Derrumbamos cosas fuertemente atrincheradas
1 Satanás se ha valido durante siglos de engaños y doctrinas falsas para levantar barreras en el corazón y la mente de muchas personas. Entre otras cosas, ha propagado las doctrinas de la Trinidad, la inmortalidad del alma y el tormento en un infierno de fuego; ha sembrado dudas sobre la existencia del Creador y la autenticidad de la Biblia, y ha fomentado el racismo y el nacionalismo, todas colosales barreras que estorban el paso a la luz de la verdad (2 Cor. 4:4). ¿Cómo podemos nosotros derrumbar cosas tan fuertemente atrincheradas? (2 Cor 10:4, 5.)
2 El factor sentimental. Con mucha frecuencia, las creencias de una persona están arraigadas en sus sentimientos; hay quienes han creído lo mismo desde la infancia. Si queremos ayudarlos, debemos demostrar que respetamos su punto de vista (1 Ped. 3:15).
3 Una manera de tratar con dignidad a alguien es permitiéndole expresar lo que cree y explicar por qué (Sant. 1:19). Si, por ejemplo, cree que el alma no muere, tal vez sea porque falleció algún ser amado y anhela verlo de nuevo. O tal vez celebre las fiestas religiosas porque son una magnífica oportunidad para estar con la familia. Prestando atención a lo que diga entenderemos sus sentimientos, y eso nos permitirá responder de forma eficaz (Pro. 16:23).
4 Jesús, el modelo. Tenemos un excelente modelo en la forma en que Jesús respondió las preguntas de un hombre versado en la Ley. No dio respuestas directas, pues el hombre las habría rechazado debido al apego que tenía por sus creencias; más bien, Jesús se remitió a las Escrituras, lo invitó a expresar su opinión y le ayudó a razonar mediante una ilustración (Luc. 10:25-37).
5 Las creencias religiosas falsas, por más fuertes que sean, no pueden sostenerse ante la verdad de la Palabra de Dios (Heb. 4:12). Si somos pacientes y apelamos al corazón, es posible que logremos ayudar a la gente a rechazar la falsedad y abrazar la verdad que les dará libertad (Juan 8:32).