese año se llegó al millón de publicadores por todo el mundo. Si usted estaba en la verdad en aquel entonces, quizás recuerde qué emocionados estábamos de que hubiera tantas personas predicando el mensaje del Reino. Ahora, tan solo en este país, ya existe esa cantidad de publicadores. Sin embargo, todos los meses hay un promedio de 90.000 que no informan participación en el ministerio.
2 Acepte el reto: En agosto nos esforzaremos por alcanzar la cifra récord de un millón de publicadores en Estados Unidos. Si lo logramos, este será un mes verdaderamente excepcional. Para ello, todos tendremos que hacer cuanto esté de nuestra parte.
3 Quienes planeen irse de vacaciones en agosto pueden dedicar algún tiempo al ministerio antes de viajar. Lleven consigo tratados, folletos o revistas para que den testimonio a aquellos con quienes se encuentren. También pueden disfrutar pasando algún tiempo en el ministerio en compañía de los publicadores del lugar adonde van.
4 Incluso si usted está incapacitado, puede participar en el ministerio. Podría dar testimonio a los médicos, las enfermeras o a los que lo visiten, o testimoniar por carta o por teléfono.
5 Sin duda, habrá quienes agradezcan que se les brinde ayuda para participar en el servicio del campo durante agosto. Los ancianos, los siervos ministeriales y los que dirigen estudios deben encargarse de que la reciban. Entregue sin falta su informe del servicio del campo a fin de mes para que se le cuente como publicador en agosto.
6 Valore el privilegio: El ministerio es un “excelente depósito” (2 Tim. 1:14). Apreciamos el privilegio que se nos ha concedido de predicar las buenas nuevas (1 Tes. 2:4). Pensar en todo lo que Jehová ha hecho por nosotros debería impulsarnos a participar de continuo en esta importantísima obra todo el año. No dejemos que nada nos impida predicar con regularidad. Hagamos de este agosto un mes excepcional en el servicio de Jehová y resolvámonos a dar testimonio de él todos los meses de aquí en adelante (Sal. 34:1).