Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
1 “Feliz es el que lee en voz alta, y los que oyen, las palabras de esta profecía, y que observan las cosas que se han escrito en ella; porque el tiempo señalado está cerca.” (Rev. 1:3.) Estas palabras destacan el valor especial que tiene el libro de Revelación para nosotros, quienes vivimos en el tiempo señalado para que se cumplan muchas de sus profecías. ¡Qué oportuno es, entonces, que vayamos a analizar la obra Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación! en el Estudio de Libro de Congregación a partir de la semana del 8 de enero de 2007!
2 La escena del mundo ha cambiado en muchos sentidos desde la última vez que analizamos el libro Apocalipsis en el Estudio de Libro de Congregación (1 Cor. 7:31). Además, entre quienes se han unido a las filas de publicadores de las buenas nuevas del Reino hay muchos que jamás se han beneficiado de un análisis versículo por versículo del libro de Revelación. Estudiar el libro Apocalipsis nos ayudará a todos a mantenernos despiertos ante el futuro (Rev. 16:15).
3 Póngase como objetivo no faltar ni una sola semana, pues la información logrará más que ayudarnos a permanecer alerta. Los mensajes de Jesús a las siete congregaciones también nos permitirán evitar situaciones y circunstancias que podrían perjudicar nuestra espiritualidad, así como nuestra participación en el ministerio (Rev. 1:11, 19).
4 Prepárese bien. Antes de cada estudio, lea los versículos de Revelación que correspondan. Fíjese en los argumentos basados en la Biblia que los explican y procure asimilarlos bien, de forma que le lleguen al corazón (Neh. 8:8, 12). Dese tiempo para meditar, y pregúntese: “¿Qué me enseña esto acerca de Jehová y de la realización de su propósito? ¿Cómo puedo obrar en armonía con este propósito y ayudar a otras personas?”.
5 Ya han transcurrido noventa y dos años desde que comenzó “el día del Señor” en 1914 (Rev. 1:10). Justo a las puertas se hallan acontecimientos mundiales estremecedores. El estudio del libro Apocalipsis estimulará nuestra mente y reanimará nuestro corazón, al tiempo que fortalecerá nuestra fe en que “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” y el nuevo mundo se acercan (Rev. 16:14; 21:4, 5).