Superintendentes que llevan la delantera. El secretario
1 El secretario de la congregación cumple una función vital al asegurarse de que “todas las cosas se efectúen decentemente y por arreglo” (1 Cor. 14:40). Como miembro del Comité de Servicio de la Congregación, se ocupa de la correspondencia y los documentos importantes de esta. Aunque sus deberes no sean tan visibles como los de otros ancianos, sus servicios son muy necesarios y estimados.
2 El secretario atiende la correspondencia que llega de la Sociedad y de otras partes y se encarga de que se conteste cuando sea preciso. También se asegura de que las cartas recibidas circulen entre los ancianos, y luego las archiva para futuras consultas. Revisa los pedidos de revistas y literatura y los envía a la Sociedad. Supervisa directamente a los encargados de las cuentas y las suscripciones, así como todos los asuntos relacionados con las asambleas.
3 Como el secretario debe remitir a la Sociedad el informe mensual del servicio del campo de la congregación a más tardar el día 6, es imprescindible que informemos nuestra actividad tan pronto como acabe el mes. Posteriormente, él pasa los datos de los informes a las tarjetas de registro de publicador. Todo publicador puede ver su tarjeta de actividad personal cuando lo desee.
4 Si un publicador se muda a la congregación o se cambia a otra, el secretario pide o envía —según el caso— a los ancianos a quienes corresponda una carta de presentación junto con la respectiva tarjeta de registro de publicador (Nuestro ministerio, págs. 104, 105).
5 El secretario examina la actividad de los precursores y mantiene a los ancianos, en especial al superintendente de servicio, al corriente de cualquier dificultad que afronten los precursores. Asimismo pone sobre aviso a los conductores del estudio de libro sobre cualquier publicador que sea irregular en el servicio del campo. Tanto el secretario como el superintendente de servicio llevan la delantera en la coordinación de los esfuerzos para ayudar a los inactivos (Nuestro Ministerio del Reino de noviembre de 1987, pág. 1).
6 Con una mejor comprensión de los deberes del secretario, hagamos cuanto esté a nuestro alcance para facilitarle el cumplimiento de su mayordomía (1 Cor. 4:2).