Sigamos “llevando mucho fruto”
1 En cierta ocasión, Jesús dijo que él era la vid verdadera, su Padre el Cultivador, y sus discípulos ungidos los sarmientos productivos. Al explicar el trabajo del Cultivador simbólico, Jesús recalcó la importancia de permanecer firmemente unidos a la vid (Juan 15:1-4). De esto aprendemos que todos los que tienen una estrecha relación con Jehová deben ser como un sarmiento productivo de “la vid verdadera”, Jesucristo. Debemos seguir produciendo abundante “fruto del espíritu” y fruto del Reino (Gál. 5:22, 23; Mat. 24:14; 28:19, 20).
2 Fruto del espíritu. Nuestro progreso espiritual puede medirse en buena medida por el grado al que manifestamos el fruto del espíritu. ¿Procuramos cultivar el fruto del espíritu de Dios estudiando regularmente su Palabra y meditando en ella? (Fili. 1:9-11.) No vacilemos en pedirle a Jehová espíritu santo, pues gracias a esta fuerza adquiriremos las cualidades que lo glorifican y seguiremos progresando espiritualmente (Luc. 11:13; Juan 13:35).
3 El fruto del espíritu también nos hace ministros más entusiastas. Por ejemplo, el amor y la fe nos impulsarán a programar nuestro apretado horario de modo que podamos participar regularmente en el ministerio. La paz, la gran paciencia, la benignidad, la apacibilidad y el autodominio nos ayudarán a reaccionar como es debido ante los opositores. Y el gozo nos permite disfrutar del ministerio pese a la indiferencia de la gente.
4 Fruto del Reino. También queremos producir fruto del Reino, lo que incluye el “sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública” del nombre de Jehová (Heb. 13:15). Producimos dicho fruto al proclamar las buenas nuevas de manera celosa y tenaz. ¿Nos estamos esforzando por aumentar nuestro ministerio y así llevar más fruto del Reino?
5 Jesús indicó que sus discípulos fieles producirían diferentes cantidades de fruto (Mat. 13:23). Por consiguiente, no debemos compararnos con nadie, sino dar a Jehová lo mejor que podamos (Gál. 6:4). Un autoexamen honrado de nuestras circunstancias a la luz de la Palabra de Dios nos permitirá seguir glorificando a Jehová “llevando mucho fruto” (Juan 15:8).