Sección de preguntas
◼ ¿Cuándo debería formarse un grupo de habla extranjera?
Cuando en el territorio de una congregación exista una población considerable de extranjeros, los ancianos deberán hacer lo posible por organizar la predicación en el idioma de tales personas (km-S 7/02, pág. 1; km-S 2/98, págs. 3, 4). Si la comunidad en cuestión está esparcida por el territorio de dos o más congregaciones cercanas, el (los) superintendente(s) de circuito les proporcionará(n) instrucciones para ayudarlas a coordinar la predicación. Tal vez se decida programar periódicamente un discurso público o el Estudio de La Atalaya para determinar el grado de apoyo que tendrían las reuniones.
Podrá formarse un grupo de habla extranjera si se cumplen los siguientes requisitos: 1) Existen publicadores o personas interesadas que entienden mejor las buenas nuevas en el idioma extranjero. 2) Hay un anciano (o un siervo ministerial) competente que puede llevar la delantera y dirigir al menos una reunión semanal. 3) El grupo cuenta con el respaldo de un cuerpo de ancianos. Cuando se cumplan estas condiciones, los ancianos deberán informar a la sucursal para que el grupo sea reconocido formalmente y reciba más instrucciones.
La mayoría de los grupos comienzan celebrando el Estudio de Libro de Congregación semanalmente. Más adelante, los ancianos tal vez aprueben llevar a cabo otras reuniones, como la Reunión Pública y el Estudio de La Atalaya. Las asignaciones números 2, 3 y 4 de la Escuela del Ministerio Teocrático pueden presentarse en una sala auxiliar si hay un anciano (o un siervo ministerial) capacitado que hable el idioma y sirva de consejero. Ahora bien, todos se unirán a la congregación durante el análisis del aspecto de la oratoria, el discurso de instrucción, los puntos sobresalientes de la Biblia y la Reunión de Servicio. El grupo también puede organizar reuniones para el servicio del campo.
Todos los miembros del grupo trabajarán estrechamente bajo la superintendencia del cuerpo de ancianos, que aportará dirección equilibrada y tomará la iniciativa para atender sus necesidades. A fin de fortalecerlos espiritualmente, el superintendente de circuito hará planes para trabajar con ellos al visitar a la congregación que apoya al grupo. Con la bendición de Jehová, el grupo de habla extranjera quizá se convierta en una congregación.